concierto de Aranjuez

jueves, 22 de diciembre de 2016

REBELDÍA


Érase un día cualquiera en que un hombre de gruesa barba blanca y cabello canoso 
como lo hace mil veces camina despacio como si un invisible viento lo empujara 
doblando su espalda trata de llegar al bar en esa tarde gris.

Ya en el bar ese que tantos amigos tenía las tertulias se fueron escaseando hasta que ya nadie queda, sus mesas desgastadas y los mosaicos del piso son los mismos, se sienta en una de ellas la del lado de la ventana para observar la calle, el mozo ya lo conoce y le trae su taza de café que el anciano lo toma sorbo a sorbo, mirando la ventana ve el vertiginoso movimiento y queda pensativo como si su mente entrara en un túnel del tiempo.


Mirando sin ver a través del ventanal solo se ve él con su cabello negro azabache, 
aquel cuando era un muchacho, se ve a si mismo con un taco de billar jugando 
en sus mesas sin troneras, carambola simple a tres bandas cuando se oía un tango 
y luego volver a la casa a cenar, en un tiempo sin prisa.

En donde había pocos teléfonos para hablar a larga distancia la telefonista decía 
las horas de espera hoy un tiempo ya superado, despierta de su ensueño ve desde 
su lugar un gentío la multitud camina en uno y otro sentido autómatas de una época, 
ese teléfono con telefonista incluida hoy se ha transformando en un celular un 
aparato complejo que tiene además por último, un receptor para hablar.

El vértigo de la gran ciudad presurosa su gente lo va descolocando y mirando de soslayo la empuñadura de su bastón sobre su silla, una lágrima le estremeció el alma y como una nube de humo los recuerdos se le rebelan allá en el tiempo y a la distancia.


 Su juventud unos ojos negros profundos de mirada tierna largas caminatas hacia el parque, aquél asiento siempre el mismo un beso robado al azar, encuentros furtivos en la esquina del buzón hasta que un cierto día desapareció de su vida, la casa de su jardín florido sus flores de han marchitado hoy lo ocupa el yuyal, la puerta negra despintada cerrada con un candado le cerró el corazón, nunca jamás la encontró.

Una congoja le apretuja el pecho y como una rebeldía entre sueños querría volver a vivir aquellos tiempos y así entre sueños nostálgicos vuelve a la realidad, el cielo se ha encapotado y comienza a llover cientos de paraguas han entoldado la ciudad,  la lluvia golpea sobre el ventanal las gotas se deslizan como lágrima hasta desaparecer enfrascado en sus pensamientos no advierte que alguien se ha sentado en su mesa.


El recién llegado parece un viejo personaje de historieta vestido con un impermeable oscuro y un paraguas de color negro de nariz prominente alto y delgado, y comenzó a hablar Hola Juan estás igualito el anciano lo miró con el rabo del ojo su nombre es Carlos, luego mira a través del ventanal la lluvia continúa el encantamiento se ha ido, y piensa continuar con la charada ya tiene alguien con quien conversar.

El oscuro personaje insiste Te acuerdas Juan de mi por tu manera de mirar me pareció que no, yo soy Óscar del equipo de fútbol era el arquero cuando íbamos a las canchas detrás de la algodonera. Ese fue el momento que el anciano lo reconoció otros tiempos otras épocas, cuando un día domingo a las nueve de la mañana se juntaban once voluntades para jugar un partido de fútbol, hoy otro tiempo no se consigue después del boliche ni dos para jugar a la play.

Hay dos hombres maduros buceando en lo profundo del río, haciendo aflorar recuerdos alegrías y tristezas llantos y risas, de un tiempo ese tiempo sin retorno como la corriente del río se lo lleva donde en su superficie fluye lo cotidiano, entre recuerdos lentamente va cayendo la tarde es hora de despedirse hasta un próximo encuentro estos dos ancianos que un día fueron compañeros de aquel equipo de futbol el que se llamó……..ONCE CORAZONES.


     

      















    

lunes, 12 de diciembre de 2016

PROFETAS DEL FUTURO


En tiempos pasados algunos historiadores lo ubican a fines del siglo diez y ocho o principios del diez y nueve hubo en el mundo una revolución industrial,  esta comenzó a gestarse en Europa, mas bien consistía en fábricas textiles, con la industrialización de géneros, cuentan que por ese entonces muchos fabricantes se esforzaban por encontrar una tela de superior calidad.

A la sazón había un químico que sobresalía del común y en su afán de superación y por casualidad descubre una tela de insuperables cualidades por la cual se distinguía, la misma no se manchaba, era impermeable, y tampoco se arrugaba pero tenía una falla solamente se podía encontrar en el color verde, contento con su descubrimiento se hizo hacer un traje verde y poder mostrárselo al fabricante por aquellos tiempos más  poderoso.

Es entonces que aparecen sus desventuras, su invento traía consigo que la industria textil desapareciera, por lo tanto se quedarían sin trabajo los miles de operarios de las innumerables fábricas, los dueños de las mismas perderían sus ganancias y el caos traería pobreza a la población.

Situación insostenible, muy perjudicial para todo el mundo. Es en ese momento que se reúnen los dueños de las empresas para ver como solucionar la situación, luego de extensas deliberaciones llegan a un veredicto, la solución es casi unánime, eliminar el estorbo como sea, pobre químico, él y su invento tendría que desaparecer, nunca pude saber lo que sucedió con el desventurado químico y que fue de su invento.

Es el momento que aparezca en este relato el automóvil, para que su motor funcione se necesita energía, por ejemplo la nafta, que proviene del petróleo, mas tarde, el uso del gas que también lo poseen las regiones petroleras, aparecen recientemente los automóviles eléctricos, mas lentos y menos autonomía de recorrido.

Este delirante escritor de cuentos su imaginación no tiene límites, piensa que pasaría si alguien o alguno descubre por casualidad, que funcione con agua, cualquier agua podría ser la del mar, del río. Y que pasaría con las regiones petroleras y gasíferas, sería un caos, y al igual que nuestro desventurado químico, nunca sabremos de él ni de su invento.

Inventos tras inventos se suceden todos los días podríamos hablar de lo aviones, en este momento hay tripulados no tripulados, los que se hacen invisibles a los radares por su forma, a nuestra vista, invisibles automóviles, estos inventos más reciente.


En tren de imaginar imaginemos, que en el día de mañana se presente un químico o un inventor que por pura casualidad descubre una tela invisible a los ojos humanos pero tiene una particularidad muy especial, el que pase por ella, sea la puerta o un puente para entrar a otra dimensión, puede que al pasado, o hacia el futuro sin retorno,¿que sería de él?¿sabríamos quien era o quien fue?, esto no es real es pura imaginación PERO TAL VEZ…



REMOLINO



Ya va apareciendo en el horizonte el amanecer de un nuevo año, y como es costumbre  como cada año desde hace mucho tiempo, comienzo con un balance del año que se esta por irse, solamente dos columnas, el debe y el haber, siempre ha sido material, pero en esta ocasión no es de ese modo, dos columnas que hablan de distinta manera.


Trataré de hacer un paralelo entre las matemáticas y nuestras vidas, nuestro camino un cauce de un río, o un amplio mar, la marcha es calma, el horizonte, que no vemos,  nuestro destino, navegamos nuestra niñez, la adolescencia, hasta que en medio  de la adultez, comienza a tropezar con un remolino que como una espiral lo mantiene dando vueltas, es en ese momento que necesita una ayuda, una mano, un sostén, un amigo.

Hay una cita que dice no camines detrás de mi, puede que no te guié, no camines delante de mi, quizás que no pueda seguirte, camina junto a mi y se mi amigo, después de mucho andar, el tiempo pareciera que pasara como un soplo, ya llega fin de año, si parece que fue ayer que festejamos el nuevo año, el tiempo se nos escurre como el agua ente los dedos , lo mismo si tomamos un puñado de arena, eso pasa y seguirá pasando, el tiempo pasa rápido, pero las distancias son mas largas.

Con paso cansino y lento golpeado por los vientos del tiempo, voy caminando por esas calles que época atrás transitaba allá por los años jóvenes  observando lo cambiado que está a través de los años.

Creo que estoy terminando mi tarea las dos columnas la del debe y el haber están equilibradas en este año.

Mis estimados lectores estando a las puertas de las fiestas de Navidad les deseo a todos una feliz Navidad junto a los suyos, y para el año que se inicia un año pleno de felicidad, en paz, con salud, dicha y prosperidad, levanto esta copa virtual para brindar con ustedes, muchas felicidades.



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jueves, 27 de octubre de 2016

MARIPOSAS DE COLORES




En el cambiante mundo de los tiempos en el ajetreado y agitado universo, caminando en la cornisa de espaciosos jardines de la vida dejando atrás el stress y el smog los celulares, las computadoras, viviendo en una  era digital de nativos y no digitales una era que se va apagando, y dejar paso a una nueva época la floreciente robótica tengo envidia de las mariposas de colores.


Mariposas de colores esas que muestran su alegría con sus diversas coloraciones, esas en que la vida transcurre en un día, ellas que no tienen pasado ni el sortilegio del futuro, esas que libando las flores aletean en los jardines, que me recuerda como entrando en un túnel del tiempo la época de la niñez, un transpirado purrete corriendo tratando de atraparlas a las casquivanas de alas tornasoladas.

Las oscuras nubes han entoldado la ciudad la pegajosa humedad traen presagio de tormenta, ha comenzado a llover los vidrios de la ventana se van mojando y el agua hace que las pequeñas gotas se deslicen como lagrimas en esta tarde gris, que traen memorias y recuerdos me zambullo y voy navegando a través del tiempo.


Que lejos han quedado esos juegos de la niñez, el balero las bolitas de vidrio haciendo puntería en cuclillas sobre la tierra alrededor del árbol el yo-yo, y la infaltable pelota de goma correrte hasta el parque y poder levantar el barrilete, hoy esos juegos han sido reemplazados casi no quedan calesitas donde volaban los sueños de esos niños.

Sigo navegando en ese túnel no veo el final en este frágil barquito de papel que lleva por vela un trozo de cartón pinchado con un escarbadientes. Siglo pasado la ciudad de despereza y sus movimientos son lentos como los pasos de un minué, el adoquinado de sus calles resplandecientes después del rocío de la noche, el brillo de las recientes vías del tranvía añorando las tardecitas después de la escuela el café con leche con pan y manteca preparado por las expertas manos de la madre.


La placidez de una tarde de verano las comadres contando sus cuitas sentadas en una silla,  los niños jugando su juego preferido un picado con una pelota de goma las niñas jugando a la rayuela, y el vigilante de la esquina haciendo su ronda un saludo cordial a las damas.

El viaje está llegando a su finalización traviesos duendes me han llevado a transitar en el tiempo navegando en una frágil embarcación en ese túnel de fantasía, al igual que las mariposas de colores la imaginación me ha hecho volar en esta tarde gris……..


     

  


  

jueves, 13 de octubre de 2016

HILANDO RECUERDOS



Hoy un hombre curtido por los años arrugas en su frente que al igual que los árboles denota su edad, peregrino de los tiempos va caminando en ese crudo invierno ha olvidado hacia donde se dirigía los años la vida lo ha alcanzado, transita sobre un colchón de hojas ocre, y mientras esboza una sonrisa cómplice por que dentro de su mente sus evocaciones  una tras otra se agolpan en su memoria, él está hilando recuerdos.


Recuerdos de su niñez sus veloces zapatillas azules ha quedado en el olvido, hoy camina despacio como despreciando el tiempo arrastra los pies como si el calzado le pesara, o tal vez los vientos de los tiempos lo hubieran conseguido. Luego de dar vueltas sin rumbo fijo recuerda cual era su destino, encontrarse como todo los domingos  en el bar de Manolo con los amigos cuatro veteranos arreglando el mundo alrededor de una mesa y una taza de café.

Comparten su tiempo contando anécdotas de sus años viejos algunas divertidas con sus fotos en blanco y negro, las cuales se van poniendo amarillentas como queriendo desvanecerse, ahí está el gran pescador abriendo sus brazos para intentar mostrar el enorme pez que pescó, fue el tiempo que nuestro personaje comenzó con su historia

Era un tiempo allá a lo lejos que harto de estar harto halle refugio en un solitario pueblo lejos del mundanal ruido, pocas casas poco ruido el motor de un auto de vez en cuando el ruido de un sulky, ladrido de perros en esa época era muy susceptible a perros y gatos cuando una mañana en  el umbral de mi puerta había un pequeño gatito maullando, pues el pobre tenía media cola cortada tal vez después de un trifulca.

Me miró a los ojos como implorando que lo levantara sus ojos de gato que por supuesto no hablaba sin embargo sus ojos eso fue lo que decían, lo levanté y lo llevé a ver a un veterinario este lo auscultó y como susurrando casi al oído me dijo tendremos que cortarle la cola si no lo hacemos el animal se nos muere, hice de tripas corazón y como no podía ser de otra manera di el consentimiento.

Lo cuidé nos hicimos amigos yo le daba de comer y él jugaba con mis zapatos, su pelaje era de un color beige ¿como lo llamaría? tendría que ponerle un nombre, busqué como mil nombres Cacique, Capitán, Brillante, no encontraba un nombre apropiado para semejante belleza, un gato de color beige que en vez de cola tenía un rabito era único y encontré justo el nombre lo llamé ¡¡ MININO ¡¡

Fue creciendo con el tiempo como mis esperanzas de volver al terruño, fueron pasando unos años y el minino se fue haciendo callejero se iba de noche y aparecía al otro día para comer y tratar de juguetear, más tarde me dí cuenta de sus correrías sus escapadas era a la panadería de al lado entre carbón y leña tenía su harem, creo que me equivoqué al ponerle el nombre este tenía que ser ¡¡ JUAN TENORIO¡¡

Los años pasaron todo fue quedando atrás algunas cosas se olvidan otras van quedando en la memoria, y las ajetreadas neuronas más viejas más cansadas con sus mochilas cargadas trabajan más lentas, algunas historias se van diluyendo pero otras quedan grabadas en la mente y en el corazón.


     


sábado, 20 de agosto de 2016

SORTILEGIO



Es un mediodía de un caluroso verano un individuo cruza la calle desierta sin saber que alguien lo observa tras un ventanal, el hombre continúa su camino como si supiera donde transita, quien en esa hora con la caléndula se atreve parece ansioso por llegar quien sabe donde, su sombra lo acompaña cada vez más cerca más chica hasta desaparecer.


Su silueta se va agrandando al aproximarse el fisgón cree reconocerlo, aunque su paso es lento su cabeza se ha teñido con cabellos color plata, un invisible viento pareciera empujarlo tratando de inclinar su espalda, es ese que un día se fue después que un desengaño amoroso lo dejó en chancleta. Se marchó a pelearle a la vida.

Se subió al ring de la vida en ese cuadrilátero ganó también perdió la misma lo golpeó  hoy vuelve a sus fuentes los recuerdos apuran sus pasos al barrio que lo vio nacer, recorre las gastadas baldosas que tantas veces pisó un barrio suburbano de casas bajas y adoquinado en sus calles olvidado del mundo, fue creciendo como el caminar de una tortuga lenta muy lenta.


La culpa del olvido la tiene las continuas inundaciones de arroyo que tiene en sus orillas las casas nunca se pudieron vender son las mismas con su misma fachada algunas sin revoque en sus paredes la casualidad quiso que pasara frente a la vivienda de la que fue su amor primero, de pronto se abrió la puerta y la conoció pero se miraron como dos desconocidos dio unos pasos se paró y mirando la pared la vio como era entonces ahora sin revoques en su frente donde una trepadora madreselva va ocupando su lugar.

El hombre va llegando de un mundo de luces de neón un mundo frenético un mundo conflictivo y conflictuado, pareciera que a esta altura de su vida busque un remanso para descansar, va caminando por esa calle desierta del barrio olvidada del mundo su adoquinado por el paso del tiempo se ha deteriorado y han quedado algunos baches nadie transita por ellos.

Solamente aquel anciano curioso que fisgonea escondido detrás de unas cortinas de una ventana lo ve pasar por la vereda de enfrente, y antes de llegar a la esquina donde está el almacén de Quintana y despacho de bebidas donde en sus gastadas mesas cuatro parroquianos juegan al truco, y sobre la barra un habitué va consumiendo su anteúltima copa de licor desaparece se esfuma como si fuera un truco de magia.


Asombrado mira la calle solitaria solamente la sombra de loa árboles acarician su alma en ese tórrido verano, cuando su atribulada mente creyó ver tal vez hechizado, un fantasma sortilegio de su soledad………



sábado, 9 de julio de 2016

BIENVENIDA TRISTEZA



Esta es una historia de un ignoto personaje descubierto dentro de un viejo bar, sentado en una mesa tan desgastada y añeja como el antiguo bar, en un ángulo del mismo siempre sentado en el mismo lugar nuestro protagonista pareciera que fuera como un adorno más del establecimiento, un hombre anciano de cabello revuelto color ceniza las arrugas en la frente delatan la edad del mismo la expresión de su rostro revelan su tristeza.

Se acostumbra a decir que los ojos reflejan el estado del alma, su mirada otrora brillante estaba opacada y enrojecida grandes ojeras pintadas en sus cuencas, brillosa su nariz enrojecida daba el perfil de un ebrio aferrado al vaso de licor y una botella sobre la  corroída mesa, los parroquianos siempre le hacían bromas que el personaje ignoraba bajo los efluvios etílicos.

Ocurrió una noche en que las chanzas se hicieron más frecuentes y fue en ese momento que el individuo recobró su lucidez, sus entornados ojos dieron paso a unos fulgurantes ojos negros y se dirigió a quienes lo estaban acosando, el silencio se apoderó del bar esto es lo que se le oyó decir.

Bienvenida tristeza a mi pequeña isla llena de nostálgicos recuerdos que me alejan del presente donde vienen cabalgando los cuatro jinetes de la Apocalipsis, ellos son la guerra el hambre victoria y la muerte, bienvenida tristeza a mi isla que me da alegría paradoja de la vida cuando dos polos se encuentran.

Bienvenida tristeza a mi isla donde el rosicler de la mañana los primeros rayos del sol asoman más luego el sol esplendoroso me ilumina, el trinar de los pájaros y el murmullo de un manantial el silencio de la isla me invita a poder hablar con los que ya no están, escucho sus cristalinas voces ellos se han ido buscando su estrella.

Bienvenida tristeza a la isla cuando la tarde cae y desde la playa ver el ocaso el enorme sol acariciando la mar luego se entrega a ella hasta desaparecer, y se convierte en noche un manto de negro azabache donde vienen galopando los cuatro jinetes en sus corceles el rojo el negro entonces es el momento de llegarme al bar y beber hasta encontrarme en mi refugio en mi pequeña isla BIENVENIDA TRISTEZA








martes, 14 de junio de 2016

TANGUEANDO UN TANGO



Como expresar con palabras un sentimiento, quien pueda explicarlo, lo hace bailando, eso es el tango, dejemos para historiadores su origen, una mezcla de melodías de emigrantes europeos, música y ritmo de  descendientes afroamericanos, baile de nativos rioplatenses, esa es otra parte, para el que escribe parecería ser un sentimiento dolorido que se baila.

Nacido en los arrabales de Río de la Plata, su lánguida melodía parece hechizar a los bailarines, entrelazados en un abrazo, se puede escuchar el cuerpo del otro, mientras improvisan movimientos, cortes, quebradas, diferentes  para cada uno de ellos, siempre abrazados juntos, seducidos por el encanto de la melodía.


El abrazo de la pareja expresa, la sensualidad de la cadencia de la música, sigue la danza su hechizo, eclipsados continúan con sus giros, existen mientras dura la canción, y mueren en los postreros compases, mágica visión de quien lo vive con intensidad.

Se oyen rumores de orquesta, primero un solo de violines, que siempre agrada al oído, pues tiene susurros de manantiales, luego se agregan el piano, contrabajo y por supuesto los roncos bandoneones, cuyo sonido parece un lamento, un quejido, todo ensamblado da el sonido de una orquesta de tango.

En la pista hay dos bailarines ella y él, comienzan a bailar ese ritmo lento y cadencioso, de pronto pareciera que la pista de baile fuera una hoguera, una lengua de fuego va subiendo y envolviendo a los bailarines, la sangre caliente bulle en sus cuerpos, los corazones se aceleran, comienzan a palpitar con más intensidad, como el galope de tropilla, al estar abrazados se sienten al unísono, es cuando la magia de la música los atrae, como hipnotizados, y los transporta hacia otra dimensión, eclipsados ambos, solo se ven ellos, no están solos, el genio de la música como un titiretero los hace danzar, con corte quebrada y filigranas.

Ese es el tango, pasional, triste, melancólico, alguien con mucho criterio dijo que el tango es un sentimiento que se baila.

De pronto me veo como en un espejo, una plaza de toros, un torero con su traje de luces, da una última estocada de muerte al toro, vencido y agonizante el toro se echa, el torero levanta la mano, para que sus segundos dejen morir tranquila a la bestia, mientras los acordes de la melodía del tango se va lentamente extinguiendo como la vida del toro, en el mismo tiempo que el toro muere, muere el tango con el último compás.

El que escribe siempre ha bailado el tango y lo sigo bailando, hay en mi cabeza cabellos blancos, ahora bailo no con la pasión de los años mozos, pero como dice el tango.
Me iré bailando mientras las tabas me den con que.




lunes, 30 de mayo de 2016

VIVENCIAS



En esta noche cuando el silencio es cómplice y la lluvia va trayendo la tormenta que se avecina, las vivencias vividas a través de los años la retina se ha llenado de paisajes y personajes colores tornasolados borracho de recuerdos que atesoran su mente van desfilando ante él como si estuviera en otra dimensión, como un túnel de tiempo y el pasado como un cuadro psicodélico se presenta como el presente.

Un hombre maduro arrugas en su frente de manos callosas de trabajos duros, anciano de cabellos de plata tiene la edad del obelisco, juntos vieron crecer la Buenos Aires antigua fundada a la vera de un gran río de color león, hoy convertida en esa ciudad moderna cosmopolita y vivaz.


Recuerda el anciano su niñez su casa la calle con su adoquinado brillante en las mañanas después del rocío de la noche, sus juegos con amigos pantalones cortos medias tres cuartos y sus zapatillas gastadas de tanto pegarle a la pelota sus campeonatos de balero, las bolitas esas multicolores agachados a la sombra de un árbol tratando de hacer puntería.

La luz tenue de la calle al caer la noche una en cada esquina y otra en el centro, cuando las puertas no se cerraban con llave, el vigilante de la esquina la ronda de esa noche, la escuela primaria los palotes para aprender a escribir, los recreos cuando los amigos eran de carne y hueso para compartir alegrías y tristezas sin recurrir a amigos virtuales.

La vida continúa sin prisa como al compás de un minué el anciano va recordando los pasos por su escuela primaria, ahora su rostro esboza una sonrisa el episodio ya en los años superiores cuando la maestra estaba dictando su clase magistral, precisamente hablaba del río color león y su descubrimiento.

Buscando una salida desde el Océano Atlántico hacia el Océano Pacífico su descubridor Juan Díaz de Solís almirante de la flota Española creyendo ver en el un brazo del mar se interna en él, viendo que la salubridad del mar se iba desapareciendo lo denominó Mar Dulce.

Tan entusiasmada estaba la maestra cuando explicaba que Solís vio en la ribera del río unos aborígenes, se traslada en un bote hacia ellos acompañado por dos de sus subordinados Pedro de Alarcón y Francisco Marquina, no sabía lo que iba a decir la maestra cuando del fondo del aula se escucha una voz que dice señorita maestra se lo ¡¡morfaron¡¡.

Azorada la maestra se da vuelta y con una voz fuerte pregunta quien habló, un alumno levanta el brazo era el Cacho, y se entabla una conversación que los demás alumnos escuchan. El es un lector adicto a los libros de aventuras y revistas, de ahí que se interesó por la historia y el descubrimiento de AMÉRICA para él era toda una aventura.

Era un erudito y versado en varias lenguas hablaba el lunfardo el vesre el cocoliche el jeringozo y algunas otras, señorita maestra se los morfaron se lo¡¡ comieron los indios ¡¡ los ejecutaron los asaron y los devoraron frente a las narices de los tripulantes del navío, que asombrados no atinaron a nada así termina la historia del descubridor del RÍO DE LA PLATA los alumnos quisieron saber que fue de los tripulantes, y el Cacho les dijo se tomaron el buque, bueno la carabela y se dirigieron afuera hacia el mar y luego a


España. Todo habitante de América se denominan indios por culpa de Cristóbal Colón descubridor del continente americano púes él creía que había llegado a la India, tal vez si eso no ocurría y habiendo una cultura precolombina podríamos ser aborígenes o quizás salvajes o algún otro nombre.

El anciano el de los cabellos de plata entorna sus ojos la noche la tormenta lo ha alcanzado, el azabache de la eterna noche lo cobija se ha dormido se esboza, se dibuja una sonrisa en esa nostálgica y mágica noche.


ALEJANDRO CAPLAN…….alejandrobojor@gmail.com   




viernes, 27 de mayo de 2016

LO LLAMABAN EL GRIEGO

LO LLAMABAN EL GRIEGO

Me encontraba como haciendo tiempo para una entrevista, cuando me di cuenta que estaba cerca de mi antiguo hogar, en un tiempo que ya no existe que se fue hace mucho, me encaminé para el mismo con la esperanza de encontrar alguna cara conocida, alguien que después de mucho tiempo, de la época de adolescentes, nos pudiéramos conocer, me fui acercando donde pasé mi infancia mi época de juventud, algo dentro mío me decía que alguno de los muchos amigos de ese tiempo, podría ser que en alguna esquina nos tropezáramos.

Miro como extrañado como todos los que pasan a mi lado, me miran como un extraño, no soy uno más que camina, querría decirles a todos ellos, que con mirada torva miran a este desconocido, que hace mucho tiempo,  yo caminaba por la vereda que ellos hoy están pisando que loco mi pensamiento, todo está cambiado, como si un mago lo hubiera transformado, en mi caminar me encuentro frente a una vidriera, me paro y el vidrio como un espejo me devuelve mi imagen.

Es mentira, ese que está mirando la vidriera no soy yo, tengo el cabello canoso hay arrugas en mis manos y en mi frente, esa mirada, no quiero creer que sea el mismo que se fue hace ya mucho pero mucho tiempo, quien me podría reconocer, ya había terminado mi recorrida y me dirigía a lo que supuestamente iba a ser mi entrevista, cuando de pronto oigo una voz que me llama, no estoy soñando despierto, de curioso giro para ver quien es el que llama

Veo a un hombre regordete, que me dice Ale que haces por estos pagos, no lo reconozco, otra vez vuelve a pronunciar mi nombre, y repite vos no sos Ale, y mi pregunta es lo lamento, no te reconozco tu quien eres, me responde yo soy finito Mario ahora un poco mas redondo, recién en ese momento lo reconocí. Su voz era inconfundible, por lo demás no puedo imaginar al flaco Mario con el hombre que estoy hablando, me dice a que se debe esta sorpresa, te invito a tomar algo, vamos al viejo bar en que se reunía la barra, todavía resiste a la piqueta, fue una agradable sorpresa también para mi

Estamos sentados en las mismas mesas, ya descoloridas por el paso del tiempo, ente café y café, fueron saliendo recuerdos que creíamos olvidados, andanzas y desventuras, surgen nombres te acordas de fulano, te acordas de mengano, era el bar en ese tiempo como la secundaria para entrar a la adultez, se encontraba aquel que la vida lo rebotó, ese otro que filosofaba, y nos acordamos de aquel hombre mayor de gesto adusto, rostro curtido por los años, aquel que un día, vino de su pueblo natal y más nunca pudo regresar

Siempre se sentaba en la misma mesa, siempre solo, daba toda la sensación de ser un hombre de pocas palabras, el pedido para el mozo era como un rito, que a la misma hora casi todos las días le alcance una picada, que el le decía mezelik o algo parecido, tenía todos los ingredientes de una picada normal, a la que agregaba queso de cabra y por supuesto aceitunas negras y verdes, con aceite de oliva y su infaltable vino griego, si de filósofos griegos hablamos Aristóteles, Platón, Sócrates, este anciano tenía sus propias teorías de la vida.

Nos acordamos con mi amigo, que en cierta oportunidad le fuimos a preguntar algo, no me acuerdo que era pero si lo que terminó diciendo, muchachos la vida es una calle, para algunos en declive para otros llano, y por último para algunos cuesta arriba, para los primeros la vida no le pesa, y se deslizan sin esfuerzo, para los segundos primero caminan rápido, más luego se le hace pesado llegar a la otra esquina, para los terceros en los cuales me incluyo, todo es más difícil, yo ya estoy llegando a la esquina de mi vida, pero se que voy a cruzarla para ver el horizonte, donde se unen el cielo y el mar, o el sol al poniente con la tierra, filosofía de estaño, pero que razón tenía ese buen hombre, de mirada perdida.

Fue una tarde maravillosa, quedamos en encontrarnos más seguido como en aquellas épocas de juventud, y nos fuimos con el alma remozada y plena, nos despedimos pero ten la seguridad  que pronto nos vamos a encontrar, en el viejo bar de nuestra juventud, finito Mario



ALEJANDRO CAPLAN……….alejandrobojor@gmail.com

VENDEDOR DE SUEÑOS



Era un día como cualquier otro, rutinario tenía que ir a trabajar, el lugar quedaba en el centro de la ciudad, mi horario era un poca diferente al resto es por eso que quedaba cómodo viajar en subterráneo, viviendo por el barrio de Villa Urquiza viajaba en una línea que unía desde mi casa hasta el bajo, descendía en una parada intermedia, como ya dije anteriormente el horario diferente me permitía viajar más tranquilo y no en las horas pico que es cuando viene más lleno.

Es sabido que en casi todas las ciudades del mundo dentro del subterráneo abundan los vendedores ambulantes algunos pregonado su mercadería, diciendo, directamente de los  fabricantes, de todo lo que quieran imaginar, desde lapiceras pasando por alicates, hay quienes venden cuadernos, libros etc.


El que voy a relatarles  es un vendedor ambulante diferente, entra al coche con una bolsa grande creo que de arpillera, y con él dos guitarristas formaban un trío, una vez que comienza a rodar el convoy, los guitarrista comienzan a desgranar acordes que unidos van interpretando una canción que a su vez interpretan, haciéndolo muy bien, ya terminada la canción que era del folklore nacional, el vendedor saca de su enorme bolsa Casetes y CD, objetos que en su tiempo reproducían música, aún en el día de hoy hay radios que contienen caseteras para reproducirlas asimismo CD, para las nuevas generaciones ante el avance de la tecnología, son objetos obsoletos, aclaración  de por medio, no para el que escribe.

El vendedor ambulante con voz alta y clara recita una poesía gauchesca y comienza a ofrecer a los viajeros los mismos, lo que alcancé a ver había como en botica de todo los casetes y CD Los Chalchareros, los Fronterizos, los Tucu Tucu, no faltaba el chamamé de Ramona Galarza y con eso ofrecía un muñequito de esos de repisa, representando un gaucho, las estaciones se sucedían unas tras otra, el subte se iba llenando pero el tramo que había entre puerta y puerta y el pasillo vacío, todos expectantes de lo que sucedía.

Nuevamente los guitarristas para entonces ya entonados comenzaron a tocar un tango, luego otro y otro, y nuevamente el vendedor colocando la mano en su bolsa extrae los casetes y CD pero esta vez de tangos, a su vez dice unas glosas y ofrece sus productos,  esta vez trae dos muñequitos, juntos con ellos hay de la orquesta de Osvaldo Pugliese, de Carlos Di Sarli, Aníbal Troilo y muchos otros a esta altura la bolsa del vendedor era lo más parecido a una galera, y él el mago , transmitía magia y los muñequitos era uno de ellos una pareja bailando un tango y el otro un pianito de color negro sobre el una rosa roja.


Sentado junto a mí se encontraba un jovencito y me indica, señor no sé por que todo el mundo está tan concentrado en estos objetos que ya no se usan más, con una MP3 una MP4 o ahora con un IPOD lo tiene al alcance de la mano, no encuentro palabras para decirle que lo que estamos viendo trasciende lo material, y nos retrotrae a un tiempo pasado tal vez cuando tendríamos la edad del joven, alguna vez cuando tenga los años que ahora tenemos quizá lo entienda.

¡¡¡Huy¡¡¡ estuve tan entusiasmado que me pasé de la estación que tenía que bajarme, me pierdo el presentismo, ya no me importa lo estoy cambiando por lo que estoy viendo ahora me voy hasta la terminal y me vuelvo en el mismo coche. Un poco de descanso  y comienzan nuevamente los guitarristas con sus canciones y ahora qué?  Están cantando baladas, el vendedor ambulante convertido en mago recita una poesía y nuevamente introduce su mano en la bolsa ya convertida en una galera ofreciendo nuevos casetes y CD esta vez cantantes Jairo, Serrat, todo mezclado Luis Miguel, Serra Lima, sin olvidarnos de Mario Clavel, Estela Raval, el espíritu de ellos están en el coche del subterráneo, me parece verlos contentos.

También tenía un muñequito en esta ocasión era una muñequita con una cara hermosa y un pentagrama, para ofrecer, hay algo más en la galera, unos libros que extrae de ella son pequeños libros de tapas duras, uno es el Martín Fierro, el otro el Quijote.

Estoy en la terminal no me alcanzan las manos para sostener todo, levanto la vista y veo frente a mí a una persona de anteojos que me mira y sonriente, dice señor me parece que a usted le pasó lo mismo que a mí, miré mejor y lo vi sosteniendo todo igual a lo que yo sostenía y me ofrece una bolsa esas de los supermercados para que en ella pusiera lo que tenía, ese fue el día que me perdí el presentismo, pero en cambio me gané un día en mi vida.


ALEJANDRO CAPLAN……….alejandrobojor@gmail.com   


     

miércoles, 4 de mayo de 2016

DESTELLOS



En una tarde de invierno frente a una ventana observo la calle, tarde triste y gris como los cabellos de un anciano, negros nubarrones presagian tormenta tarde propicia que invita a jugar con los recuerdos, las neuronas ya cansadas que llevan en sus mochilas ya cargadas a través de los años se niegan o trabajan más despacio.


Un relámpago y un trueno anuncia la lluvia, fuerte es el aguacero al cerrar el ventanal para que no entre a la habitación miro hacia afuera, la gente corre eludiendo los charcos y las baldosas flojas, en sus giros y saltos parece una caricatura de un ballet y los mismos los bailarines.

El vidrio la lluvia lo empapa y casi parece un vidrio esmerilado ahora siluetas chinescas se observan a través de él, han perdido su contorno fulgurantes destellos de mi mente hace que la misma entre en un túnel del tiempo y el pasado se me ha hecho presente.

Un niño con ojos azorados ve en su casa un gran movimiento su familia ha decidido realizar un viaje, una maleta una valija grande de cartón de color marrón le dicen al niño que van a visitar a unos parientes. La noche ha llegado un muelle un barco una planchada, un deambular del gentío se escuchan voces saludos de despedida, el ronco silbato avisa la partida del vapor.

Soltando amarras la planchada se baja el pequeño barco comienza a moverse, desde el muelle en señal de despedida comienzan a prender fósforos que lo arrojan al río, los pasajeros asidos a las barandas saludan alzando y moviendo los brazos y el agitar de pañuelos, en ese buque va viajando las fantasías y los sueños de un niño.

Su recorrido es transitar el río color león  de orilla a orilla Buenos Aires-Montevideo, el navío se interna en la noche desde el muelle continúan prendiendo fósforos su silueta se va esfumando, la noche tiende su manto negro el traslado dura lo que dura la noche, la mañana los recibe con un espléndido sol el niño mira extrañado todo es nuevo para él.

El encuentro con los parientes alegría abrazos y besos y comienza un nuevo vocabulario de resultas, que el sándwich se trasforma en refuerzo el niño es un botija curioso recorre el barrio la calle Colón era una calle de Montevideo y no una calle de ciudad vieja, una barcaza fondeada cerca del puerto que era una escuela de natación, una plaza una Avenida 18 de Julio.


Estación de verano época de carnavales vienen batiendo los parches de los tamboriles si parece que la calle se mueve es la llamada de carnaval, la Rambla Playa Pocitos con sus blancas arenas y las agua vivas, Parque Rodó ilusión y fantasía de un niño.

Una remembranza futbolera el estadio Centenario mirando un partido de fútbol desde el talud de tierra detrás de un arco que fantasiosas mis evocaciones. Los recuerdos se van desvaneciendo las neuronas ya cansadas me ignoran se niegan a seguir trabajando, miro a través del ventanal la lluvia continúa cayendo y sigo observando la gente sus giros y saltos, caricaturas de un ballet en esta tarde triste.


alejandrobojor@gmail.com ..............ALEJANDRO CAPLAN  


   

DESTELLOS



En una tarde de invierno frente a una ventana observo la calle, tarde triste y gris como los cabellos de un anciano, negros nubarrones presagian tormenta tarde propicia que invita a jugar con los recuerdos, las neuronas ya cansadas que llevan en sus mochilas ya cargadas a través de los años se niegan o trabajan más despacio.

Un relámpago y un trueno anuncia la lluvia, fuerte es el aguacero al cerrar el ventanal para que no entre a la habitación miro hacia afuera, la gente corre eludiendo los charcos y las baldosas flojas, en sus giros y saltos parece una caricatura de un ballet y los mismos los bailarines.

El vidrio la lluvia lo empapa y casi parece un vidrio esmerilado ahora siluetas chinescas se observan a través de él, han perdido su contorno fulgurantes destellos de mi mente hace que la misma entre en un túnel del tiempo y el pasado se me ha hecho presente.

Un niño con ojos azorados ve en su casa un gran movimiento su familia ha decidido realizar un viaje, una maleta una valija grande de cartón de color marrón le dicen al niño que van a visitar a unos parientes. La noche ha llegado un muelle un barco una planchada, un deambular del gentío se escuchan voces saludos de despedida, el ronco silbato avisa la partida del vapor.

Soltando amarras la planchada se baja el pequeño barco comienza a moverse, desde el muelle en señal de despedida comienzan a prender fósforos que lo arrojan al río, los pasajeros asidos a las barandas saludan alzando y moviendo los brazos y el agitar de pañuelos, en ese buque va viajando las fantasías y los sueños de un niño.

Su recorrido es transitar el río color león  de orilla a orilla Buenos Aires-Montevideo, el navío se interna en la noche desde el muelle continúan prendiendo fósforos su silueta se va esfumando, la noche tiende su manto negro el traslado dura lo que dura la noche, la mañana los recibe con un espléndido sol el niño mira extrañado todo es nuevo para él.

El encuentro con los parientes alegría abrazos y besos y comienza un nuevo vocabulario de resultas, que el sándwich se trasforma en refuerzo el niño es un botija curioso recorre el barrio la calle Colón era una calle de Montevideo y no una calle de ciudad vieja, una barcaza fondeada cerca del puerto que era una escuela de natación, una plaza una Avenida 18 de Julio.

Estación de verano época de carnavales vienen batiendo los parches de los tamboriles si parece que la calle se mueve es la llamada de carnaval, la Rambla Playa Pocitos con sus blancas arenas y las agua vivas, Parque Rodó ilusión y fantasía de un niño.

Una remembranza futbolera el estadio Centenario mirando un partido de fútbol desde el talud de tierra detrás de un arco que fantasiosas mis evocaciones. Los recuerdos se van desvaneciendo las neuronas ya cansadas me ignoran se niegan a seguir trabajando, miro a través del ventanal la lluvia continúa cayendo y sigo observando la gente sus giros y saltos, caricaturas de un ballet en esta tarde triste.


alejandrobojor@gmail.com   


   

martes, 12 de abril de 2016

¡ DE ESO NO SE HABLA ¡



En cierta ocasión de un viaje en un transporte colectivo se oye una acalorada discusión entre una madre y un niño, este llorando a moco tendido se le oyó decir varias veces ¿Por qué..Porqué?, la madre fuera de si casi gritando le dice Jorgito de eso no se habla el pasaje expectante no comprendía lo que estaba sucediendo tampoco Jorgito con su corta edad.


El niño piensa para si y se dice que conjuro habré hecho con mis palabras ¿he ofendido a alguno he llamado al diablo?, por que mi madre protesta y sigue sin entender ¿Por qué…Por que? De pronto creo estar sonriendo cuantas veces de niño me han dicho esa misma cantinela, ¡De eso no se habla¡ no entendía en aquel tiempo tan lejano en las costumbres de la época.

Moda y costumbres van variando a través del tiempo las mujeres con sus largos vestidos mostrando los tobillos, los hombres camisa con gemelos traje con chaleco, cinturones y tiradores van quedando en el olvido, lo mismo que los zapatos charolados y las galochas para la lluvia, hoy minifalda jeans zapatillas y los cabellos al viento.


Las costumbres han cambiado el respeto hacia los mayores era ley, en alguna comida entre familia a raíz de un cumpleaños o una reunión, siempre había una mesa para los menores y otra para el resto, ningún menor en la conversación de mayores esa era la costumbre nunca supe si era las costumbres de los abuelos, que llegaron allende los mares o si era propia de ese tiempo.

Nosotros somos los discriminadores cual es la buena palabra, cual la mala palabra ellas son solamente palabras. Nuca supe la discusión de la madre con el niño púes había llegado al fin de mi viaje, quizás Jorgito haya visto algo que no tenía que ver eso no importa pero hablar, eso si ¡¡DE ESO NO SE HABLA¡¡


alejandrobojor@gmail,com ........ALEJANDRO CAPLAN









  

lunes, 21 de marzo de 2016

LOS IDUS DE MARZO



La silenciosa tarde de un día de domingo, negros nubarrones son presagio de tormenta detrás de un gran ventanal veo deambular poca gente, una niña con un paraguas cerrado señal que aún no llueve, de pronto un relámpago ilumina la habitación le sigue el estruendo de los truenos miro hacia arriba, sobre mi cabeza el cielo comienza a llorar,


Llueve y sus lágrimas se convierten en gotas que golpean en el cristal de la ventana,  luego va corriendo al igual que una lágrima se diluye sobre el rostro, un anciano con un paraguas de color negro se atreve al aguacero camina en zigzag eludiendo baldosas flojas y charcos de agua, parece un acróbata circense con su paraguas extendido tratar de caminar en la cuerda floja.

Fascinado observo que el viento hace ondular las ramas de los majestuosos árboles que poco a poco se van despojando de su ropaje que lucía hace poco verde brillante, y dejar ver la pálida blancura de sus desnudas ramas, el tintineo de las gotas golpeando sobre el alero, la televisión ha dejado de funcionar es una tarde para hacer una siesta o tomar mate con bizcochitos.

Los romanos tenían como calendario los idus y los idus de marzo eran de buenos augurios, pensando en ellos comencé este escrito cuando de pronto lloraron los cielos  donde se atraviesan duendes vivarachos y gnomos saltarines para hacerme entrar en un túnel del tiempo, cuando niño jugaba en el cordón de la vereda cuando llovía con los barquitos de papel, ¡¡que tiempos aquellos tiempos¡¡ jugando a las bolitas los campeonatos de balero o pateando la pelota en un picado.

Ya entrando en la adolescencia cuando no eras niño ni tampoco grande para poder entrar a un café o un baile, cuando los chicos miraban a las chicas con otros ojos y viceversa producto de una cuestión hormonal, se inventó lo que luego tuvo el pomposo nombre de asalto lejos de los que denominan hoy.


Sencillo era el juego simplemente un baile entre adolescentes casi siempre en la terraza de unos de ellos o un patio grande, las chicas eran las encargadas de traer comida y los muchachos la bebida nunca nada de alcohol, lucecitas de colores una mesa y sobre ellas las vituallas y separado de ella otra mesita aparte para el tocadiscos, y de cuando en cuando el padre o la madre sin vigilar vigilaba por si alguno se quisiera propasar.

Cansados de susurrar sobre mi cabeza los duendes y los saltarines gnomos se han retirado es la hora de tomar unos matecitos con bizcochos, los idus de marzo han sido generosos conmigo………



alejandrobojor@gmail.com.......ALEJANDRO CAPLAN         

martes, 1 de marzo de 2016

BIOGRAFÍA DE UN SUEÑO



Fue una noche de un ardiente verano noche serena pero sofocante, cansado de dar vueltas en la cama sin poder dormir me dirijo al pequeño balcón donde habitan mis plantas y mis flores parecen que ellas hablaran, el agradable perfume de las rosas y la dama de noche que se abre llegado el anochecer despiertan mis sentidos.


Pareciera que la rosa china me hiciera una reverencia, una suave brisa hace mecer suavemente las hojas increíblemente verde a esta altura de la estación de los imponentes árboles, el silencio de la oscuridad trae el lejano silbato de un tren y mis lejanos recuerdos comienzan a aflorar.

Duendes traviesos que se cruzan en mi mente atravesando épocas, en este verano ya en el otoño de mi tiempo, hebras de plata surgen en mi cabello arrugas en las manos los vientos de los años sobre la espalda, pasos lentos cansinos han hecho que vuelva al barrio de mi infancia.

Los caminos transitados han quedado en mis retinas el destino es el que maneja la existencia, como si un chofer condujera y tu el pasajero de este fantástico paseo saltimbanquis de la vida equilibristas circenses acróbatas en las alturas, los caminos de la vida nos llevan por distintos senderos.


¡¡ Aquí estoy nuevamente en mi antiguo barrio ¡¡ Buscando una cara amiga no la encuentro soy un perfecto desconocido en medio de personas desconocidas que miran a un extraño no puedo encontrar la panadería, el almacén de don Saúl, la fábrica de sacabocados ahora un gran supermercado, ¿donde se han ido yo acabo de llegar,? solamente las baldosas de las veredas me recuerdan esas que tanto tiempo pisé.

Tengo ganas de gritar ¡¡ Yo soy ese de las veloces zapatillas azules esas que parecían que tenían alas ¡¡ de cara al viento persiguiendo a las casquivanas mariposas, esas de todos los colores miro a mi alrededor el vidrio de un escaparate me devuelve mi figura no soy el que era entonces quien me va a conocer.

Como todos se han ido también se fue el cine del barrio aquel que daban cine en continuado tres películas si hasta había día de damas ¿Puede alguien decirme donde los puedo encontrar? es difícil la pregunta nadie responde caminando me aproximo a lo que era mi hogar, presintiendo con el corazón como el trotar de un caballo que la piqueta del progreso la haya hecho desaparecer,


Ahí estaba parada orgullosa un poco descascarada pero altiva, la piqueta que todo lo puede la ha respetado todo está igual, el patio en un rincón la pileta de lavar la cocina con sus fogones y su largo pasillo con baldosas en damero blanco y negro.

Ahora me falta ir en busca de la esquina donde se encuentra la Calesita, ha sonado el despertador es la hora de ir al trabajo todo el embrujo del sueño se ha ido como tantas otras cosas se han ido a esa nube eterna, solo quedan recuerdos.


alejandrobojor@gmail.com........ALEJANDRO CAPLAN







  

sábado, 13 de febrero de 2016

EL COLO



Quiero acordarme desde cuando conocí al Colo ya hace mucho tiempo, en el barrio de Las Latas barrio humilde como humilde su gente barrio de casas bajas en el suburbio de la ciudad, descendientes de inmigrantes esos que bajaron de los barcos tal vez huyendo de la pobreza o de una guerra buscando una esperanza, en los albores del nuevo siglo de mil novecientos esos que hablaban diversas lenguas, esos que tuvieron el privilegio de ver nevar por primera vez en Buenos Aires.


El Colo tendría mi edad por lo tanto éramos amigos de juegos en ese tiempo me llevaba como una cabeza, más alto flacucho esmirriado y tenía una característica el cabello colorado crespo como motitas y pecoso, de allí el apodo en general todos teníamos apodos estaba el  bocha el negro cara de goma y el Colo, toda su familia era así altos y de cabellos de color llamarada era genético.

Esta historia es a cuento de una conversación con un conocido en un casual encuentro, en donde el te acuerdas donde salen varios nombres de aquel entonces, ahí se nombró a varios y entre ellos surgió el nombre del Colo después de esa conversación quedé pensativo por que luego de mucho tiempo lo recordé.

Gente de todo el mundo que llegaba con sus costumbres sus sabores, una de ellas era que los niños no entraban en la conversación de los mayores, y más aun era que cuando llegaba visita siempre había una mesa para los menores alejada de los mayores, costumbres de aquella época.

Que personaje el Colo vivaz inquieto explorador de un mundo su mundo, de un desierto sin arena libre como el viento sin ataduras, no había por ese entonces psicólogos y psiquiatras los chancletazos de sus padres era el remedio a su conducta.

Un cierto día desapareció todo el barrio lo busca no lo encuentran desesperación en los padres, es que este aventurero siendo pequeño se subió a un tren y se marchó, después de muchas averiguaciones encontraron a un niño perdido en una terminal, por la descripción no era otro que el flaco y pelirrojo era el Colo en una de sus excursiones


En el barrio de las Latas había dos escuelas primarias una de varones y otra de mujeres por ese entonces no existían escuelas mixtas, el Colo entró a la primaria a primero inferior parecía Gulliver en el reino de los bajitos luego de un tiempo que aprendió a leer y escribir la maestra con buen criterio buscó colocarlo en un grado ya más grande.

Fue sorpresa que lo colocaran junto a mi en el asiento de dos, este personaje nunca estaba atento en clase inteligente pero indistinto, siempre leía revistas de aventuras el Tony,  el Pif-Paf, o el Intervalo revistas de esa época hasta que la maestra ya cansada tuvo que llamar a sus padres para que lo corrigieran, un imposible por que vivía su mundo ahí conocí su nombre él Colo se llamaba Domingo si hasta el nombre es de un día feriado.

Era invierno una mañana bien temprano de mucho frío cuando me encaminaba a la escuela veo un camión de mudanzas frente a la casa de mi amigo, la familia se mudaba de ese tiempo no lo vi más entró a ser recuerdo hasta que este conocido en la conversación lo recordó.

El peso de los años y la fuerza de los tiempos sobre mi espalda cabellos canosos y arrugas en mis manos no es vejez cuando se arruga la piel, es vejez cuando se arrugan los sueños y yo todavía sigo soñando, por esas cosas del destino tenía que hacer un tramite al centro de la ciudad me encaminé al subterráneo, tremendo rompecabezas donde encajé como una ficha sin poder moverme hasta mi destino.


Ya estoy en la superficie un gentío que quiere ganarle tiempo al tiempo con sus teléfonos celulares todos hablando al mismo tiempo, alucinante imagen del tiempo de una época, más allá unos chicos alrededor de un hombre alto me acerque para ver un payaso haciendo eso payasadas y algunos trucos de magia, luego de su pequeña función pasa con una lata haciendo tintinear las monedas.

El payaso lucía una cabellera roja era pecoso le dejé unos pesos en su latón miró el dinero con ojos grandes luego me miró sus ojos se hicieron más grandes y se pusieron rojos y se humedecieron, creo que me reconoció bajó la cabeza y no dijo nada yo también lo reconocí y me fui sin decir nada unos pasos más adelante limpié los lentes que se habían humedecidos.

Los caminos de la vida convergen se entrecruzan y en un recodo del camino, se juntan tarde o temprano, esta es la historia de un barrio de casas bajas y de un personaje que su apodo era……. EL COLO……….



alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN