concierto de Aranjuez

martes, 14 de junio de 2016

TANGUEANDO UN TANGO



Como expresar con palabras un sentimiento, quien pueda explicarlo, lo hace bailando, eso es el tango, dejemos para historiadores su origen, una mezcla de melodías de emigrantes europeos, música y ritmo de  descendientes afroamericanos, baile de nativos rioplatenses, esa es otra parte, para el que escribe parecería ser un sentimiento dolorido que se baila.

Nacido en los arrabales de Río de la Plata, su lánguida melodía parece hechizar a los bailarines, entrelazados en un abrazo, se puede escuchar el cuerpo del otro, mientras improvisan movimientos, cortes, quebradas, diferentes  para cada uno de ellos, siempre abrazados juntos, seducidos por el encanto de la melodía.


El abrazo de la pareja expresa, la sensualidad de la cadencia de la música, sigue la danza su hechizo, eclipsados continúan con sus giros, existen mientras dura la canción, y mueren en los postreros compases, mágica visión de quien lo vive con intensidad.

Se oyen rumores de orquesta, primero un solo de violines, que siempre agrada al oído, pues tiene susurros de manantiales, luego se agregan el piano, contrabajo y por supuesto los roncos bandoneones, cuyo sonido parece un lamento, un quejido, todo ensamblado da el sonido de una orquesta de tango.

En la pista hay dos bailarines ella y él, comienzan a bailar ese ritmo lento y cadencioso, de pronto pareciera que la pista de baile fuera una hoguera, una lengua de fuego va subiendo y envolviendo a los bailarines, la sangre caliente bulle en sus cuerpos, los corazones se aceleran, comienzan a palpitar con más intensidad, como el galope de tropilla, al estar abrazados se sienten al unísono, es cuando la magia de la música los atrae, como hipnotizados, y los transporta hacia otra dimensión, eclipsados ambos, solo se ven ellos, no están solos, el genio de la música como un titiretero los hace danzar, con corte quebrada y filigranas.

Ese es el tango, pasional, triste, melancólico, alguien con mucho criterio dijo que el tango es un sentimiento que se baila.

De pronto me veo como en un espejo, una plaza de toros, un torero con su traje de luces, da una última estocada de muerte al toro, vencido y agonizante el toro se echa, el torero levanta la mano, para que sus segundos dejen morir tranquila a la bestia, mientras los acordes de la melodía del tango se va lentamente extinguiendo como la vida del toro, en el mismo tiempo que el toro muere, muere el tango con el último compás.

El que escribe siempre ha bailado el tango y lo sigo bailando, hay en mi cabeza cabellos blancos, ahora bailo no con la pasión de los años mozos, pero como dice el tango.
Me iré bailando mientras las tabas me den con que.