concierto de Aranjuez

sábado, 30 de marzo de 2013

PINTANDO OTOÑOS




Estoy buscando dentro de los almanaques de la vida, infinidad de otoños, hubo distintos, tantos, que no sabría de que color pintarlo, he de hacer una prueba, recordarlos todos es una tarea imposible, comenzaré con trazos gruesos, los primeros, de un color gris tristeza, frío, ventoso, chiquilín con sobretodo marrón, pantalones cortos, y medias grises hasta las rodillas, con un echarpe rodeando el cuello, caminado sobre un colchón de hojas caídas, y barridas por el viento.



Buscaré entre los mil pinceles, el de la cerda que me haga retroceder en el tiempo, lo iluminaré con un pequeño rayo de sol, que se filtró entre las nubes, y entonces encontraré la mirada del pequeño más calida, y una sonrisa en sus labios, ese es entonces uno de los retratos otoñales.

Ahora usaré uno de los pinceles más suaves, para entonces una parejita, ella de unos quince años, él rozando los diez y ocho, transitando en una tarde de domingo, bajo un cielo azul y un sol otoñal, que invitaba a caminar por ese parque de árboles frondosos hablando bajito, casi al oído. 


Casi como un susurro, y casi sin querer, como al descuido tomados de la mano, los colores han de ser suaves, como el susurro de los enamorados pondremos una variación del azul celestial, un amarillo tenue, de ese sol que los cobija y un verde tornasolado de las hojas de otoño, con trazos finos completaré el retrato.

Es el momento de usar un pincel de mediano grosor, y cerdas finas, para pintar este cuadro, ahí va llegando un conjunto de personas, que vamos a decirles personajes, ellos son tres niños ruidosos, gritando, mientras que sus padres tratando de calmarlos van tras ellos, hasta llegar al lugar donde funciona una calesita, los niños están excitados, los mayores hablan entre ellos por el menor de tres años, no saben si subirse con él o dejarlo solo.

La calesita pintada de diversos colores, era la gran atracción en esa tarde de sol otoñal tenía caballitos de diversos colores, avioncitos, cochecitos, comienza a rodar, y la música tarda lo que tarda la vuelta, el mayor de los hermanos quiere sacar la sortija, que le es esquiva y se queja a viva voz, con que color pintaré este cuadro, mezclaré colores hasta formar un arco iris, y con amor e inspiración perfeccionare el retrato.


Dos ancianos caminando en la tarde de otoño, bajo un tibio sol, por un parque, su andar lento y cansino, entre una hilera de árboles frondosos, van tomados de la mano, sobre un lecho de hojas marrones, que el tiempo y una pequeña brisa, la ha hecho como alfombra, para que los mismos caminaran sobre ellas, como en esos tiempos de su juventud, de infinidad de pinceles, elegiré el de la ternura, de que color, por ahora no puedo precisarlo, pero seguro será el color del amor.


alejandrobojor@gmail.com.............ALEJANDRO CAPLAN

viernes, 22 de marzo de 2013

REFLEXIONES Y ALGO MAS


Tratar de iniciar un relato es difícil, y más cuando el que escribe es uno de los protagonistas, de la historia que he de comenzar a relatarles a continuación, hace ya un tiempo bastante prolongado, viendo a mi nieto más chico, tendría como cuatro años o cinco más o menos, cuando la computadora no existía ni en su casa ni en la mía, este pequeño hombrecillo parado en punta de pies, controlaba como un experto los botones de la televisión, hasta encontrar su canal de dibujitos, que yo no me animaba lo manejaba con el control remoto.

Con ojos asombrados mirábamos al chiquillo, mientras junto a mi esposa con miradas cómplices no lo podíamos creer, luego se fue haciendo habitual, ya casi llegando a los ochenta, las personas de esa edad se dicen antiguas, es más distinguido que viejas además lo antiguo es mucho más valioso que lo viejo, pienso en estas reflexiones, que los jóvenes ya vienen a este mundo, incorporado en su ADN la tecnología digital pensamientos traídos de los pelos, por no decir de locura, ellos son los que se dicen ser nativos digitales.

He podido comprobar, que muchas personas mayores, se resisten a avanzar sobre lo nuevo, lo desconocido, es el caso de la nueva tecnología, teléfonos celulares computadoras, teléfonos inteligentes, que hacen al confort de la gente.

Ya más en la actualidad, viendo al mismo chico ya más grande, introducirse en el mundo digital como pez en el agua, dije para mis adentro, como puede ser que yo siendo un profesional, sea un ignorante de este tiempo, me dijeron y repitieron, a tu edad vas a comenzar a estudiar, no es la mismo un joven que tu, eso es cierto, no soy una esponja, pero comencé a tratar de usar la era digital, y me introduje en ella.

Comencé a conectarme con colegas, o cólegas, como decía un amigo correntino, la máquina no entiende, y me avisa que colega va sin acento, pero no puedo defraudar a mi amigo correntino, es lógico una máquina, un robot, no puede distinguir de un estado de ánimo, de euforia o desánimo, o como este caso, un neologismo regional, un mundo nuevo se abrió ante mis ojos y mi mente, es la tecnología que te acerca a familia y amigos que se hallan lejos.

Estaba caminando cuando de pronto comencé con estas reflexiones, y así fui transitando casi sin mirar a los otros transeúntes, frente a un comercio de electrodomésticos me detengo, algo que estaba en vidriera me llamó la atención, mientra observaba siento que alguien suavemente me toca con su mano el hombro, dí media vuelta para observar quien era, y me encuentro ante mi a un hombre fornido, grande, no lo reconocí pero él parece que si, lo primero que dijo fue tu no eres Ale, me sorprendí como el desconocido conocía mi nombre, asentí con la cabeza, no te acuerdas soy Rodolfo.

Rodolfo hacía tanto tiempo que no lo veía, para ese entonces ese hombre que está en este momento frente a mi, era un flacucho esmirriado, me dice yo te conocí enseguida, tu rostro no cambió mucho, claro que estas más viejo, pero el pirincho en la punta de tu cabeza te delata, por fin lo reconocí, la voz no la había cambiado.

Nos dirigimos a una confitería, y café por medio comenzamos a recordar, y a la vez saber que era de su vida, al momento comienza diciendo, hace muchos años que me fui ahora en este momento, soy un turista más regresando a mi barrio, que francamente no lo reconocí, ha cambiado tanto, en mi juventud me enamoré de una chica pero resultó ser extranjera de paseo por acá, ella parece que sintió lo mismo que yo, carta va carta viene, algunos llamados telefónicos, alguna visita a su país, comenzó un noviazgo no muy prolongado, casamiento y me fui para ahí, donde estoy ya casi treinta años, con ayuda de algunos parientes, logré salir adelante, hoy tengo tres hijos y también soy abuelo, todo fue como una aventura, sin oficio, sin profesión, pero la suerte me ayudó, el idioma no era el nuestro, tuve que aprender el suyo, en ese momento llega el mozo y pregunta, los señores que se van a servir, fue en ese momento, que mi amigo dijo una frase casi sin darse cuenta, en un ingles no tan fluido, para mi dije un café y el señor lo mismo.

Interesante estaba la conversación, que ya casi se había transformado en un monólogo me cuenta que conoció allá algunos compatriotas, con los cuales trabó amistad, un día los invitó a su casa, solía hacer unas buenas empanadas, y también era un muy buen asador, estos amigos le dijeron, tu tendrías éxito si vendes estas ricas empanadas y el asado, que por estas latitudes no se concibe, esto es un manjar, estuve un tiempo pensando en eso, y comencé a probar, la suerte me acompañó, hoy tengo una cadena de restaurantes dedicados a vender empanadas y asados al carbón.


Después de tanto tiempo regreso como turista, en es momento vimos en la puerta a un joven alto medio rubión, que oteando hacia el interior buscaba a alguien, mi amigo lo observó y levantándose le hizo señas para que se acercara, y me presentó a su hijo, manoteó la billetera para pagar la consumición,  lo frené esto lo pago yo, ya habrá oportunidad para otro café, mira su reloj, y le dice al hijo, se nos hizo tarde, nos despedimos con un gran abrazo, hablamos tanto, que me quedé sin preguntarle en donde vivía,  pero creo que me imagino donde reside, hasta pronto Rodolfo 




alejandrobojor@gmail.com



  

martes, 19 de marzo de 2013

LOS TRES ESPEJOS




Va obscureciendo, la noche se aproxima, el silencio recrea en mi mente tiempos pasados, recuerdos que calladamente se agrupan, van brotando de uno en uno, mi paso por esa infancia, sin obligaciones desprejuiciada, y casi sin querer frente a un espejo me devuelve un adolescente, ya con amigos y compañeros del secundario, voy recorriendo la vida, y los duendes del tiempo me dicen de una época, y un transitado caminar, poco a poco esos mismos duendes van desapareciendo de mi mente, y con ellos entre nubes vaporosas los recuerdos.

Este silencio me expresa, me dice, no hay que aferrarse al pasado, te quedas en el tiempo, no avanzas, vive el presente, comienzo a reflexionar, cual es el presente un ¿minuto? un ¿segundo?, cuando pronuncias una palabra es el presente, la próxima es futuro, y la primera ya es pasado un recuerdo, es un suspiro en el infinito de los tiempos.

No  soy escritor, sino un simple escribiente, puede que con el tiempo sea un aprendiz de escritor, que quiere tratar de escribir las cosas simples de la vida, lo cotidiano, que es la esencia de la vida, para eso están los escritores, que reflejan en sus escritos la sabiduría de sus pensamientos.
 
POEMA A LOS AMIGOS  una pequeña estrofa

En estos días pensé en mis amigos y amigas
no estabas arriba ni abajo ni en el medio
y tampoco tengo la pretensión de ser el
primero el segundo o el tercero de tu lista
basta que me quieras como amigo
gracias por serlo
JORGE LUIS BORGES. 

PROFECIA  una pequeña estrofa

Pero allá en la madrugada
te despertarás llorando
por el que no es tu marido
ni tu novio ni tu amante
sino ¡el que más te ha querido¡
¡con eso tienes bastante¡
RAFAEL DE LEON

Escribe bien amor lo que te digo
pues creo no habrá ocasión
para decirte que no me arrepiento
de haberte conocido
PAULO COHELO.

Pienso que la vida misma es un espejo, en él cual te miras todos los días, y vas escribiendo tu propia historia, los mismos son planos, cóncavos, y convexos son ellos los que me devuelven mi figura, el plano es el presente, donde refleja el hoy, el cóncavo el pasado, donde lo veo distorsionado, y el convexo el futuro, ya mi imagen es difusa.

esos son sin duda LOS TRES ESPEJOS   


jueves, 14 de marzo de 2013

EL HOMBRE DEL BASTON



De tramite en tramite, con el tiempo aguijoneando, en la vorágine y la prisa, tratando que el reloj no marche con la presteza que se requiere, y es cuando todas las personas que caminan a mi alrededor 
Entre el calor y el gentío, necesito un pequeño descanso, para poder poner un poco de tranquilidad a mi mente, veo un bar, el que sería mi refugio por el momento, ya dentro de él, una mesa, una silla, un mozo, un café que lo tomo de sorbo a sorbo, mientras miro por el ventanal la calle, la  igual de gente, todos apurados, como si la vida se terminara en ese instante.

Detrás del ventanal, como salido de una época pasada, entre toda la gente, observo al hombre del bastón, escaso cabello canoso, cara surcada por arrugas, su vestimenta pulcra, saco y pantalón al tono, se distinguía por su andar lento y cansino, su espalda algo encorvada, como si el tiempo y los almanaques le pesaran, traía consigo un bastón marrón con empuñadura plateada, y en su mano y entre los dedos una flor una rosa carmín, con sus pétalos aterciopelados, que misterio poseía ese misterioso anciano del bastón plateado, en que recuerdos está sumergido, que su mirada se veía perdida, empañada tal vez por una lágrima fugaz, para quien será esa hermosa flor nunca lo sabremos pero lo presentimos.

Toda la vida pasa detrás del ventanal, el mendigo, el ostentoso, el hombre común, por que tanta prisa, el descanso me hizo bien, trato de relajarme y mi pensamiento va más allá, y reflexiono que es la vida, nuestra vida, un soplo en la inmensidad del tiempo.

El anciano y yo hemos transitado casi los mismos caminos, puede ser que en algún recodo del camino nos hemos encontrado sin conocernos, vimos auroras de fulgurante brillo, y puestas de sol que nos deslumbraron, y siguiendo una estrella, tomamos distintos destinos, asoman los recuerdos para luego alejarse de mi mente. de esos recuerdos uno quedó grabado en mi memoria,

Un pueblo, una comunidad que quedó entre dos mundos, el que fue, y el progreso, pequeño el pueblo, con sus casas antiguas, revoque de ladrillos, habitantes de ese mundo, algunos por convicción, por eso de la rutina sin prisa, el de la siesta pueblerina, con pocos automóviles y muchos sulky otros por no poder perderse entre otra gente,  con sus hermosos paseos con hileras de cipreses, pinos, y hasta un sauce llorón, junto al lago de aguas cristalinas.

Han perdido el confort que el progreso les fue concediendo, no les importó, ganó más su tranquilidad, no conocen el estrés, no conocen el smog, no creo que estuvieran equivocados en sus decisiones, ese fue el camino que mi estrella me llevó el tiempo ha desmejorado, una pequeña, pero implacable llovizna comienza a caer, la gente detrás del ventanal se va dispersando,

Algunos paraguas han surgido, y entre la poca gente, encuentro frente a mi vista, al hombre del bastón, más erguido, más firme del brazo de una dama, casi de la edad del hombre, ella traía la flor, la rosa carmín de pétalos aterciopelados, su mirada era como la mirada de la primer novia, que jamás se olvida arrobada mirando a su galán.

La vida es como la rosa brillante, sus pétalos son etapas de la vida, que poco a poco van cayendo, hasta llegar al corazón de la misma, es como si fuera el alma, que se va encarnando en otra rosa de pétalos aterciopelados, así es la vida, no todo parece ser, todo lo que parece sin darme cuenta la tarde da lugar al anochecer,

Salgo del bar para dirigirme a mi casa aún me persiguen los recuerdos, me protejo de la lluvia que era en ese momento intensa eludiendo y saltando charcos de agua, consigo por fin al abrigo de mi hogar, en donde ya más tranquilo, veo a través de la ventana un concierto de paraguas dando un colorido muy singular, como una alfombra de varios colores, es cuando me siento frente a la computadora para comenzar un cuento, como este........ EL HOMBRE DEL BASTON



alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN


viernes, 8 de marzo de 2013

EL CUMPLEAÑOS




Cuando las nubes vaporosas de los tiempos, trae consigo imágenes y fotografías  de tiempos idos, cuando la cabeza llenas de cabellos negros azabache, se va tornando gris para más luego forjarse blanco total, me es difícil concebir algo para dentro de veinte años, eso sería futurología o tal vez ciencia ficción, esta es la época que se rebelan los recuerdos.

Se alborota la familia, ya esta por llegar el primer cumpleaños del primogénito, hay que procurar que el acontecimiento goce de la mejor manera posible, aquellos que se acuerdan de aquellos tiempos, con los globos de colores, y las mesas con ricos manjares elaborados por expertas manos, que hoy al igual que el que  escribe todavía siguen haciendo, con arrugas y un poco mas lenta, los niños se alegraban con algún titiritero o algún mago, que con ojos asombrados veían en sus mágicos pases.

Guirnaldas y globos adornaban las paredes, los niños con sus juegos, para los mayores era un punto de reunión de familiares y amigos, muchos de ellos tiempo que no se veían era el encuentro y la conversación.

En el medio de la habitación, como colgando del techo, una gran tela en forma de globo y dentro de ella una cantidad inmensa de caramelos y chocolate, si efectivamente la piñata, que casi a terminar el cumpleaños, los chicos se encargaban de romperla y apresurarse a tomar los caramelos.
Sencillo sin mucho oropel, es el recuerdo de mis cumpleaños de chiquillo


Que distintos los tiempos, otras costumbres, yo creo que los nativos digitales, dirán que aburridos, falta la música, los rayos láser, el payaso, los juegos electrónicos, los panchos y la papas fritas, y por supuesto el pelotero.

Otro tiempo distintas costumbres, pero al igual que entonces los mismos sentimientos los recuerdos se siguen amontonando en mi mente, ese fue un tiempo que pasó, y yo entre dos mundos, iguales y distintos, acostumbrado a caminar entre dos lunas...........


alejandrobojor@gmail.com........ALEJANDRO CAPLAN 





domingo, 3 de marzo de 2013

NEREIDA




El silencio de la noche trae a mi mente  sueños encantados, que quisiera que perduraran y luego se esfuman, traen en tropel, recuerdos que se quedan, el silencio de la noche, me dicta palabras, que convierto en recuerdos, ellos son tan transparentes y claros que los estoy viendo como era entonces, un niño.

Por ese entonces un barrio de casas bajas, un chiquillo de casi doce años, me veo con mi camisa, mi pantalón corto, zapatillas azules, de pronto aparece en mi mente, como fantasmas, dos personajes ella una mujer de cabellera rubia, vestido raído, sus mechones sobre la frente, su mirada triste, extraviada, como queriendo ver sin ver, sus ojos rasgados de un color verde mar, y en su cara reflejada la angustia, sentada en  algún escalón o parada en alguna ochava, siempre rondando el barrio.

Nunca supimos en nuestro tiempo el por que, fue mucho tiempo después, ya adolescentes por boca de unos de los tantos memoriosos del barrio, el nombre de aquella mujer, ella era Nereida nombre exótico y misterioso, ninfa del mar, un desengaño amoroso abandonó a la razón, por la sinrazón, en busca del que fue su amor.

El otro personaje era un hombre robusto, que llegó al barrio, después de una guerra, casi a mitad del siglo pasado, Jonás era su nombre, un pariente lo recibió en su casa, el pobre Jonás no tenía en el mundo ningún otro pariente, no hablaba el idioma, solo a media lengua, y era para pedirte una moneda, y tenía un habito, le gustaba el alcohol, cuando andaba con unas copas de más era tranquilo, se dice que una persona toma una copa de vino, si esa misma persona toma dos copas de vino, el vino toma al vino, y si esa misma persona toma tres copas de vino, el vino toma a la persona. 

Ya avanzada la noche me encuentra, con los recuerdos y sin sueño, ellos me pertenecen ahora es el momento en el cual mi mente se remonta más allá, y me habla de los amigos de los juegos con la pelota, los partidos de futbol jugados en la calle, con una pelota de goma, era un tiempo que no se podía jugar en la calle, pero nosotros seguíamos jugando en ella, hubo un día que por hacer burla al agente, fuimos a parar a la comisaría teníamos quien nos avisaba si venía o no, pero la inexperiencia hizo que nos olvidáramos la retaguardia, quedé atragantado con la gaseosa cuando vi al oficial

Fuimos todos en fila india rumbo a la comisaría, los vecinos extrañados salían a la vereda para ver que sucedía, es cuando aprovechábamos a decirles que avisaran a nuestras madres, inflexibles ante los ruegos, nos ubicaron en una habitación sin ventanas, el cuerpo del delito lo tenía Mario, la pelota, en la habitación había un armario con patas, la idea era desprenderse de ella, y la colocamos debajo del armario, he aquí que el piso del famoso armario tenía un pequeño declive, y al tiempo aparecía la pelota que una y otra vez, como queriendo hacernos una broma, la mandamos hacia el fondo.

Después de un tiempo prudencial, se abrió la puerta, apareció el sargento que nos trajo con unos papeles, y con voz engolada dice, van a pasar de dos en dos, y le voy a hacer unas preguntas, y así fue, hasta que le tocó a Rafael y a Carlos,  el sargento pregunta tu como te llamas, Rafael Subi, el sargento lo miró de reojo como presintiendo algo, y tu como te llamas, Carlos Bajar furioso el sargento hizo pasar a las madres, que ya habían llegado, y les dijo que los jóvenes estaban haciendo broma con él, que los reprimiera.

Ellas le comentaron que cuando vinieron al país, era tanta la cantidad de gente y la pronunciación tan diferente, que los administrativos del registro civil ponían los apellidos que fonéticamente les parecía, Rafael Subi era en principio Subiela y de Carlos era Bajarano, no quedó muy convencido el oficial, de resultas de todo aquello terminamos todos en el palacio de justicia, donde un juez dándole una filípicas a mis padres, por el comportamiento del hijo, contento mi padre no estaba por dejar el trabajo y hasta recibí un tirón de orejas, todo eso por un partido de futbol allá por los años mozos.

En todo este revoltijo de nombres y apellidos, las madres tenían razón en lo que contaban, fueron años que llegaban personas de todo el mundo, el puerto era un gentío en la fotografías de aquellos años se percibe, el que escribe lo ha comprobado, como fonéticamente los distintos idiomas pronunciados parecían los mismos, los nombres escritos no, ejemplos hay, una letra a colocada al final o en el medio, traumaba al portador, un señor francés de apellido Mangher, con una simple letra a final lo transformaron en Manghera, en mi profesión tuve infinidad de ejemplos se presenta un paciente le pregunto su apellido y me dice Saliva¿ mi profesión? Odontólogo me explica que cuando llegaron sus padres de Oriente su apellido es Sliva pero en el documento les apareció una letra a en el medio.

 El sueño me ha vencido, los recuerdos desaparecen, quizá mañana otros entren en mi memoria, será hasta entonces.

alejandrobojor@gmail.com...........ALEJANDRO CAPLAN.