concierto de Aranjuez

lunes, 30 de julio de 2012

MI EGO






Siempre que trato de escribir un cuento sentado frente a la computadora, mis manos sobre el teclado van desgranando hechos que después vuelco sobre mis relatos,  para eso cuento con aliados, comúnmente un jean ya gastado por el tiempo, la camiseta de Atlanta para la inspiración, y un par de zapatillas.

Pero como esta es una ocasión especial me he vestido con un frac, camisa blanca y un moñito de color rojo, si mis estimados lectores, voy a tratar de forma amena escribir sobre el Ego, él es etéreo, invisible pero existe, es el yo, el alma, hay infinidad de libros que hablan sobre ello, diremos que podemos llenar una habitación, pero lo que no dice es donde lo ubicamos en el cuerpo humano, este delirante aprendiz de escritor tratará de situarlo.

Etimológicamente el concepto del yo es latino ¿sus definiciones? el Ego por extensión puede ser alma, conciencia, y para no cansarlos solamente les diré que la humanidad desde los tiempos de los tiempos, siempre lo estudió tanto desde la ciencia, como de lo religioso, o espiritual.

Es por eso que he pasado mucho tiempo en las montañas de Tibet con los monjes estudiando meditación, dormido en innumerables clases de Yoga, para hallar el equilibrio entre lo material y lo espiritual, estoy listo para hablar con mi Yo, para preguntar lo que todos se preguntan: ¿donde está situado?, eso sí que sería un gran descubrimiento.

-hola ¿me llamaste?

-si, precisamente quería hablar contigo

-dale apúrate, hoy no estoy bien, 

-¿estas ofuscado?

-que te parece me llegó la cuenta del gas, de la luz, y la prepaga,

-pero si yo tengo una obra social y la tuya es igual a la mía,

-si pedí turno y me dieron para el 2016 estoy que me salgo de la vaina como pipa caliente,

-¿que me querías preguntar?,

-bueno yo quería saber donde estás situado dentro del cuerpo. ¿Donde te puedo buscar?, estoy en xzyrtehbei dentro de él,

-perdóname pero no te escuché bien ¿dónde es?,

-¿vos estas sordo? claro todo el día con el celular en el oído. Bueno me tengo que ir a torrar(dormir)   te tengo que dejar, ¡¡ huy me llegaron las expensas ¡¡.

Como pudieron apreciar mis queridos lectores, mi otro Yo es bastante reo en su lenguaje, sin embargo trataré más tarde poder conectarme, cuando esté mucho más tranquilo.

El otro día me llega un mail, uno de tantos, que decía que tenía que mandarlo a unas cuantas personas para así tener éxito en lo que emprendiera, y que iba a tener una sorpresa ese mismo día. Después de cenar suena el teléfono, una voz femenina pregunta por el Doctor fulano de tal, ‘si, con el habla’, hace tanto tiempo que no oía que me llamaran Doctor que ya me había olvidado, la voz me dice: ‘A Usted lo estábamos buscando’, resulta que la facultad nos va a dar una plaqueta por cumplir cincuenta años con la profesión, era una colega conocida.

En ese momento recorrió por todo mi cuerpo una especie de electricidad que me llegó hasta el alma, me sentí renovado, me puse frente al espejo y me miré, el espejo me devolvió una figura que no era yo, cabello negro, más joven, más rejuvenecido, tanto que tenía que realizar unos trámites en el centro, pero unas veces por el frío, otras por pereza no lo plasmaba, decidido al otro día, con la enjundia de un muchacho me dirigí a realizar mi gestión, para tal fin encaminé mi andar hacia la boca del subterráneo.

Ya estoy dentro de él, como estaba medio lleno me tomo del pasamanos para afirmarme y de pronto me tocan el hombro, es un muchacho lo primero que pensé es que alguien amigo de lo ajeno tomó lo que no era suyo, pero no, este muchacho me indica que tome asiento, le dije que no, pero se lo agradecí, resultó ser una jovencita la que me cedía el asiento, así que entre los dos me ayudaron a sentarme, el vidrio de la ventanilla me devuelve mi figura, mis cabellos ya no eran negros, eran blancos y mis manos tenían arrugas, se pinchó el globo de mi juventud y me llegó hasta el alma, durante el trayecto me puse a pensar, si se pincha un neumático de un automóvil, se dirige a una gomería, un parche y listo, si uno se lastima una curita, ¿como se cura una herida del alma?

la gotita¡

- ¿quien está hablando?

-soy yo tu otro yo, ¿no preguntaste por la cura del alma? ponele la gotita y sanseacabó, ponele la firma.

Yo tampoco se donde se ubica el alma, que mecanismo se sigue para encontrarse con ella, se que las neuronas son las conductoras del sistema nervioso, por las arterias y las venas la sangre, el sistema linfático, pero creo saber el lugar de entrada, ellos son los sentidos, más aun el sentido del oído, es el responsable del equilibrio si el no funcionara nadie podría caminar, endulza el oído con palabras suaves y tiernas y te llegará al alma el que escribe cree que el mejor remedio para restañar las heridas del alma es el amor todos los días una pequeña dosis.


Estimados lectores los dejo tengo que irme y llevarme al otro yo 

lunes, 23 de julio de 2012

EL FLORISTA





Este relato comienza como todo cuento “por casualidad”. Estando en el negocio de un amigo, conversando animadamente sobre noticias de actualidad, de pronto se presenta el florista con un enorme ramo de flores, pregunta por Miguel ese es el nombre de mi amigo, lo miro con extrañeza y le pregunto no sabía que tenías un aniversario, me dijo bajito para que nadie escuchara es el cumpleaños de mi señora y quiero darle una sorpresa, y me indicó si por esas casualidades tienes que regalar flores,  este hombre es el más conveniente está acá a la vuelta, tiene un puesto sobre la calle, miré el ramo era excelente le dije que lo tendría en cuenta para cuando llegue la oportunidad. 

Después de varios meses de aquella conversación, la patrona comienza muy sutilmente a insinuarme que se acerca una fecha muy importante, como si yo no me diera cuenta que es nuestro aniversario de casamiento, es el número cincuenta bodas de oro no es un aniversario más, es todo un acontecimiento que hay que festejarlo con el mayor brillo, gente sencilla y simple acostumbrado a lo familiar sin mucho oropel, el festejo sería como dice mi gente una mesa  larga pero en familia.

Fue así que me acordé en ese momento del florista, el de aquel hermoso ramo que había visto en esa oportunidad, me dirigí hasta el puesto para encargarle un ramo para la ocasión, efectivamente el puesto se encontraba en la vereda lo atendían la señora y él, lo encaré y le pregunté: bueno el dialogo fue este más o menos de este modo

Yo preguntando…..vengo recomendado por Miguelito si eso es garantía

Florista…………….quien no lo conozco

Yo………………….se me cayó la garantía y el asunto venía mal pensé

Yo………………….lo he visto a usted varias veces con hermosos ramos de flores

Florista……………..el festejo de que se trata

Yo…………………..Don José quiero un ramo para que nunca lo olvidemos la patrona

y el que le habla se lo agradeceremos siempre

Florista……………...se lo que quiere

Yo…………………...le dejo un anticipo

Florista………………cuando se lo lleve

Es el momento que se oye la voz de la señora que dice, bueno señor puede dejar una seña, ella era la negociante el hombre sencillamente un florista, me deja un instante para anotar y entra a una especie de puerta camuflada entre las flores, iría a buscar una computadora una laptop, no la encontraba le preguntó a la señora si lo había visto en fin después de un rato aparece con un cuaderno de tapas negras y un lapicera, y anota y yo que pensé que estamos pasando casi mas de diez años del nuevo siglo pero el florista parece que no.

El día ha llegado hemos recibido el más hermoso ramo que uno pueda pensar para recordarlo toda la vida, además de su trabajo puso en ese ramo su corazón este artista de las flores el Florista.

Me encantan las flores sobre todo su enorme gama de colores además de su perfume, cuando paso por una florería o cualquier puesto de flores siempre me paro un rato y así contemplarlas por un pequeño instante, es un bálsamo para el espíritu por lo menos para el que escribe, miro a mi alrededor veo gente que mira sin ver, apurados en su andar con un celular puesto en la oreja o simplemente en la mano, ellos se pierden el maravilloso mundo de las flores, el maravilloso mundo de los colores y aromas.

Un mito popular dice que hay que hablarles a las flores y a las plantas para que den lo que pueden ofrecer, flores mas grandes colores más brillantes, ellas entienden pero no hablan yo creo que si, por las noches se comunican, en un tiempo tenía un patio grande y como me gustan, conservaba en pequeñas macetas, rosas, jazmines, gladiolos, pensamientos, los alimentaba con nutrientes, les regaba con agua y les hablaba como decía el mito.

Iba viendo que las mismas tenían más verdor eran más coloridas, cuando sucedió algo inédito, entre todas las macetas había una maceta grande esas antiguas de piedra con patas, allí solía haber un malvón que siempre estaba lleno de flores rojas intensas y grandes antes de traerla en esta mudanza,  desde ese momento siempre daba hojas de un verde intenso pero nunca más dio una flor.

Pienso que se puso celosa de las demás, una noche me puse a charlar, yo hablaba, parecía un loco más, y sucedió, como a los tres días de la charla el malvón me dio la más bella flor que yo haya visto, grande majestuosa de un color púrpura fuerte para que la contemple hasta su desaparición, más luego todas fueron hojas verdes cada vez más grandes. Nunca más dio alguna flor aún conservo la vieja maceta de piedra con patas y mi malvón




ALEJANDRO CAPLAN...................alejandrobojor@gmail.com










DON ERNESTO


Era un día espléndido para iniciar mi caminata diaria, esa que hacía casi todos los días pares entonces me dirigí hacia el parque, en el camino antes de cruzar la calle se me acerca no sé como decirlo, pues tiene varias acepciones: un anciano, una persona de la cuarta edad, o entonces un adulto mayor, me pregunta la hora le indico la hora fue entonces que lo observé, era como todo anciano de cara bonachona, en cuanto íbamos a cruzar su andar era lento y cansino, por eso como no seguía mi ritmo caminé a su lado.
 

Recorriendo el parque nos pusimos a conversar, era el una persona muy instruida lo que me pareció que en su tiempo fue universitario y se me ocurrió comentarlo, una carcajada fue su respuesta, me dijo ni por asomo yo desde chico hice un hábito de la lectura para mi es un placer y leía todo lo que podía, dentro del tiempo que el trabajo me lo permitía lo observé un poco mas detenidamente, pude comprobar que por su edad estaba un poco encorvado, su lucidez mental intacta, claro que no podía seguirme el ritmo, yo me adapté al suyo.


Ya medio cansado en medio de la caminata me pide si por favor podíamos parar un poco, estábamos cerca de un banco lo invité a sentarse así podíamos hablar un poco eran tan agradables sus anécdotas y a la vez simpáticas, le pregunté su nombre me respondió Ernesto, entre otras cosas me dijo que por indicación médica tenía que caminar para mantener el físico y hacer crucigramas para ejercicio mental,  llevaba en su mano una botella de agua, su esposa le dijo que era para no deshidratarse.

Así fue por varios meses me dijo que para llegar a ser Don Ernesto, tuvo que pasar tiempo, primero era Ernesto luego Señor Ernesto más acá en el tiempo y como si fuera una medalla al mérito es Don Ernesto, entonces comenzó con sus recuerdos anecdóticos. 

Van surgiendo una a una todas sus vivencias, siendo joven trabajaba en una oficina, en la misma trabajaba  un jovencito su nombre Gerundio, como le dije, me respondió que en su tiempo los padres le ponían a sus hijos el nombre de algún pariente, o del santo de ese día, se acuerda por que el joven era de pocas luces me dijo: usted me entiende, asentí con un movimiento de cabeza, recuerda que era para Navidad no así el año.

El momento mágico se produjo, llega este pibe Gerundio y dice como si fuera cosa de todos los días me saqué la grande de Navidad, la lotería de ese entonces era un pase de clase media a clase alta, era un montón de dinero pero este muchacho no tenía idea, una vez que se fue, todos o casi todos quedaron mudos uno dijo: Dios le da pan al que no tiene dientes, me dije para mis adentros si lloviera sopa estaría abajo con un tenedor, lo cierto es que casi tres días mas tarde nos dice que no va a trabajar más en la oficina, le preguntamos donde iba a trabajar nos dijo que no iba a trabajar más.

Fueron muchos meses de charlas y anécdotas, un día me dice que para que la patrona caminara un poco, fueron a caminar por la avenida unas cuadras, mirando vidrieras descubre en una librería un libro de tapas duras en exhibición, lee el título muy entrador se llamaba Viajero del Mundo, como subtitulo El Ilusionista, mira el autor y era Gerundio y el apellido coincidía. 

Resulta que el pibe hizo lo mejor que pudo hacer se dedicó a viajar, y el que tenía pocas luces se le prendieron todas lasmparitas conoce otras culturas otras costumbre, y la plasma en un libro con magníficas fotografías y anécdotas complementando el todo, y todos viajamos con él, el librero le dijo que no era un best seller pero tenía un buen éxito, y este era uno de una serie de varios libros.

Hoy lo ví traía en la mano un libro de tapas duras, estaba sentado en el mismo banco que nos vimos la primera vez, lo estaba leyendo entusiasmado y como siempre tuvimos un diálogo muy fluido, como siempre lo tuvimos, aunque había diferencia de edad éramos dos amigos de larga data, después de un tiempo de charlar nos despedimos como siempre.

Hace días que no lo veo por el parque, recorro varias veces la senda donde caminábamos pero es inútil no lo encuentro lo primero que pensé es que se había mudado, me dije que me lo hubiera comentado, pensé que hacía frío y a lo mejor estaría en su casa, más adelante que hacía calor y la humedad lo hubieran perjudicado, lo real y cierto es que a mi amigo Don Ernesto no lo vi más. 

De vez en cuando busco en el anaquel de mi biblioteca un libro de tapas duras que él me había obsequiado, lo abro miro en su interior las fotografías pero veo una cara bonachona una dulce sonrisa, su voz, sus anécdotas.

Hasta mañana don Ernesto.

Hasta mañana Ale.                                  HASTA SIEMPRE DON ERNESTO 
           


alejandrobojor@gmail.com...........ALEJANDRO CAPLAN



lunes, 16 de julio de 2012

EL POLAQUITO


                                                                     




Esta es una historia que para entenderla hay que saber el entorno en la que se desarrolla, viene desde casi la mitad del siglo pasado, el barrio en el que vivía  donde todas las casas eran bajas, donde los juegos y los amigos los encontrabas en la calle, frente a mi puerta que nunca se cerraba eran tiempos en que el lechero traía su mercadería hasta tu casa, eran tiempos del que vendía con su carro repleto, tirado por un cansado caballo de sillas, mesas, cajones y todo lo imaginable de mimbre fueron y serán mis tiempos, distinto no sabría decir si era mejor o no, de una cosa estoy seguro, fue mi tiempo.

Todo eso lo fui descubriendo mas tarde ya de adulto, porque  en ese momento era un niño y como tal vivía desprejuiciado viviendo un presente, sin pasado ni tampoco pensar en el futuro eso quedaba tan lejano en mi camino, fueron tiempos de felicidad, en este punto de mi relato tengo que hacer un paréntesis describiendo mi casa, mi familia compuesta por mi madre mi padre mi hermano y por supuesto el que escribe.

 Era dentro del edificio un departamento, tenía  una particularidad muy peculiar, el edificio era todo en una planta tenía una espaciosa entrada seguida por un zaguán al que se llegaba subiendo dos pequeños escalones, tras de el un pequeño pasillo, de alrededor de unos veinte metros hasta una alta pared.

En ese espacio  había un departamento del lado derecho con una puerta casi siempre pintada de negro y su sala mas grande daba sobre la calle, con  su ventana y dos balcones, sobre  la medianera de lado izquierdo, una medianera no muy alta en donde se veía el entoldado de un parral dando sombra y fresco en verano, esa casa era de Manuel hombre de color, el mas bueno que el pan, eso lo hacía mi pensamiento de un niño como era entones, Don Manuel en el tiempo de la recolección de las uvas las repartía entre sus vecinos.

Nuestro departamento era el penúltimo sencillo pero acogedor, su puerta de entrada daba a un patio descubierto, en un rincón del mismo una gran pileta de lavar, al fondo del mismo dos puertas una el baño y la otra la cocina, que tenía una mesada con dos hornallas bajo ellas dos huecos donde se ponía carbón.Eso es así como lo cuento ahora parece del tiempo de la colonia pero es verdad no existían supermercados ni tampoco delivery, se elaboraba la comida al carbón.

A la izquierda de la entrada dos habitaciones una hacía de dormitorio y otra de comedor, ya casi teniendo alrededor de nueve o diez años sabiendo leer y escribir, se abrió para mi un mundo enorme y magnifico, leía todo lo que caía en mis manos en ese tiempo los diarios eran de hojas tan grandes, que para poder leerlas colocaba el diario en el piso del patio y me acostaba para leer.

Es en ese punto cuando mi madre se enojaba y me decía Negro levántate del suelo, mi apodo o como quiera llamarlo, no pudiera ser mas acertado con un poco de imaginación, verán un flacucho de tez blanca mas bien tirando a morocho subido, con el cabello pirincho y un remolino justo en el punto mas alto de mi cabeza, ese era mi apodo debía ser así de chico el porque toda la familia me llamaba de ese modo.

Los amigos de ese entonces eran casi todos de la misma edad fue por entonces que oímos que en la casa de la esquina, se habían mudado una familia nueva, curiosos queríamos saber quienes eran, se decía que esta nueva gente tenía varios chicos de nuestra edad, estábamos siempre espiando para conocer de quienes se trataba gente rara para nuestro entender, siempre salía de a uno mirando hacia un lado y al otro como desconfiando daban unos pasos y luego volvían a entrar, y no volvían a salir cosa muy extraña para aquellos tiempos, pues todos se saludaban, además nosotros la pequeña pandilla conocíamos a todos y todos nos conocían a nosotros por el nombre y apodos, por todo ello se nos hacía mas que extraño todo aquello.

De pronto vimos al polaquito mas o menos de nuestra edad, el ya se animaba a caminar por la calle en la cual el grupito siempre estaba, igual de desconfiado que su familia caminaba mirando a todos lados, nos acercamos para que juegue con nosotros, el chico hablaba polaco y decía algunas palabras en español con su acento pero se mostró amigable y bueno, fue desde entonces uno mas del grupo.

Siempre hacíamos un examen de aptitudes nunca culturales, como buenos futboleros en un país futbolero este examen era para ver las virtudes del juego. Con que pierna ¿pateas? resulta que el polaquito era zurdo, le dimos una pelota y el pobre pibe no embocaba una, tanto que uno del grupo sentenció pero muchachos este pibe es de madera o sea en buen criollo un tronco, uno mas prudente dijo y si lo ponemos de arquero el polaquito era torpe con los pies y con las manos, pero ya era nuestro amigo pudimos con el, pero nunca con los otros hermanos, menos con lo padres actuaban como si fueran personas autistas creo que tengo viejas fotografías en blanco y negro ya medio amarillentas en donde aparece el polaquito.


Tiempo ya más maduro, entro a reflexionar como dicen los poetas que escriben canciones sentimentales o de protesta. Los caminos de la vida nos llevan a nuevos destinos a distintas sendas a transitar, se van perdiendo los viejos y queridos amigos, vendrán otros nuevos a reemplazar a los antiguos y seguimos transitando los caminos.

A veces me pregunto el polaquito llegó a nosotros después de una cruenta guerra , vino del infierno y nosotros quisimos en aquel entonces que pateara una pelota, tal vez el pobre chico nunca llegó a tener una creo, el chico aceleró su niñez, su adolescencia y se hizo adulto prematuramente y cuando conoció al grupo era ya adulto, tal vez su torpeza era  innata o fingida, su mirada siempre igual, el rictus de su cara no lo demostraba, se reía, lloraba de vez en cuando pero su mirada, sus ojos no lo demostraban, cuando un niño está triste sus ojos se achican y pierden su brillo, cuando está contento sus ojos se agrandan y tienen un brillo especial


Yo eso lo encontré con mi hijo y mis nietos pero no lo veía en el polaquito siempre la misma mirada, no será tal vez que este adulto quiso ser otra vez un NIÑO? Con el devenir del tiempo poco a poco su presencia se fue perdiendo se fue esfumando hasta perderse en el olvido no del todo por que lo he rescatado en esta nota. Ahora que me acuerdo nunca nos dijo como se llamaba, solamente para nosotros........ El POLAQUITO.


Alejandrobojor@gmail.com