concierto de Aranjuez

miércoles, 16 de diciembre de 2015

BOOMERANG



Por las calles casi olvidadas de un antiguo barrio suburbano va transitando un anciano de rostro curtido surcado por mil arrugas sus manos callosas apoyadas en un bastón, va caminando caminos que mil veces recorrió su pensamiento es el recuerdo de un tiempo allá a lo lejos, cuando niño jugueteaba en sus baldosas.


Lleva su espalda doblada por los vientos y el peso de los tiempos, tiene la idea firme de recordar como una especie de boomerang, se ve a si mismo cuando era un canillita con su gorra sus pantalones cortos sus medias tres cuartos y sus veloces zapatillas, voceando los diarios del día.

Cada baldosa cada árbol le trae evocaciones de aquel pasado, los juegos de ese entonces el campeonato de balero el juego de las bolitas hincados frente a un árbol el yo-yo, y así los recuerdos van llegando en tropel mientras camina va esbozando una mueca como si quisiera sonreir.

Eran tiempos de juegos pero al mismo tiempo violentos, se desarrollaba un conflicto mundial juegos de guerra y de espías de códigos, tanto es así que en sus juegos también parodiaban y le cambiaban los nombres a las calles.


El anciano va transitando por a que denominaron en su código Las Tres Marías porque en esa calle vivian tres adolescentes que precisamente se llamaban María Antonia, María Hortensia, María Consuelo y los amigos suspiraban por ellas.

La calle Fogarata (fogata) era la calle donde sobre el adoquinado se hacía la fogata de San Pedro y San Pablo donde se asaban las papas sobre el elástico de cama, y como una nube pasajera que le va diciendo al oído los nombres de las calles La Redonda en la cual siempre se jugaba el picado, La Ruidosa por aquella fábrica de sacabocados.


La Calesita y la sortija el cine del barrio con sus tres películas el almacenero de la esquina, hoy todo es diferente no existe el adoquinado el asfalto donde transitan entre ruidosos motores chirridos de frenos bocinas, han dejado en el olvido ese pasado añorado por el anciano de manos rugosas apoyadas en un bastón que tuvo por un momento sus remembranzas que como un boomerang lo volvió a ser un niño………



alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN

miércoles, 9 de diciembre de 2015

EL COFRE DE ODESA





Era un día de verano desapacible ventoso el viento Zonda prevalecía imposible salir de la casa, solo en la habitación la cama unas sillas y una mesa modesta, un armario y un ventilador de techo para esos días cuando el calor se hace sentir, sobre el armario una valija vieja esas de cartón y dentro de ellas recuerdos de tiempo ido, herencia del abuelo recuerdos retratados en fotografías en blanco y negro.

La curiosidad lo atrapó busco la valija y comenzó a desparramar las mismas encima de la mesa y entre tantas fotos había un sobre con cartas, que el abuelo guardó nunca sabría el porque, era una de un amigo quiso averiguar más y comenzó a leerla
Esta es una historia que comienza allá lejos en el tiempo a principios del año mil novecientos cuarenta y siete, narrada por un extraño personaje en un insólito lugar, en un bodegón del bajo cerca del puerto donde concurren marineros de todas partes del mundo que recalan en la dársena, desde su desgastada mesa aferrado a un vaso lleno de licor y una botella sobre la misma empapado de alcohol.

Su rostro sudoroso ojos enrojecidos por su misma borrachera habla un idioma incomprensible que uno de los marineros creyó entender que era ucraniano, llegó a decir algo de un maletín más luego entró en un sopor y se quedó dormido sobre la mesa.

La mañana lo vio más compuesto pero desorientado con la mirada perdida tratando de hablar con alguien, anclado en una ciudad entendiendo mal el idioma chapurreaba una que otra palabra en español, se quedó mirando y en su mirada se vislumbraba que quería decir algo

Sentados y entre los dos una mesa confidente, cuenta en un español no fluido la historia su historia Yo soy de Ucrania más precisamente de Odesa la guerra se llevó a mi familia todos los afectos solamente quedé yo, lo primero era llegar hasta mi casa el caos de la contienda me llevó por distintos caminos, al llegar me encuentro que la casa pertenecía a otra familia y yo no tenía papeles para demostrar la pertenencia.

El individuo mira fijo como desconfiando de lo que acababa de decir luego se tranquiliza y comienza con una confesión que lo dejó helado se refiere que él está huyendo, no sabe por que pero sencillamente lo quieren ver muerto ya una vez lo intentaron pero se confundieron con otra persona cruzando los Cárpatos tengo casi la certeza de todo esto es por el maletín ¿Qué maletín? Tal vez alucinaciones.

Un hombre desesperado continúa con su historia con su relato ¿me pregunta por el maletín? Lo encontré por casualidad es una maleta de metal liviano, por pura curiosidad lo abrí y me encontré un manojo de papeles con fórmulas químicas y físicas, con el apuro tomé la maleta coloqué el manojo de papeles y entre el fragor de las bombas comencé a huir, en la primera carta se despedía con un abrazo Oleg.

En las siguientes cartas relata lo que contenía el maletín entre fórmulas químicas escritas en esos papeles puestos de apuro y las físicas, hablaban de un material el uranio que posiblemente se encontraría en la zona rocosa del cuadrilátero de la bohemia, donde se encuentra la selva negra pero también se encontraba un mapa donde indicaba el lugar exacto de un valioso cargamento.

En su  vertiginosa huida cargaron en un camión acorazado cofres llenos de barras de oro y la tiraron en un lago que estaba escrito en el mapa, para después de la contienda quien sobreviva poder buscarla por lo que se entendía parece ser que tres personas sabían el secreto, pero el secreto se fue divulgando dejando de ser secreto y distintas bandas de maleantes se lanzaron a la caza del único personaje que tendría el ya famoso mapa.

De ahí de su peregrinaje de este misterioso personaje por casi todo el mundo que tan solo quería recobrar su casa, las cartas venían muy espaciadas y contaba en ellas que nuestro individuo pudo llegarse al lugar pero la fisonomía del terreno había cambiado pues habría habido un movimiento, un terremoto que dividió al lago en tres lagos.

Entre las numerosas cartas había un recorte de diario de aquella época, en donde la policía hacía mención de un ciudadano extranjero fue encontrado sin vida en la zona del bajo y llamaban a quien lo conociera, entre sus ropas solo se encontraba un pasaporte a nombre de Oleg esto es todo de esta historia

Luego recordó que recientemente en una noticia de un periódico se hablaba que dos campesinos de un remoto lugar de Europa se habían presentado ante las autoridades correspondientes reclamando para si un valioso cargamento de oro sin dar el lugar preciso será este tal vez el final de la historia ………..       


ALEJANDRO CAPLAN................alejandrobojor@gmail.com





sábado, 31 de octubre de 2015

COMO LAS GOLONDRINAS



Como un nostálgico día donde el sol se esconde entre los negros nubarrones, cuando las calles desiertas comienzan a recordar las voces del silencio, y el viento hace mecer las desnudas ramas de un árbol sin hojas, el azabache de la noche se ha quedado sin la mortecina luz de sus calles, cuando todo está en silencio los recuerdos comienzan a aflorar ¿Que misterioso duende hace jugar su presencia?


Esas notas que se encuentra en los anaqueles de la habitación que he leído una y mil veces escrita por un ascendiente familiar, como una agenda diaria trae la memoria de los inmigrantes de los primeros años del siglo pasado trashumantes de la vida, que los arrinconó en una pequeña isla sin esperanza sin futuro, y llenaron sus pocos petates con sus enormes sueños siguiendo su estela en la mar.

Como las migrantes golondrinas cruzaron los mares llegando a la orilla donde los esperaba la ilusión esa tierra de promisión que tanto soñaron, construyeron sus vidas sus hijos sus nietos como un vago recuerdo sus dichos sus voces, hoy parece tan real en la soledad de la habitación en una noche llena de recuerdos.


Evocaciones de un pasado memorioso cuando niño jugaba con amigos, de pantalones cortos de las medias tres cuartos un par de tiradores para sujetar el pantalón, en ese barrio de casas bajas de cortadas y zanjones calles adoquinadas resplandecientes del rocío de la noche, un sol hiriente, la sombra  de un parral.

Las casas con sus flores asomando en la pared el perfume de ellas, flores de azahar el cantero bordeado de rosales, el picado con la pelota en las tardes hasta que la noche nos alcanza, vienen en tropel los recuerdos dando vertiginosos saltos, el viejo café la muchachada pergeñando una salida en un sábado a la noche entre carambola y carambola en una mesa de billar.


Gira el mundo y en su eterno girar hace girar nuestras vidas, los acontecimientos se suceden cambian las costumbres las modas, noviazgo casamiento hijos nietos, y la rueda de la vida va llegando al lugar donde comienza esta historia de las……. Migrantes Golondrinas.



alejandrobojor@gmail .com...................ALEJANDRO CAPLAN.        

martes, 20 de octubre de 2015

EN PRIMERA PERSONA



Un cierto día estando en mi casa escuchando música y tomando unos mates me sorprende el sonido del timbre del portero eléctrico entonces levanto el tubo para preguntar quien era, me responden soy el cartero traigo una encomienda para el Sr. Negro intrigado me llego hasta la puerta para recibir el paquete temiendo que no sea para mi, leo destinatario Sr. Negro y el nombre del remitente Sr. Tiempo lo recibí firmé el papel pensando seriamente que esta encomienda era una broma de los amigos.


Recibí ese paquete porque aunque mi nombre es otro todos me llaman por mi apodo que precisamente es el Negro creo que desde el día que nací ese fue mi nombre, dicen que tenía apuro en salir e hice tanta fuerza que mi tez era de morocho subido, la cabeza una sandía, será por eso el pirincho en la punta de la cabeza al que nunca pude domar.

Me fajaron como un matambre piernas y brazos dentro de la faja y me colocaron en una cuna, parientes y amigos pasaron para ver al recién nacido estaba en exhibición, cuentan por que yo no recuerdo que decían ¿a quien se parece? y entonces Aleluya la abuela dijo se parece a mi hermano el Negro, aquel que dejó en la pequeña isla del otro lado del mundo y desde ese día todos me llaman por mi apodo, recién me enteré mi nombre cuando entré a la primaria y tuve que sacar la cédula.

Me intriga el remitente ¿Quién será? Pensé en los amigos del café pero ellos no eran de hacer esas cosas, entonces abrí la encomienda comencé a sacar lo que me habían enviado, tenía un sobre y dentro una nota escrita grande que decía OBJETOS PERDIDOS lo primero que observé una pelota de goma desinflada de esas que con los amigos jugábamos al fútbol que algún pagano la había cortado para que no juguemos, un lápiz y su respectivo sacapuntas.


De pronto los recuerdos comienzan a aflorar la señorita esa del guardapolvo blanco impecable, enseñando a hacer líneas rectas oblicuas más luego la a.e.i.o.u señorita cuando escribimos con tinta, Paciencia niños en unos días para nuestra satisfacción ese día llegó.

No crean que es fácil escribir con tinta nuestras manos nuestros guardapolvos todas pintadas de azul el guardapolvo con pintitas, se parecía al de los preescolares blanco con pintitas azules para satisfacción de las madres y sus berrinches ¡¡Cuantos recuerdos ¡¡ Ahí estaba en la encomienda el tintero de mi pupitre la lapicera la pluma cucharita la pluma ganso para la tinta china para dar realce a la escritura.

Como un mago que saca de su galera yo extraía del paquete objetos perdidos una vieja caja de zapatos agujereada la que usaba para cazar mariposas, las había de todos los colores que guardaba en la caja como figuritas las cambiaba, juegos infantiles el balero con sus respectivas chinches para que resbalara para poder embocar, el trompo con su piolín, las bolitas de vidrio y entre ellas una cachuza la puntera, el yo-yo

Esa encomienda parecía un barril sin fondo mientras más extraía más encontraba, unas galochas que eran unos zapatos de goma que se ponían sobre los zapatos que eran de cuero los días de lluvia, para cuidar que no se mojaran, un par de tiradores para sujetar el pantalón unos broches de ropa para sujetar la botamanga del pantalón para que no se enrede en la cadena de la bicicleta. 

Tengo que agradecer al Sr. Tiempo por estos minutos él siempre se reinventa no tiene fecha de vencimiento no tiene caducidad, mi agradecimiento hacia él que ha hecho revivir la nostalgia de los recuerdos los cuales tampoco tienen fecha de vencimiento ni caducidad en mi memoria ni en mi alma………



alejandrobojor@gmail.com...................ALEJANDRO CAPLAN     

sábado, 12 de septiembre de 2015

CONTRALUZ



En una ardiente tarde de verano en un balneario de la costa, un anciano camina por el ancho bulevar donde unas mesas esparcidas sobre el mismo invitaban bajo un palmar beber algo refrescante para aliviar su sed, sus pasos son lentos cansino como si algo lo oprimiera, su espalda algo doblada por los vientos de los años su rostro surcado de arrugas, hay tristeza en su mirada de este longevo individuo.


Súbitamente se levanta ensimismado en sus pensamientos no escucha al mesero que le habla y se dirige rumbo a la costanera, ¿Que misterio esconde su mente? Nunca lo sabremos por que al llegar a la costanera queda hechizado, frente a él la naturaleza en su máximo esplendor, el ocaso en un diáfano atardecer, se descalza el pantalón hasta la rodilla y comienza a caminar sobre la blanca arena para llegarse a la orilla y que la ola acaricie sus pies.

Observa el mar azul que luego se torna verdoso, en el horizonte el sol se confunde con el mar un privilegio para pocos envidia de pintores y poetas, más allá rompen las olas contra unas piedras levantando una salobre gran espuma, en ese brillante atardecer un barco se cruza entre el sol y el anciano y como una fotografía lo ve a contraluz solo su silueta, se borran la nitidez de sus bordes tampoco los colores es un obscuro navío.

En sus retinas han quedado grabadas infinidad de vivencias y en su mente los recuerdos,  que al igual que ese barco muchos son siluetas quedan las alegrías y las otras las tristezas solo sus contornos sin nitidez, lo mismo como una fotografía en blanco y negro que con el tiempo se tornan amarillas y luego poco a poco se esfuman.

Mientras la tarde caía el sol parecía que se hundía en los brazos de ese mar el cielo azul se trasformaba de un color rojizo, las sombras de la noche va tendiendo un manto negro la oscuridad lo alcanzó y el anciano caminó sobre la blanca arena comenzando su regreso, ya su tristeza ha desaparecido en esa tarde encantada.


alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN



jueves, 3 de septiembre de 2015

CARRUSEL DE ILUSIONES



Llegó con el lujoso nombre de carrusel de pronto se trasformo en tiovivo más tarde la conocimos con el popular nombre de calesita, poco importa si su origen fue hace mucho tiempo, poco le interesa a la alegría de los niños dando vueltas a sus sueños.


Hay un hombre maduro cruzando una plaza donde entre sus árboles se esconde una calesita, lleva prisa pero la música lo transporta a su infancia cuando queriendo imitar a lo que veía en la pantalla, saltaba sobre el caballito de madera emulando al Zorro o al Llanero solitario.

Calesita de barrio pobre, donde Don José el propietario de la misma era el encargado por unas monedas transformarlas en un boleto de colectivo para otra vuelta, encargado de la sortija encastrada en una madera que parecía una calabaza, el que sacaba la sortija tendría una vuelta gratis este hombre maduro sonreía nunca pudo atraparla.

La vuelta persiste lo que dura la canción que tiene la calesita, que embrujo que hipnotiza a los niños que mientras da vueltas y sus giros da vuelos a sus sueños, y este hombre maduro la nostalgia lo lleva a recordar como en un sueño su infancia se ve como era entonces.

Un chiquillo de pantalones cortos medias tres cuartos las veloces zapatillas azules, junto a sus amigos llegando a la calesita pintada con multicolores una pequeña puerta, alambrada alrededor banquito de madera detrás de ella, y las comadres contando sus cuitas y vigilando a los niños de sus travesuras cuidando no se caigan de esa plataforma rotatoria.

Recuerda aquella vez que concurrió a esa calesita donde por medio de un mecanismo los caballos subían y bajaban simulando el trotar del equino, muy sofisticado para la calesita del barrio de las Latas ese barrio de casitas bajas y recuerdos gratos, de aquel baldío de la esquina donde estaba instalada su calesita.

Hoy esos sueños dando vueltas están en retirada ya no quedan baldíos se han refugiado en las plazas y en los parques, la tecnología lo ha superado otros tiempos otros hábitos,  pero en su retina y en su alma ha quedado ese corazón de niño.

El encargado de la calesita está recorriendo la plataforma vendiendo sus boletos para la próxima vuelta, de pronto ve a un hombre maduro vestido con traje y corbata tomado de la baranda de hierro que va de la plataforma al techo, extrañado le dice Usted que desea yo señor he de pagar una vuelta por que he de sacar la sortija, siempre me fue esquiva y espero que hoy gane una vuelta gratis. 

Hay un hombre maduro cruzando la plaza convertido en niño, está feliz sonriendo ha dado una vuelta gratis y lleva entre sus manos una sortija, esa que le ha regalado el calesitero……..



alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN        

jueves, 20 de agosto de 2015

SOBREVIVIENTE





Puede una fotografía hablar su misterioso silencio lleva implícito una historia detrás de cada una ella, me habla en una solitaria noche me hace su confidente, dice que esa centenaria casa fue en su época, tiempo de inmigrantes casa de inquilinato pomposo nombre al que pueblo denominaba conventillo.

Relata que en sus primeros tiempos un galán que en el silencio de la noche abre su pesada puerta negra para encontrarse con su amada, el zaguán es el cobijo de los enamorados se hablan al oído como un murmullo un beso furtivo, una puerta cancel unas cortinas tejidas a mano detrás del vidrio un patio grande y habitaciones para albergar a aquellos llegados allende los mares dejando gusto salobre por un dulce río.

Traen sus pesadas alforjas bultos y valijas de cartón repletas, pocas ropas pero llenas de sueños ilusiones y esperanza, en el balcón una joven recorre las cortinas abre la puerta y se asoma al balconcillo con su vestido de percal, donde el galán trovador le dedica una serenata ella se inclina agradeciendo y le arroja una flor que el mismo toma entre sus manos besándola.

Casa de inquilinato arrugas en su frente ya de antigua formando surcos, sin revoque en su pared mostrando la desnudez de sus muros aún así entre sus ladrillos crece una planta y sus tallos y sus hojas se ofrecen al que quiera tomarla, tal vez en primavera ofrezca sus flores.

Me pregunto que pacto misterioso ha ocurrido entre la casa y la piqueta del progreso que esta la ha perdonado, me cuenta en esa solitaria noche que ahora es otra época del pulcro balcón no ha quedado nada las ropas colgadas entre sus barandas, y alguien ha querido ponerle un poco de color con un cuadro psicodélico ¡¡si¡¡ las fotografías pueden hablar con su misterioso silencio.


alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN...
            


jueves, 6 de agosto de 2015

AUSENCIA



En un día desapacible frío ventoso donde el sol brillaba por su ausencia un anciano de rostro curtido por mil noches de lunas arrugas en su frente, solitario lobo de un ayer la nostalgia lo abruma, sin ruidos el silencio se apodera y se hace cómplice de una noche propicia para jugar con los recuerdos.
Las neuronas traviesas centellean en su mente y van apareciendo remembranzas como pantallazo, su época de la niñez sus juegos con los amigos sus paseos en el viejo tranvía,  los globos de distintos colores colgando de un piolín en el tiempo de su cumpleaños, la escuela la ausencia fantasía que crea su imaginación.

El anciano sonríe le viene hacia él el recuerdo de sus primeros pantalones largos, su salida de su casa presumido caminando sobre el largo corredor de baldosas blancas y negras como un juego de damas, las reminiscencias dando saltos en su cabeza lo llevan de un tiempo a otro sin una cronología.Los primeros años del secundario incorregible alumno tratando de pasar inadvertido casi como un disfraz de hombre invisible, inútil esfuerzo siempre era el blanco de los profesores aunque el asiento era el último, la mente del anciano juega con los recuerdos

Amores juveniles amores de estudiantes que florecen brillante como un rosal que pronto se extinguen en la inmensidad de los tiempos.El viejo bar los amigos de ese entonces las reuniones alrededor de una gastada mesa donde se arreglaba el mundo, donde se opinaba de todo futbol, muchachas, juegos de billar, todo se disponía hasta el lugar de reunión de un sábado para ir a bailar.

De pronto un rayo ilumina la habitación luego la noche se hizo más noche todo quedó en la oscuridad se corto la energía eléctrica, el anciano sigue escuchando la voces del silencio solamente el eco del silbato del lejano tren, recorre la cortina del viejo ventanal las ramas y su follaje parecen bailar con un ritmo cadencioso al compás de la tormenta.


Ese mal de ausencia que trae la soledad estar solo entre tanta gente le ha hecho al anciano esa larga noche conversar con sus recuerdos, sus ojos se entrecierran el sueño lo ha vencido lo había despertado el ruidoso trueno y el golpetear del postigo culpa de la tormenta, cierra la persiana y corre la cortina maldiciendo su suerte.Y dejándose llevar en esa noche cuando los recuerdos duendes traviesos le conversaron,  remembranzas de un tiempo que se fue, cierra los ojos y se duerme…….


ALEJANDRO CAPLAN..............alejandrobojor@gmail.com






  

martes, 21 de julio de 2015

DANZARIN



En el antiguo Buenos Aires tratando de hacer una pintura, un retrato de ese pasado cuando la gran aldea se iba transformando poco a poco en ciudad que se corría expandiendo hacia los arrabales, donde convivían malevos guapos junto a inmigrantes es en ese crisol de razas es donde fue creciendo el personaje hasta llegar al centro.


Hijo de inmigrantes apolíneo y buen mozo fue un gran bailarín, por ese entonces el tango estaba en su apogeo tiempo que el olvido entre brumas y tinieblas lo fue borrando en la década del no me acuerdo, pero si fue en el medio del siglo pasado se hizo famoso por sus corridas cortes y quebradas sacando lustre al piso con sus danzas.

Se le conocía por su apodo Danzarín, nadie sabía su nombre solamente su apodo trasgresor de la forma de vivir de ese momento, caminador andariego de casi todas las calles de la gran ciudad, habitante conspicuo de bailongos café y trasnochadas, una novia en cada esquina así transcurría sus días casi en un mundo de fantasía lejos de la realidad.

Sus días sus años fueron pasando su fama también entre noches de licor y de café, la realidad lo alcanzó en un tiempo vertiginoso acelerado donde la tecnología acaparó la atención, donde la reunión la conversación se va extinguiendo, el no tengo tiempo estoy apurado tal vez otro día, es el latiguillo que se escucha gente por doquier con el celular encendido, y nuestro personaje desorientado entre dos mundos aquel de la siesta pueblerina y el actual distintas costumbres distintos hábitos.


La mesa del bar donde se reunía con amigos cada vez era más chica cada uno se fue buscando su estrella, es entonces que el Danzarín se quedó solo en la inmensa soledad de las largas noches lluviosas de invierno sin amor ni consuelo, caminador de casi todas las calles de la ciudad un cierto día partió sin rumbo fijo desde aquel día nadie más lo vio al que se hizo llamar el Danzarín.

Un hombre de larga barba blanca, en su cabeza hilos de plata su rostro surcado por arrugas su mirada otrora vivaz ahora opacada, se dice que la mirada es el espejo del alma viene bajando del cerro lo acompaña un perro el único compañero de su soledad,  por el camino a la vera del río con paso lento en ese día de agobiante calor buscando la sombra del sauce llorón, tiempo propicio para conversar con los recuerdos vivencias de un ayer

Cuando de madrugada antes de amanecer un farol con su tenue luz alumbra el adoquinado, dando su lustre el rocío de la noche y las herraduras de los caballos de los carros, en un suburbio de la ciudad él es un canillita que reparte los diarios y se dirige al puesto de diarios de la calle Barragán, sus primeros pantalones largos, una casa un zaguán puerta cancel un patio grande con macetones con flores de un inquilinato donde los domingos se convertía en una pista de baile.

Es en ese entonces que aparece la fama de gran bailarín las luces del centro lo deslumbraron sus salones vieron sus giros sus famosas corridas madrugadas trasnochadas siguiendo la errante caravana de los noctámbulos entre copas de champagne.

Pantallazo de la vida en la memoria de un anciano los vientos de los tiempos y la distancia hacen que los recuerdos se desvanezcan borrando de su memoria, como la tierra que se levanta va quitando sus huellas del polvoriento camino. De pronto se dirige a la orilla del río y colocando las palmas de las manos toma un poco de agua para refrescarse, donde se escapan unas gotas de agua y mirando a su perro le dice.

Cacique las gotas de agua hacen un río millones de gotas que siguen la corriente igual que la vida, cada gota es una historia y el conjunto de estas historias como el río hacen una vida la corriente la lleva y ya no vuelve, luego haciendo una mueca como un esbozo de una sonrisa continúa hablando y le dice al perro, Cacique que lindo sería tener un mazo de cartas barajar y dar de nuevo, pero la vida es una sola.

Un perro viene bajando del cerro por el polvoriento camino buscando a su dueño se llega hasta el sauce llorón y otea el horizonte, su dueño se ha ido de gira buscando su estrella quien sabe haya encontrado nuevamente el patio del antiguo inquilinato donde comenzó su fama y exhibiendo sus famosas corridas ese gran bailarín.


alejandrobojor @gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN     




lunes, 29 de junio de 2015

PARECE QUE FUE AYER





Desde la atalaya de mis recuerdos la nostalgia me invade y me invita a navegar hacia ellos, invisible mi persona y a través de espesas nubes que voy disipando, me encuentro caminando en una calle de anchas veredas flanqueadas por una hermosa arboleda voy al encuentro de los amigos de aquellos tiempos, para ese entonces una reunión muy importante se resolvía si uno de ellos el cual tenía muy buena voz, se inscribía en el concurso de cantantes de tango que se iba a realizar en las próximas semanas.

El lugar era una esquina del viejo Buenos Aires una de tantas en aquel momento pero diferente para este invisible nostálgico, había en esa esquina un buzón postal pintado de un color rojo era el faro púes ese era el habitual lugar de reunión, casa bajas con jardines adornados con hermosas flores que perfumaban ese espacio del que nos habíamos apropiado. El acuerdo que fue a votación era que todos los amigos teníamos que ir donde se realizaba el concurso para alentar a nuestro ídolo, fue unánime la decisión aunque el lugar quedaba lejos el día que cantara todos estaríamos ahí.


No podría ser mejor el lugar elegido una esquina un buzón una ochava en ella una casa,  un paredón en donde sobresalía sobre él flores multicolores que exhalaban su fragancia,  una enredadera y glicinas azules y blancas era el marco de la casa de la ochava una puerta de hierro pintada de verde completaba el cuadro, desde ese lugar privilegiado los muchachos suspiraban por la vecinita de la vereda de enfrente esperando o tal vez espiando su salida.

El buzón pintado de rojo parecía un hombre en su parte superior una gorra y una boca ancha para colocar las cartas, testigo silencioso siempre parado en la esquina como guardián de plaza, cuantos secretos guarda en su interior el enamorado escribiendo poemas a su dama en un sobre perfumado, una carta para un pariente lejano o una tarjeta postal con dedicatoria en el reverso, el es el testigo mudo también de nuestros secretos.

Hoy hay baile en el club ese club al que también concurríamos para jugar al billar o simplemente charlar o tomar un café, algunas mesas ya están ocupadas por los habitúes de siempre algunos veteranos jugando una partida de dominó, había que definir la hora para reunirnos casi siempre nos encontrábamos con los mismos conocidos.

Comienza el baile con los ritmos de moda de aquel entonces siempre con selectas grabaciones rara vez se presentaba una orquesta en vivo todo un acontecimiento, era en ese entonces el tango el más popular luego el jazz y alguna orquesta característica, eran tiempos que las madres llevaban a sus hijas y algunas amigas de esta, sentadas en una silla sin vigilar… vigilaban.

Todo era distinto es difícil explicarlo tal vez no se entienda pero haré un esfuerzo para clarificarlo, la moda era así las damas estaban a un lado del salón sentadas o paradas esperando que alguno de los caballeros las saque a bailar, del otro lado enfrentado estaban los caballeros lo curioso de todo esto es el famoso cabeceo.
Consistía sencillamente cuando el caballero elegía a la dama esperaba que ella lo mirara cuando sus miradas se encontraban el hacía un pequeño cabeceo, si la dama aceptaba ella hacía un movimiento de cabeza entonces el hombre se acerca hasta donde se halla la dama y extendiendo la mano la invita a bailar.

Transitando los caminos del tiempo me encuentro atrapado entre dos mundos, aquel del siglo pasado y el actual con su tecnología superadora un mundo vertiginoso, distinto para el que ha vivido ese otro que ha dejado atrás, ahora viviendo el actual mi cerebro se presenta como compartimentos estancos como en una computadora, donde se guarda las fotografías de la vida ellas quedan grabadas en la retina la pondremos en imágenes, los otros los recuerdos ellos están dentro de mi mente estarán guardados en escritorio, basta tocar un botón del teclado para que ellos se presenten y me permitan encontrarme con ellos nuevamente.

De pronto escucho ladridos no se que ha pasado si tuve un ensueño o un bonito sueño,  esos ladridos me llaman a la realidad desde un balcón cercano ladra estruendosamente un perro caniche blanco lo llaman Burbuja por eso de la pompa de jabón, y le responde un enorme mastín Cacique es su nombre desde otro balcón armando entre ambos un batifondo que es imposible no escucharlos, ellos son los responsables de que aquel sueño nostálgico quede trunco en esta tarde donde el sol ya está casi desapareciendo como se ha esfumado mi fantasía...si PARECE QUE FUE AYER.



alejandrobojor@gmail.com........ALEJANDRO CAPLAN  

miércoles, 24 de junio de 2015

LA QUIMERA DE LOS SUEÑOS



Al igual que un solitario pescador que conduce remando su bote río abajo buscando si en su espinel ha encarnado un dorado o algún paty, un solitario hombre maduro de rostro curtido por mil soles arrugas en la frente cabello canoso de paso lento y cancino,  el peso de los años han hecho mella en su cuerpo va atravesando tiempos y las calles  buscando una ilusión,  una quimera encontrar encarnado los sueños en el espinel de su vida.

Calles silenciosas las que hasta ayer eran bulliciosas unos chiquillos jugando tras una pelota, más allá una niñas con el dibujo de una rayuela sobre la vereda, con un tejo saltando en una pierna tratando de llegar al final donde se esconde la palabra cielo, un ir y devenir de gente las comadres con una bolsa de compras hablando y caminando para llegarse a la feria que se encuentra dos calles abajo.

Un vendedor de ropa blanca al que todos conocían como el turco, es que en la gran inmigración han llegado gente de diferente nacionalidades, españoles, italianos, turcos al idioma lo fueron transformando tratando de hablar un poco en su  lengua un poco el español, así nace el lunfardo, el vesre que invierte las silabas, el cocoliche, el jeringozo,  no solo traen su idioma también sus costumbres sus aromas y sabores.

Se acuerda el hombre que en su casa en un departamento vivía una anciana al que algunas veces le hacía los mandados, ella era de Galicia y le convidaba con unas empanadas gallegas, cuando recuerda los sabores le traen a su mente los aromas los olores, el dulce de rosas de la abuela pétalos de la rosa escarlata aterciopelada ya está oliendo el perfume de la rosa, las escapadas de unas tardes de verano a la hora de la siesta con una bolsa de arpillera en el auto del tío llegarse hasta el Tigre y tomar las  naranjas amargas que crecen en sus calles para hacer dulce.

Todas ellas eran expertas en eso de los dulces cortaban la cáscara y nunca supo como y que procedimiento le sacaban el amargor y producían un dulce de naranjas un manjar para el paladar. Los vientos de la vida fueron golpeando su cuerpo endureciéndolo frente a la adversidad aún así una pequeña lagrima va surcando su mejilla sus ojos rojos y humedecidos las recordaciones de aquellos días se presentan en la quimera de sus sueños.

Cabizbajo y meditabundo va recorriendo las calles que tantas veces pisó, hasta que de pronto aparece ante el su infancia, el colegio su escuela primaria su primer grado el aula al lado de la dirección, la señorita maestra con su infinita paciencia por que en ese entonces era la señorita maestra, no la seño, el colegio con su gran patio descubierto testigo de todas las jornadas épicas de la historia, entoldado en época de florecimiento de glicinas azules y blancas, esas mañanas de izamiento de la bandera en la puerta del colegio los de último año formados en fila de dos frente al pabellón en la calle junto al cordón y las estrofas de una canción, azul un ala del color del cielo azul un ala del color del mar que hacía estremecer el alma.

Recorriendo recuerdos de pronto se le presenta ante él el bar en el cual se encontraba con sus amigos de ese entonces, entra al bar que parece que los años no hubieran pasado se sienta pide un café, ahí están los habitúes de siempre unos veteranos jugando su partida de dominó, más allá la mesa de billar todo está como era en aquel tiempo, las sillas y las mesas gastadas por los años como la esperanza de aquel hombre.

El mozo ya está trayendo el café cuando de pronto todo se esfuma, los parroquianos las mesas las sillas el mostrador, como si un ilusionista con un sombrero y una varita en un acto de magia los haya hecho desaparecer, es que el sol de la mañana lo ha despertado que se filtra a través de la persiana todo fue un sueño una ilusión que pero más que eso fue una……. Quimera de los Sueños………

alejandrobojor@gmail.com


    

martes, 23 de junio de 2015

EL ARBOL DE LA VIDA



En una amena sobremesa con una pareja amiga conversando de las nuevas tecnologías y las diferencias que existían con la de nuestra generación, las discrepancias de opiniones estaban expuestas en donde desde mi punto de vista era tener que asomarse a ella y sopesar las divergencias.

La historia se va construyendo con sucesos que forman un eslabón, uno tras otro se van anillando formando una cadena de sucesos donde transita la vida, alegrías y tristezas crean la historia de cada uno, enfrascados en discutir opiniones sobre la nueva generación de nativos digitales que pareciera que nacen ya implantados en su A.D.N. mientras con el rabo del ojo observo a mi nieto tiene los ojos tristes, él está triste apenas tiene doce años, no se si son pocos o muchos en esta época para la tristeza.

De pronto se sintió observado o es que me estaba observando y dirigiéndose hacia mi me pregunta ¿Abuelo puedo usar la computadora?. Bueno ahí la tienes, ahora está contento juega con unos jueguitos que yo nunca voy a comprender, pero de pronto sus ojitos tristones y compungido dice Abuelo se cortó la Internet y tampoco hay televisión, trato de calmarlo con alguna excusa será problema del cable capaz que vuelve pronto  pasaba el tiempo y la solución no aparecía, ante tal circunstancia una llamada de teléfono a la empresa que me comunica que hay un desperfecto en la zona y los técnicos tratan de repararlo no sabiendo el tiempo que demandará dicha reparación.

En ese momento se me ocurrió una idea le dije al niño, a ti te gusta jugar al tesoro escondido y me acordé del galpón de la terraza, un galpón grande en donde por casi treinta años todo lo que no servía y algunas que si servían iban a parar al galpón, una especie de cambalache donde podías encontrar al lado de una escalera una silla ya desgastada que alguna vez la colocamos para después cambiarle el tapizado, un juego de luces de colores que colocábamos en algún aniversario arrumbadas en algún rincón,  convivían con los juguetes que tenían de niño aquella ambulancia a fricción que le faltaban las ruedas y la fricción, el auto de bomberos colorado que aun tenía la escalera,  la mesa y los banquitos ese para los asados.

En esta vorágine de los tiempos que no nos dieron respiro todo aquello quedó siempre relegado a un segundo plano, y para hacerlo interesante le dije yo tengo un tesoro si tu lo encuentras te daré como premio un juego para la play, y allá fue a buscar el tesoro y la Internet pasó por un momento a ser olvido.

El tiempo iba transcurriendo y el niño aún seguía dentro del galpón tal vez creyó estar en  medio de la isla encantada, tal vez los recuerdos de los juguetes que tuvo en sus manos, la figura del chavo de goma esos de repisa la alegría del garaje de juguete con sus rampas donde deslizaba los autitos hoy sin sus postes indicadores ni sus autitos, o quizás tratando de reparar esos autos de fricción que quedaron arrumbados en esa isla encantada que era en ese día el galpón de la terraza.

El niño llega emocionado la alegría desbordada se le escapa por los poros ojos grandes trae con el un portafolios lleno de polvo y con su manija rota, manifiesta abuelo he encontrado el tesoro yo no tenía conocimiento que se encontrara ahí esa sucia y polvorienta cartera, trato de abrirla y me encuentro con una carpeta con sus respectivas tapas dentro de ella en la primera hoja un título en grande donde decía El Árbol De La Vida, y en las siguientes hojas unos hermosos versos hechos poemas donde habla principalmente de la amistad.

Creo que ni el famoso Champoleón ese que descifró los jeroglíficos egipcios podría descifrar la escritura de estos versos, solamente un padre entiende la letra de su hijo frustrado poeta, el azar el destino la vida lo hizo transitar otros caminos, hoy inmerso frente a una computadora sumergido bajo una pila de papel oficio escrito con letras y números, tal vez un mañana vuelva a las fuentes.

Están golpeando a la puerta NO PUEDO ATENDER ESTOY OCUPADO JUGANDO CON MI NIETO A LA PLAY.



alejandrobojor@gmail .com..........ALEJANDRO CAPLAN                                                 

lunes, 22 de junio de 2015

HISTORIAS DE BUENOS AIRES

  

Anochece en la ciudad hombres grises como la pintura de sus paredes transitan la selva de cemento autómatas salidos de un cuento recorren la ciudad, traje negro camisa y corbata y por si fuera un trofeo un maletín como estandarte, se mira de soslayo como si desconfiaran y siguen raudo su camino. El personaje de esta historia es uno más de los hombres grises que habitualmente caminan por el mismo trayecto, las calles que lo llevan a la entrada del subterráneo y se zambulle en su boca como todos los días tras días, esta es su rutina desde ya hace mucho tiempo hasta llegarse a su casa.

En el libro de los tiempos es él que nos introduce en la vida del hombre que habita la casa desde que nació en ella, una casa señorial en un barrio distinguido lejos del mundanal ruido, una mansión que heredó de su madre que a su vez lo heredó de su abuela, el libro nos cuenta que aquel niño educado en los mejores establecimientos educativos es un ser tímido introvertido tal vez solitario por su misma timidez.

El mismo libro nos cuenta como era su hogar una gran mansión con infinitas habitaciones un gran jardín en el fondo, techo a dos aguas de tejas rojas y con una veleta en la parte superior indicando el gallo de la veleta de donde viene el viento, una mansión centenaria es la que habita un hombre cincuentón solitario si hasta sus pasos retumban en el viejo caserón., luego de una frugal cena se llega hasta la habitación espaciosa que da a la calle y se dispone a escuchar una música suave, y mientras los cubitos de hielo tintinean en su vaso de whisky los recuerdos le van rondando, cuatro amigos jugando a los dados un cubilete una mesa desgastada de un bar, y sobre la mesa de la habitación un florero con flores naturales mezcladas con flores artificiales.

Como si su mente se abriera a los recuerdos ve a su madre colocando flores en ese mismo florero, flores de su jardín donde tenían azaleas jazmines claveles y un rosal de rosas rojas aterciopeladas, cuando en una ocasión cortó una de ellas para llevarle a la que nunca olvidó, hoy es un yuyal descuidado.Duendes traviesos van jugando con los recuerdos un inocente romance juvenil largas caminatas bajo un cálido sol otoñal tomados de la mano, el parque su banco de plaza preferido sus palabras murmullos que ellos entendían, un beso furtivo sus planes para el futuro de dos adolescentes, la mirada de la primer novia que nunca se olvida.

El libro de los tiempos nos dice que cierto día que no precisó él se quedó esperando a la nunca llegó, presuroso se llegó hasta su casa y un cartel que decía se alquila nunca más la vio, de esto que pasó hace tiempo jamás la olvidó. Desde hace algún tiempo él escucha la voz del olvido la estruendosa voz del silencio solitario hombrecillo se dice habrá que cambiar, coloca su mansión en venta para ir a vivir a un departamento moderno de dos ambientes con vista al exterior, ascensor inteligente portero y encargado además más cerca de su trabajo.

El silencio desapareció y el barullo de una casa de departamentos apareció, la música fuerte a horas inapropiadas reunión de consorcio pago de expensas, todo era nuevo para el hasta que se acostumbró, el solitario no se sintió tan solo. Comienzo de la era digital buscó su nombre por todas la redes sociales no encontró su nombre, y se dio por vencido fue cuando una casualidad ocurrió estando en el andén  del subterráneo vio o creyó verla en el andén opuesto, quedó mudo cuando vio que subía a la formación que recién había llegado.

Horas y días hay un hombre sentado en un banco esperando siempre a la misma hora el subte luego se levanta y se va con la esperanza de verla, el día llegó se cruzó de frente era ella su misma mirada sus ojos se agrandaron, y llevaba puesta la cadenita de la media medalla que el le había regalado.Se miraron a los ojos las mismas miradas de los juveniles años, sin  preguntas sin reproches tomados de la mano se fueron caminando en esas largas caminatas hasta llegar al parque, y buscar el banco de plaza el cómplice de sus planes juveniles para  un futuro ahora cómplice de un romance otoñal.




        


sábado, 20 de junio de 2015

LA ROSA NEGRA




Capitulo  I

Era una tarde de invierno fría desapacible la ciudad se encuentra bajo una implacable cortina de lluvia, tarde propicia para la lectura mientras te deleitas con un delicioso café que lo tomas sorbo a sorbo, contemplando la lluvia detrás de un ventanal mientra las gotas golpean sobre el vidrio y se deslizan como lagrimas hasta desaparecer.

Mientras espero paciente una llamada que tarda en llegar voy hojeando revistas y una editorial me llamó la atención, hablaba de una inauguración de un tramo de la costanera allá lejos en el tiempo año 1918  donde se reinauguraba una fuente, que con el tiempo el nombre del artista sobrepasa al nombre de la obra la fuente de Lola Mora, su nombre es Las Nereidas.

Las sociedades con el paso de los años van cambiando costumbres parece ser que aquella sociedad pacata costumbrista conservadora, cuando se inauguró la obra no fue bien vista si bien la escultura es bella púes recrea el nacimiento de Venus de una valva sostenida por dos desnudos, fue expuesta en la plaza de Mayo la mayor controversia eran los desnudos y también con la cercanía de la catedral.

La costanera era en su tiempo un paseo con sus pérgolas luces y la escalinata que daba al río donde la gente se bañaba, convertido en balneario su confiterías y juegos  es precisamente que esa costanera es el escenario de una crónica policial de ese entonces.

El artículo decía escuetamente que se había encontrado en el río un cuerpo de una mujer cerca de la escalinata de la costanera frente a la fuente de Lola Mora los investigadores comenzaron sus investigaciones. Esto sucedía casi a fines del año 1920 la población quedó angustiada por la noticia púes nunca había ocurrido algo semejante.

El suceso causó gran revuelo y se siguió con gran atención la investigación, la posterior publicación decía se ha encontrado en las aguas del Río de la Plata cerca de las escalinatas de la costanera, un cuerpo sin vida de una mujer caucásica de blonda cabellera, y remarcaba que tenía un tatuaje en la espalda de una pequeña rosa negra lo que llamaba la atención por que en aquella época no existían los tatuajes, solamente se los veían a algunos marineros casi siempre extranjeros.

Los investigadores se encontraron en un laberinto solo tenían como prueba el cuerpo y la rosa negra tatuada, las pericias indicaban que la victima no tenía golpes y su muerte se produjo sin signos de violencia ahogada por inmersión, creyeron en principio que se trataría de una persona de origen Europeo pero recién terminado el conflicto bélico de la primera guerra mundial el sistema se estaba organizando y no podían contar con su ayuda.

Los investigadores estaban frente a una pared cuando una llamada fortuita fue el principio para encontrar el camino de salida de ese laberinto. La llamada era de un conserje de un hotel de cinco estrellas situado cerca del barrio de Recoleta le relataba que en una residencia del mismo faltaba el pasajero desde hace un mes sin que diera ninguna explicación, preocupado ante tal situación le solicitaba su presencia para abrir la habitación.

Los pesquisas se hicieron presentes en el domicilio del hotel junto al conserje abrieron la espaciosa suite no se encontraba el morador, todo el mobiliario como los placard y el vestuario se encontraba en perfecto orden como si el pasajero esperaba volver pronto,  pero el hecho de faltar tanto tiempo era para desconfiar.

Comenzaron a abrir los cajones para ver si el extraño pasajero habría dejado una carta la desilusión se apoderó de los presentes nada se encontraba en esos cajones que le dieran una pista, hasta que uno de ellos le preguntó al conserje si el hotel tendría algún documento guardado, el mayordomo luego de pensar un tiempo hizo un gesto de aprobación y los guió hasta una pequeña habitación con cofres de uno de ellos el del número 414 que era la habitación cuestionada.

Extrajo un pasaporte a nombre de Soledad Alpirrez de nacionalidad española pero el mayordomo creyó que por su acento era de otra nacionalidad, nuevamente en el cuarto ya presintiendo que su ausencia no fuera normal encuentran sobre una mesa una pequeña fotografía de una pareja, ella era muy parecida a la mujer encontrada en las escalinatas de la costanera en el reverso solamente una letra P en mayúscula.

Siguiendo la investigación se comunican con la embajada de España preguntando por el nombre de ese pasaporte luego de unos días la embajada le responde que no hay ningún documento que acredite a nombre de Soledad Alpirrez, es así que otra vez los tenaces investigadores quedaron desairados púes ese pasaporte era fraguado quedando como al principio a la entrada de un laberinto.

Uno de los investigadores obsesionado con el tema en cuestión continúa con la búsqueda de alguna pista que lo conduzca a esclarecer el caso es así que nuevamente se dirige al hotel, y comienza a averiguar por medio del conserje si la victima tenía amistades que la visitaran y como al pasar le pregunta si tienen un libro de visitas el mayordomo asiente con un gesto contesta creo que hay uno y se vuelve hasta una puerta de un habitación al final del pasillo, trata de abrirla está cerrada con llave vuelve a la conserjería y entre un manojo de llaves encuentra la misma.

Abre con ella la habitación busca dentro y en un momento sale llevando un libro es el que el pesquisa había solicitado, comienza a leerlo y encuentra que la habitación 414 eran varias las personas que visitaron la morada, mujeres y hombres y entre ellos sobresalía un nombre Pierre entonces se acordó que detrás de la pequeña fotografía tenía escrita una P mayúscula, era el momento de desenrollar el ovillo y comenzar a buscar al tal Pierre tenía el nombre y por supuesto la fotografía.

Capitulo  II

Los sabuesos enfrascados en el caso buscaban un final  y colocaron sobre una mesa fotografías diversas de personas extraviadas, individuos de prontuario que todavía no la habían localizado horas y horas estuvieron sobre las fotografías sin lograr su propósito otra vez estaban en foja cero, estuvieron averiguando y nadie conocía al tal Pierre ¿Pensaron será ese su verdadero nombre o tal vez uno inventado? Otra vez se interpuso el laberinto no pudieron encontrar la salida no teniendo otra alternativa dieron por el momento cerrado el asunto hasta que se pueda hallar otra pista.

Ese caso no esclarecido pasó a ser uno más dentro de una caja y una faja con un rótulo caso sin esclarecer Mujer de la Costanera, durmiendo su sueño eterno hasta que un día alguien lo despierte .Abocándose los investigadores con otras pesquisas propias de sus tareas.

Apenas pasaron casi tres meses de este caso cuando se presentan en la jefatura unas personas para averiguar el paradero de una mujer, las atiende el teniente Riera y les hace las preguntas de rigor nombre de la mujer una de ellas dice que el nombre de la dama es Michelle por el acento de las personas el teniente pregunta de donde son respondiendo las mismas de Francia al igual a la persona que buscamos, ella llegó hace varios meses teníamos contacto pero hace más de tres meses no sabemos nada de ella.

El teniente les acerca la fotografía que habían encontrado y pregunta conocen ustedes a la pareja de la foto uno de ellos comenta asombrado ¡son ellos¡ Quienes pregunta el policía, ella es Michelle y el es Jean Paul eran novios hasta que la guerra los separó por un tiempo se recibía cartas de él hasta que ellas desaparecieran por completo, la última que recibió Michelle era del ejército donde le anunciaban que Jean Paul había desaparecido en acción. Ella entró en una gran depresión quería apartarse de todo su entorno la persona que hablaba era una pariente su español se le podía entender con difilcutad, continuó hablando y dijo que después de un año se presento un notario que buscaba a Michelle para comunicarle que heredaba de un pariente casa y terrenos en la campiña Francesa incluido un viñedo y una abultada cuenta bancaria de pronto se encontró con una fortuna y decidió viajar, y la última comunicación fue desde aquí es por ese motivo que nos llegamos para averiguar su paradero.

Muy gentilmente el teniente Riera les dijo que en el momento que tuvieran algún indicio se lo comunicarían ex profeso no les contó en ese momento que el cadáver que habían encontrado era de ella la desconfianza se apoderó del investigador su primer impulso fue llegarse al hotel que la occisa habitaba y pidió abrir el cofre donde guardaba su dinero alhajas y documentación importante su presentimiento fue en aumento en cuanto en el cofre no encontró dinero extraño siendo una mujer adinerada.

Capitulo……III

Averiguando en todas las entidades bancarias por alguna cuenta bancaria con el nombre falso que había adquirido Soledad Alpirrez pasaron los días y no había ninguna llamada hasta que desde una entidad bancaria admitieron que hasta hace algunos meses había una cuenta bancaria bastante abultada de cinco ceros pero la dueña sacó todo el dinero y cerró la cuenta hace varios meses los investigadores no tenían al victimario estaban convencidos que era un homicidio y tenían el móvil el dinero de la victima

Comenzaron a investigar al entorno de la victima sus hábitos sus costumbres para si a través de ellos conocer al o la asesina. Michelle era como un hábito sentarse por las mañanas en una confitería de la calle Alvear  casi toda la mañana se sentaba en una confitería de la calle Alvear donde asistían personajes de alto poder adquisitivo que la saludaban con un movimiento del ala del sombrero ella era una habitúe de la confitería.

De su entorno averiguaron quien era Pierre este decía ser un artista plástico e iba a hacerle un retrato, vivía en un altillo que también era a la vez su atelier nunca había vendido ningún cuadro era un fiasco lo único que los unía el idioma, era un sospechoso

Desde el libro de visitas se encontraba Lorraine mujer de la vida que no se sabe como encontró en Michelle su amistad, en tren de averiguaciones se encontró que la tal Lorraine estaba en pareja con un guapo y cuchillero de aquellos arrabales de esos años. A los investigadores se le abrieron un abanico de posibilidades pero una a una se fueron desvaneciendo cada uno presentaron su cortada y el laberinto les cerró la puerta de salida y continuar caminado el laberinto.

Uno de ellos viaja a Francia para encontrarse con el notario que fue quien avisó a Michelle de quien heredaba y este lo confirmó, se le preguntó quien era el emisario que trajo la noticia él mucho no se acordaba se le preguntó que aspecto tenía, era alto cabello negro y lo que me pareció extraño tenía en el brazo derecho un pequeño tatuaje de una rosa negra. Nunca sabremos como el hombre del tatuaje consiguió tanto dinero dicen que en el fragor de una batalla se encontró una fortuna en barras de oro se cambió el nombre y como si fuera un acto de magia desapareció y las telarañas del tiempo lo transformaron en olvido.

El caso del homicidio de Michelle quedó guardado en una caja hoy cubierta de polvo sin poder resolverse, y al igual que el hombre del tatuaje de la rosa negra las telarañas del tiempo la transformen en olvido………..


alejandrobojor@gmail.com    


viernes, 19 de junio de 2015

COLOREANDO UN AYER





En un verano caluroso la noche presagiaba tormenta, ese mismo calor y la humedad no me permitieron dormir, dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño una especie de electricidad me recorrió el cuerpo, fue entonces que me levanté sudoroso y transpirado buscando una bocanada de aire fresco que me pueda reanimar, me llegué hasta el pequeño balcón del piso alto todavía aturdido alcancé a sentarme en una silla una suave brisa envolvía la noche.

El silencio de la noche traía sonidos lejanos, el silbato de la partida de un tren el tañido de la campana de la iglesia, poniendo mucha atención solo escuché una campanada era la una de la mañana, y ahí estaba yo y mi alma dialogando con la flores y plantas,  pareciera que ellas hablan de noche como esas fábulas de Esopo donde hablan los animales distingo entre todas a la humilde rosa china la elogio y ella hace una reverencia agradeciendo.

Frente a mi una frondosa arboleda donde la brisa juguetea con su follaje de hojas verdes y esplendorosa con un  ritmo cadencioso y ondulante, las luces de la calle amortiguadas por el ir y devenir del ramallaje a veces se dejan ver y otras desaparecen, es entonces que los sonidos del silencio hacen aparecer los duendes de los recuerdos pantallazo o viñetas de un Buenos Aires que ya fue.

Me retrotrae en el tiempo cuando la radio se escuchaba casi a toda hora era la compañía de mi madre, por las mañanas la música era su compañera a la media tarde algún lagrimón de su novela preferida, por las noches esperando a mi padre del trabajo nos entretenía a los dos diablillos con preferencia con programación de entretenimientos o música.

Esa sería una viñeta recuadrada con líneas negras, una mesa un mantel una panera cuatro platos para cuatro comensales, cenando en familia entre risas y conversaciones.
Que recuerdos trae consigo el silencioso sonido de la noche, las neuronas se han confabulado para traerme de un pasado un retrato del antiguo Buenos Aires.

Sentado en mi fabulosa atalaya y entre la suave caricia de la brisa que me envolvía y el cimbreante movimiento ondulante de las ramas y el follaje me han hipnotizado, mi mente y los recuerdos me llevan a otro tiempo siempre relacionado con la radio y su música.

Ya por entonces los duendes de las evocaciones me retrotraen y me encuentro ya más grande envuelto en un tiempo, y en una terraza bailando junto con amistades entrando a la edad de pubertad se juntaban amigos y amigas y organizaban un baile, las chicas se encargaban de las viandas y los muchachos de las bebidas siempre sin alcohol, era la época de música suave y lenta propicia para entablar conversación durante el baile.

Junto a un amigo estoy caminando por esa calle Corrientes alguien en su tiempo dijo la calle que nunca duerme, buscando en alguna disquerías que abundaban en ese tiempo un disco de moda, la ensoñación me lleva por las veredas que transité por tanto tiempo se me viene a la memoria los dos cines que ya no están, la pizzería de la esquina de Gurruchaga van cayendo como piezas de dominó el café y bar al cuál no podíamos entrar, todo se va amontonando llegamos a cruzar la avenida Juan B.Justo el arroyo Maldonado ya entubado y así caminando llegamos después de cruzar la barreras del tren hasta la plaza.

Por fin en una de ellas pudimos conseguir el disco que estábamos buscando todo un trofeo de aquellos tiempos, hasta hoy me acuerdo el nombre Serenata a la luz de la luna interpretada por la orquesta de Glenn Miller, todas las disquerías tenían en el local un cubículo vidriado con una mesa y un tocadiscos entonces el vendedor invitaba al comprador para poder escucharlo, y comprobar que no tenga imperfecciones o estuviera rayado comprobado que no tenga fallas los colocaba en un álbum.

Tanto mis amigos como yo cumplimos la mayoría de edad eran tiempos del café y bar que teníamos vedado, atrás de un café o algún vermouth era nuestro sitio de reunión billares dominó, en una mesa un habitué con su infaltable vaso de vino que toma para olvidar por que toma,  aquél que la vida lo rebotó en otra el que escribe poemas los que hacen negocios sobre sus mesas y ahí estábamos nosotros haciendo planes para el futuro.

Había en ese bar un hombre que queríamos conocer, el individuo de casi setenta años bastante cabello canoso que se dejaba con una colita que la sujetaba con una gomita, lo invitamos a la mesa su ropaje pulcro pero viejo su saco un poco deshilachado su camisa haciendo juego, quien juzga por su ropaje diría es un hombre pobre ¿tal vez? el era un hombre rico en instrucción y filosofo por vocación.

En una de esa reuniones dijo como sentencia, ustedes muchachos son muy jóvenes por  su propia juventud son ansiosos y los días que lleva un año le parecen dos, pero al pasar los años pareciera que el tiempo se acortara, una década le parecerá un año, un año un mes, un mes un día y un día una hora, una hora un soplo en la inmensidad del tiempo.
Esos años que concurrí al bar fue como una enseñanza por fuera de toda tu instrucción en esos años aprendí cosas que nadie enseña.

Se va terminando mi noche, esta noche que el silencio me trajo recuerdos, el movimiento ondulante del follaje se hace más intenso se va acercando la tormenta, y los duendes de los recuerdos se han retirado……… Estimados lectores los tengo que dejar.


alejandrobojor@gamail.com...........ALEJANDRO CAPLAN