En un día desapacible frío ventoso donde el sol
brillaba por su ausencia un anciano de rostro curtido por mil noches de lunas
arrugas en su frente, solitario lobo de un ayer la nostalgia lo abruma, sin
ruidos el silencio se apodera y se hace cómplice de una noche propicia para jugar
con los recuerdos.
Las neuronas traviesas centellean en su mente y
van apareciendo remembranzas como pantallazo, su época de la niñez sus juegos
con los amigos sus paseos en el viejo tranvía, los globos de distintos colores colgando de un
piolín en el tiempo de su cumpleaños, la escuela la ausencia fantasía que crea
su imaginación.
El anciano sonríe le viene hacia él el recuerdo
de sus primeros pantalones largos, su salida de su casa presumido caminando
sobre el largo corredor de baldosas blancas y negras como un juego de damas,
las reminiscencias dando saltos en su cabeza lo llevan de un tiempo a otro sin
una cronología.Los primeros años del secundario incorregible
alumno tratando de pasar inadvertido casi como un disfraz de hombre invisible,
inútil esfuerzo siempre era el blanco de los profesores aunque el asiento era
el último, la mente del anciano juega con los recuerdos
Amores juveniles amores de estudiantes que
florecen brillante como un rosal que pronto se extinguen en la inmensidad de
los tiempos.El viejo bar los amigos de ese entonces las
reuniones alrededor de una gastada mesa donde se arreglaba el mundo, donde se
opinaba de todo futbol, muchachas, juegos de billar, todo se disponía hasta el
lugar de reunión de un sábado para ir a bailar.
De pronto un rayo ilumina la habitación luego
la noche se hizo más noche todo quedó en la oscuridad se corto la energía
eléctrica, el anciano sigue escuchando la voces del silencio solamente el eco
del silbato del lejano tren, recorre la cortina del viejo ventanal las ramas y
su follaje parecen bailar con un ritmo cadencioso al compás de la tormenta.
Ese mal de ausencia que trae la soledad estar
solo entre tanta gente le ha hecho al anciano esa larga noche conversar con sus
recuerdos, sus ojos se entrecierran el sueño lo ha vencido lo había despertado
el ruidoso trueno y el golpetear del postigo culpa de la tormenta, cierra la
persiana y corre la cortina maldiciendo su suerte.Y dejándose llevar en esa noche cuando los recuerdos
duendes traviesos le conversaron, remembranzas de un tiempo que se fue, cierra
los ojos y se duerme…….
ALEJANDRO CAPLAN..............alejandrobojor@gmail.com
ME HA GUSTADO.
ResponderEliminarAgradezco mi estimada lectora que le haya gustado este relato la invito a seguir leyendo LOS CUENTOS DEL BOJOR.
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