concierto de Aranjuez

lunes, 29 de junio de 2015

PARECE QUE FUE AYER





Desde la atalaya de mis recuerdos la nostalgia me invade y me invita a navegar hacia ellos, invisible mi persona y a través de espesas nubes que voy disipando, me encuentro caminando en una calle de anchas veredas flanqueadas por una hermosa arboleda voy al encuentro de los amigos de aquellos tiempos, para ese entonces una reunión muy importante se resolvía si uno de ellos el cual tenía muy buena voz, se inscribía en el concurso de cantantes de tango que se iba a realizar en las próximas semanas.

El lugar era una esquina del viejo Buenos Aires una de tantas en aquel momento pero diferente para este invisible nostálgico, había en esa esquina un buzón postal pintado de un color rojo era el faro púes ese era el habitual lugar de reunión, casa bajas con jardines adornados con hermosas flores que perfumaban ese espacio del que nos habíamos apropiado. El acuerdo que fue a votación era que todos los amigos teníamos que ir donde se realizaba el concurso para alentar a nuestro ídolo, fue unánime la decisión aunque el lugar quedaba lejos el día que cantara todos estaríamos ahí.


No podría ser mejor el lugar elegido una esquina un buzón una ochava en ella una casa,  un paredón en donde sobresalía sobre él flores multicolores que exhalaban su fragancia,  una enredadera y glicinas azules y blancas era el marco de la casa de la ochava una puerta de hierro pintada de verde completaba el cuadro, desde ese lugar privilegiado los muchachos suspiraban por la vecinita de la vereda de enfrente esperando o tal vez espiando su salida.

El buzón pintado de rojo parecía un hombre en su parte superior una gorra y una boca ancha para colocar las cartas, testigo silencioso siempre parado en la esquina como guardián de plaza, cuantos secretos guarda en su interior el enamorado escribiendo poemas a su dama en un sobre perfumado, una carta para un pariente lejano o una tarjeta postal con dedicatoria en el reverso, el es el testigo mudo también de nuestros secretos.

Hoy hay baile en el club ese club al que también concurríamos para jugar al billar o simplemente charlar o tomar un café, algunas mesas ya están ocupadas por los habitúes de siempre algunos veteranos jugando una partida de dominó, había que definir la hora para reunirnos casi siempre nos encontrábamos con los mismos conocidos.

Comienza el baile con los ritmos de moda de aquel entonces siempre con selectas grabaciones rara vez se presentaba una orquesta en vivo todo un acontecimiento, era en ese entonces el tango el más popular luego el jazz y alguna orquesta característica, eran tiempos que las madres llevaban a sus hijas y algunas amigas de esta, sentadas en una silla sin vigilar… vigilaban.

Todo era distinto es difícil explicarlo tal vez no se entienda pero haré un esfuerzo para clarificarlo, la moda era así las damas estaban a un lado del salón sentadas o paradas esperando que alguno de los caballeros las saque a bailar, del otro lado enfrentado estaban los caballeros lo curioso de todo esto es el famoso cabeceo.
Consistía sencillamente cuando el caballero elegía a la dama esperaba que ella lo mirara cuando sus miradas se encontraban el hacía un pequeño cabeceo, si la dama aceptaba ella hacía un movimiento de cabeza entonces el hombre se acerca hasta donde se halla la dama y extendiendo la mano la invita a bailar.

Transitando los caminos del tiempo me encuentro atrapado entre dos mundos, aquel del siglo pasado y el actual con su tecnología superadora un mundo vertiginoso, distinto para el que ha vivido ese otro que ha dejado atrás, ahora viviendo el actual mi cerebro se presenta como compartimentos estancos como en una computadora, donde se guarda las fotografías de la vida ellas quedan grabadas en la retina la pondremos en imágenes, los otros los recuerdos ellos están dentro de mi mente estarán guardados en escritorio, basta tocar un botón del teclado para que ellos se presenten y me permitan encontrarme con ellos nuevamente.

De pronto escucho ladridos no se que ha pasado si tuve un ensueño o un bonito sueño,  esos ladridos me llaman a la realidad desde un balcón cercano ladra estruendosamente un perro caniche blanco lo llaman Burbuja por eso de la pompa de jabón, y le responde un enorme mastín Cacique es su nombre desde otro balcón armando entre ambos un batifondo que es imposible no escucharlos, ellos son los responsables de que aquel sueño nostálgico quede trunco en esta tarde donde el sol ya está casi desapareciendo como se ha esfumado mi fantasía...si PARECE QUE FUE AYER.



alejandrobojor@gmail.com........ALEJANDRO CAPLAN  

miércoles, 24 de junio de 2015

LA QUIMERA DE LOS SUEÑOS



Al igual que un solitario pescador que conduce remando su bote río abajo buscando si en su espinel ha encarnado un dorado o algún paty, un solitario hombre maduro de rostro curtido por mil soles arrugas en la frente cabello canoso de paso lento y cancino,  el peso de los años han hecho mella en su cuerpo va atravesando tiempos y las calles  buscando una ilusión,  una quimera encontrar encarnado los sueños en el espinel de su vida.

Calles silenciosas las que hasta ayer eran bulliciosas unos chiquillos jugando tras una pelota, más allá una niñas con el dibujo de una rayuela sobre la vereda, con un tejo saltando en una pierna tratando de llegar al final donde se esconde la palabra cielo, un ir y devenir de gente las comadres con una bolsa de compras hablando y caminando para llegarse a la feria que se encuentra dos calles abajo.

Un vendedor de ropa blanca al que todos conocían como el turco, es que en la gran inmigración han llegado gente de diferente nacionalidades, españoles, italianos, turcos al idioma lo fueron transformando tratando de hablar un poco en su  lengua un poco el español, así nace el lunfardo, el vesre que invierte las silabas, el cocoliche, el jeringozo,  no solo traen su idioma también sus costumbres sus aromas y sabores.

Se acuerda el hombre que en su casa en un departamento vivía una anciana al que algunas veces le hacía los mandados, ella era de Galicia y le convidaba con unas empanadas gallegas, cuando recuerda los sabores le traen a su mente los aromas los olores, el dulce de rosas de la abuela pétalos de la rosa escarlata aterciopelada ya está oliendo el perfume de la rosa, las escapadas de unas tardes de verano a la hora de la siesta con una bolsa de arpillera en el auto del tío llegarse hasta el Tigre y tomar las  naranjas amargas que crecen en sus calles para hacer dulce.

Todas ellas eran expertas en eso de los dulces cortaban la cáscara y nunca supo como y que procedimiento le sacaban el amargor y producían un dulce de naranjas un manjar para el paladar. Los vientos de la vida fueron golpeando su cuerpo endureciéndolo frente a la adversidad aún así una pequeña lagrima va surcando su mejilla sus ojos rojos y humedecidos las recordaciones de aquellos días se presentan en la quimera de sus sueños.

Cabizbajo y meditabundo va recorriendo las calles que tantas veces pisó, hasta que de pronto aparece ante el su infancia, el colegio su escuela primaria su primer grado el aula al lado de la dirección, la señorita maestra con su infinita paciencia por que en ese entonces era la señorita maestra, no la seño, el colegio con su gran patio descubierto testigo de todas las jornadas épicas de la historia, entoldado en época de florecimiento de glicinas azules y blancas, esas mañanas de izamiento de la bandera en la puerta del colegio los de último año formados en fila de dos frente al pabellón en la calle junto al cordón y las estrofas de una canción, azul un ala del color del cielo azul un ala del color del mar que hacía estremecer el alma.

Recorriendo recuerdos de pronto se le presenta ante él el bar en el cual se encontraba con sus amigos de ese entonces, entra al bar que parece que los años no hubieran pasado se sienta pide un café, ahí están los habitúes de siempre unos veteranos jugando su partida de dominó, más allá la mesa de billar todo está como era en aquel tiempo, las sillas y las mesas gastadas por los años como la esperanza de aquel hombre.

El mozo ya está trayendo el café cuando de pronto todo se esfuma, los parroquianos las mesas las sillas el mostrador, como si un ilusionista con un sombrero y una varita en un acto de magia los haya hecho desaparecer, es que el sol de la mañana lo ha despertado que se filtra a través de la persiana todo fue un sueño una ilusión que pero más que eso fue una……. Quimera de los Sueños………

alejandrobojor@gmail.com


    

martes, 23 de junio de 2015

EL ARBOL DE LA VIDA



En una amena sobremesa con una pareja amiga conversando de las nuevas tecnologías y las diferencias que existían con la de nuestra generación, las discrepancias de opiniones estaban expuestas en donde desde mi punto de vista era tener que asomarse a ella y sopesar las divergencias.

La historia se va construyendo con sucesos que forman un eslabón, uno tras otro se van anillando formando una cadena de sucesos donde transita la vida, alegrías y tristezas crean la historia de cada uno, enfrascados en discutir opiniones sobre la nueva generación de nativos digitales que pareciera que nacen ya implantados en su A.D.N. mientras con el rabo del ojo observo a mi nieto tiene los ojos tristes, él está triste apenas tiene doce años, no se si son pocos o muchos en esta época para la tristeza.

De pronto se sintió observado o es que me estaba observando y dirigiéndose hacia mi me pregunta ¿Abuelo puedo usar la computadora?. Bueno ahí la tienes, ahora está contento juega con unos jueguitos que yo nunca voy a comprender, pero de pronto sus ojitos tristones y compungido dice Abuelo se cortó la Internet y tampoco hay televisión, trato de calmarlo con alguna excusa será problema del cable capaz que vuelve pronto  pasaba el tiempo y la solución no aparecía, ante tal circunstancia una llamada de teléfono a la empresa que me comunica que hay un desperfecto en la zona y los técnicos tratan de repararlo no sabiendo el tiempo que demandará dicha reparación.

En ese momento se me ocurrió una idea le dije al niño, a ti te gusta jugar al tesoro escondido y me acordé del galpón de la terraza, un galpón grande en donde por casi treinta años todo lo que no servía y algunas que si servían iban a parar al galpón, una especie de cambalache donde podías encontrar al lado de una escalera una silla ya desgastada que alguna vez la colocamos para después cambiarle el tapizado, un juego de luces de colores que colocábamos en algún aniversario arrumbadas en algún rincón,  convivían con los juguetes que tenían de niño aquella ambulancia a fricción que le faltaban las ruedas y la fricción, el auto de bomberos colorado que aun tenía la escalera,  la mesa y los banquitos ese para los asados.

En esta vorágine de los tiempos que no nos dieron respiro todo aquello quedó siempre relegado a un segundo plano, y para hacerlo interesante le dije yo tengo un tesoro si tu lo encuentras te daré como premio un juego para la play, y allá fue a buscar el tesoro y la Internet pasó por un momento a ser olvido.

El tiempo iba transcurriendo y el niño aún seguía dentro del galpón tal vez creyó estar en  medio de la isla encantada, tal vez los recuerdos de los juguetes que tuvo en sus manos, la figura del chavo de goma esos de repisa la alegría del garaje de juguete con sus rampas donde deslizaba los autitos hoy sin sus postes indicadores ni sus autitos, o quizás tratando de reparar esos autos de fricción que quedaron arrumbados en esa isla encantada que era en ese día el galpón de la terraza.

El niño llega emocionado la alegría desbordada se le escapa por los poros ojos grandes trae con el un portafolios lleno de polvo y con su manija rota, manifiesta abuelo he encontrado el tesoro yo no tenía conocimiento que se encontrara ahí esa sucia y polvorienta cartera, trato de abrirla y me encuentro con una carpeta con sus respectivas tapas dentro de ella en la primera hoja un título en grande donde decía El Árbol De La Vida, y en las siguientes hojas unos hermosos versos hechos poemas donde habla principalmente de la amistad.

Creo que ni el famoso Champoleón ese que descifró los jeroglíficos egipcios podría descifrar la escritura de estos versos, solamente un padre entiende la letra de su hijo frustrado poeta, el azar el destino la vida lo hizo transitar otros caminos, hoy inmerso frente a una computadora sumergido bajo una pila de papel oficio escrito con letras y números, tal vez un mañana vuelva a las fuentes.

Están golpeando a la puerta NO PUEDO ATENDER ESTOY OCUPADO JUGANDO CON MI NIETO A LA PLAY.



alejandrobojor@gmail .com..........ALEJANDRO CAPLAN                                                 

lunes, 22 de junio de 2015

HISTORIAS DE BUENOS AIRES

  

Anochece en la ciudad hombres grises como la pintura de sus paredes transitan la selva de cemento autómatas salidos de un cuento recorren la ciudad, traje negro camisa y corbata y por si fuera un trofeo un maletín como estandarte, se mira de soslayo como si desconfiaran y siguen raudo su camino. El personaje de esta historia es uno más de los hombres grises que habitualmente caminan por el mismo trayecto, las calles que lo llevan a la entrada del subterráneo y se zambulle en su boca como todos los días tras días, esta es su rutina desde ya hace mucho tiempo hasta llegarse a su casa.

En el libro de los tiempos es él que nos introduce en la vida del hombre que habita la casa desde que nació en ella, una casa señorial en un barrio distinguido lejos del mundanal ruido, una mansión que heredó de su madre que a su vez lo heredó de su abuela, el libro nos cuenta que aquel niño educado en los mejores establecimientos educativos es un ser tímido introvertido tal vez solitario por su misma timidez.

El mismo libro nos cuenta como era su hogar una gran mansión con infinitas habitaciones un gran jardín en el fondo, techo a dos aguas de tejas rojas y con una veleta en la parte superior indicando el gallo de la veleta de donde viene el viento, una mansión centenaria es la que habita un hombre cincuentón solitario si hasta sus pasos retumban en el viejo caserón., luego de una frugal cena se llega hasta la habitación espaciosa que da a la calle y se dispone a escuchar una música suave, y mientras los cubitos de hielo tintinean en su vaso de whisky los recuerdos le van rondando, cuatro amigos jugando a los dados un cubilete una mesa desgastada de un bar, y sobre la mesa de la habitación un florero con flores naturales mezcladas con flores artificiales.

Como si su mente se abriera a los recuerdos ve a su madre colocando flores en ese mismo florero, flores de su jardín donde tenían azaleas jazmines claveles y un rosal de rosas rojas aterciopeladas, cuando en una ocasión cortó una de ellas para llevarle a la que nunca olvidó, hoy es un yuyal descuidado.Duendes traviesos van jugando con los recuerdos un inocente romance juvenil largas caminatas bajo un cálido sol otoñal tomados de la mano, el parque su banco de plaza preferido sus palabras murmullos que ellos entendían, un beso furtivo sus planes para el futuro de dos adolescentes, la mirada de la primer novia que nunca se olvida.

El libro de los tiempos nos dice que cierto día que no precisó él se quedó esperando a la nunca llegó, presuroso se llegó hasta su casa y un cartel que decía se alquila nunca más la vio, de esto que pasó hace tiempo jamás la olvidó. Desde hace algún tiempo él escucha la voz del olvido la estruendosa voz del silencio solitario hombrecillo se dice habrá que cambiar, coloca su mansión en venta para ir a vivir a un departamento moderno de dos ambientes con vista al exterior, ascensor inteligente portero y encargado además más cerca de su trabajo.

El silencio desapareció y el barullo de una casa de departamentos apareció, la música fuerte a horas inapropiadas reunión de consorcio pago de expensas, todo era nuevo para el hasta que se acostumbró, el solitario no se sintió tan solo. Comienzo de la era digital buscó su nombre por todas la redes sociales no encontró su nombre, y se dio por vencido fue cuando una casualidad ocurrió estando en el andén  del subterráneo vio o creyó verla en el andén opuesto, quedó mudo cuando vio que subía a la formación que recién había llegado.

Horas y días hay un hombre sentado en un banco esperando siempre a la misma hora el subte luego se levanta y se va con la esperanza de verla, el día llegó se cruzó de frente era ella su misma mirada sus ojos se agrandaron, y llevaba puesta la cadenita de la media medalla que el le había regalado.Se miraron a los ojos las mismas miradas de los juveniles años, sin  preguntas sin reproches tomados de la mano se fueron caminando en esas largas caminatas hasta llegar al parque, y buscar el banco de plaza el cómplice de sus planes juveniles para  un futuro ahora cómplice de un romance otoñal.




        


sábado, 20 de junio de 2015

LA ROSA NEGRA




Capitulo  I

Era una tarde de invierno fría desapacible la ciudad se encuentra bajo una implacable cortina de lluvia, tarde propicia para la lectura mientras te deleitas con un delicioso café que lo tomas sorbo a sorbo, contemplando la lluvia detrás de un ventanal mientra las gotas golpean sobre el vidrio y se deslizan como lagrimas hasta desaparecer.

Mientras espero paciente una llamada que tarda en llegar voy hojeando revistas y una editorial me llamó la atención, hablaba de una inauguración de un tramo de la costanera allá lejos en el tiempo año 1918  donde se reinauguraba una fuente, que con el tiempo el nombre del artista sobrepasa al nombre de la obra la fuente de Lola Mora, su nombre es Las Nereidas.

Las sociedades con el paso de los años van cambiando costumbres parece ser que aquella sociedad pacata costumbrista conservadora, cuando se inauguró la obra no fue bien vista si bien la escultura es bella púes recrea el nacimiento de Venus de una valva sostenida por dos desnudos, fue expuesta en la plaza de Mayo la mayor controversia eran los desnudos y también con la cercanía de la catedral.

La costanera era en su tiempo un paseo con sus pérgolas luces y la escalinata que daba al río donde la gente se bañaba, convertido en balneario su confiterías y juegos  es precisamente que esa costanera es el escenario de una crónica policial de ese entonces.

El artículo decía escuetamente que se había encontrado en el río un cuerpo de una mujer cerca de la escalinata de la costanera frente a la fuente de Lola Mora los investigadores comenzaron sus investigaciones. Esto sucedía casi a fines del año 1920 la población quedó angustiada por la noticia púes nunca había ocurrido algo semejante.

El suceso causó gran revuelo y se siguió con gran atención la investigación, la posterior publicación decía se ha encontrado en las aguas del Río de la Plata cerca de las escalinatas de la costanera, un cuerpo sin vida de una mujer caucásica de blonda cabellera, y remarcaba que tenía un tatuaje en la espalda de una pequeña rosa negra lo que llamaba la atención por que en aquella época no existían los tatuajes, solamente se los veían a algunos marineros casi siempre extranjeros.

Los investigadores se encontraron en un laberinto solo tenían como prueba el cuerpo y la rosa negra tatuada, las pericias indicaban que la victima no tenía golpes y su muerte se produjo sin signos de violencia ahogada por inmersión, creyeron en principio que se trataría de una persona de origen Europeo pero recién terminado el conflicto bélico de la primera guerra mundial el sistema se estaba organizando y no podían contar con su ayuda.

Los investigadores estaban frente a una pared cuando una llamada fortuita fue el principio para encontrar el camino de salida de ese laberinto. La llamada era de un conserje de un hotel de cinco estrellas situado cerca del barrio de Recoleta le relataba que en una residencia del mismo faltaba el pasajero desde hace un mes sin que diera ninguna explicación, preocupado ante tal situación le solicitaba su presencia para abrir la habitación.

Los pesquisas se hicieron presentes en el domicilio del hotel junto al conserje abrieron la espaciosa suite no se encontraba el morador, todo el mobiliario como los placard y el vestuario se encontraba en perfecto orden como si el pasajero esperaba volver pronto,  pero el hecho de faltar tanto tiempo era para desconfiar.

Comenzaron a abrir los cajones para ver si el extraño pasajero habría dejado una carta la desilusión se apoderó de los presentes nada se encontraba en esos cajones que le dieran una pista, hasta que uno de ellos le preguntó al conserje si el hotel tendría algún documento guardado, el mayordomo luego de pensar un tiempo hizo un gesto de aprobación y los guió hasta una pequeña habitación con cofres de uno de ellos el del número 414 que era la habitación cuestionada.

Extrajo un pasaporte a nombre de Soledad Alpirrez de nacionalidad española pero el mayordomo creyó que por su acento era de otra nacionalidad, nuevamente en el cuarto ya presintiendo que su ausencia no fuera normal encuentran sobre una mesa una pequeña fotografía de una pareja, ella era muy parecida a la mujer encontrada en las escalinatas de la costanera en el reverso solamente una letra P en mayúscula.

Siguiendo la investigación se comunican con la embajada de España preguntando por el nombre de ese pasaporte luego de unos días la embajada le responde que no hay ningún documento que acredite a nombre de Soledad Alpirrez, es así que otra vez los tenaces investigadores quedaron desairados púes ese pasaporte era fraguado quedando como al principio a la entrada de un laberinto.

Uno de los investigadores obsesionado con el tema en cuestión continúa con la búsqueda de alguna pista que lo conduzca a esclarecer el caso es así que nuevamente se dirige al hotel, y comienza a averiguar por medio del conserje si la victima tenía amistades que la visitaran y como al pasar le pregunta si tienen un libro de visitas el mayordomo asiente con un gesto contesta creo que hay uno y se vuelve hasta una puerta de un habitación al final del pasillo, trata de abrirla está cerrada con llave vuelve a la conserjería y entre un manojo de llaves encuentra la misma.

Abre con ella la habitación busca dentro y en un momento sale llevando un libro es el que el pesquisa había solicitado, comienza a leerlo y encuentra que la habitación 414 eran varias las personas que visitaron la morada, mujeres y hombres y entre ellos sobresalía un nombre Pierre entonces se acordó que detrás de la pequeña fotografía tenía escrita una P mayúscula, era el momento de desenrollar el ovillo y comenzar a buscar al tal Pierre tenía el nombre y por supuesto la fotografía.

Capitulo  II

Los sabuesos enfrascados en el caso buscaban un final  y colocaron sobre una mesa fotografías diversas de personas extraviadas, individuos de prontuario que todavía no la habían localizado horas y horas estuvieron sobre las fotografías sin lograr su propósito otra vez estaban en foja cero, estuvieron averiguando y nadie conocía al tal Pierre ¿Pensaron será ese su verdadero nombre o tal vez uno inventado? Otra vez se interpuso el laberinto no pudieron encontrar la salida no teniendo otra alternativa dieron por el momento cerrado el asunto hasta que se pueda hallar otra pista.

Ese caso no esclarecido pasó a ser uno más dentro de una caja y una faja con un rótulo caso sin esclarecer Mujer de la Costanera, durmiendo su sueño eterno hasta que un día alguien lo despierte .Abocándose los investigadores con otras pesquisas propias de sus tareas.

Apenas pasaron casi tres meses de este caso cuando se presentan en la jefatura unas personas para averiguar el paradero de una mujer, las atiende el teniente Riera y les hace las preguntas de rigor nombre de la mujer una de ellas dice que el nombre de la dama es Michelle por el acento de las personas el teniente pregunta de donde son respondiendo las mismas de Francia al igual a la persona que buscamos, ella llegó hace varios meses teníamos contacto pero hace más de tres meses no sabemos nada de ella.

El teniente les acerca la fotografía que habían encontrado y pregunta conocen ustedes a la pareja de la foto uno de ellos comenta asombrado ¡son ellos¡ Quienes pregunta el policía, ella es Michelle y el es Jean Paul eran novios hasta que la guerra los separó por un tiempo se recibía cartas de él hasta que ellas desaparecieran por completo, la última que recibió Michelle era del ejército donde le anunciaban que Jean Paul había desaparecido en acción. Ella entró en una gran depresión quería apartarse de todo su entorno la persona que hablaba era una pariente su español se le podía entender con difilcutad, continuó hablando y dijo que después de un año se presento un notario que buscaba a Michelle para comunicarle que heredaba de un pariente casa y terrenos en la campiña Francesa incluido un viñedo y una abultada cuenta bancaria de pronto se encontró con una fortuna y decidió viajar, y la última comunicación fue desde aquí es por ese motivo que nos llegamos para averiguar su paradero.

Muy gentilmente el teniente Riera les dijo que en el momento que tuvieran algún indicio se lo comunicarían ex profeso no les contó en ese momento que el cadáver que habían encontrado era de ella la desconfianza se apoderó del investigador su primer impulso fue llegarse al hotel que la occisa habitaba y pidió abrir el cofre donde guardaba su dinero alhajas y documentación importante su presentimiento fue en aumento en cuanto en el cofre no encontró dinero extraño siendo una mujer adinerada.

Capitulo……III

Averiguando en todas las entidades bancarias por alguna cuenta bancaria con el nombre falso que había adquirido Soledad Alpirrez pasaron los días y no había ninguna llamada hasta que desde una entidad bancaria admitieron que hasta hace algunos meses había una cuenta bancaria bastante abultada de cinco ceros pero la dueña sacó todo el dinero y cerró la cuenta hace varios meses los investigadores no tenían al victimario estaban convencidos que era un homicidio y tenían el móvil el dinero de la victima

Comenzaron a investigar al entorno de la victima sus hábitos sus costumbres para si a través de ellos conocer al o la asesina. Michelle era como un hábito sentarse por las mañanas en una confitería de la calle Alvear  casi toda la mañana se sentaba en una confitería de la calle Alvear donde asistían personajes de alto poder adquisitivo que la saludaban con un movimiento del ala del sombrero ella era una habitúe de la confitería.

De su entorno averiguaron quien era Pierre este decía ser un artista plástico e iba a hacerle un retrato, vivía en un altillo que también era a la vez su atelier nunca había vendido ningún cuadro era un fiasco lo único que los unía el idioma, era un sospechoso

Desde el libro de visitas se encontraba Lorraine mujer de la vida que no se sabe como encontró en Michelle su amistad, en tren de averiguaciones se encontró que la tal Lorraine estaba en pareja con un guapo y cuchillero de aquellos arrabales de esos años. A los investigadores se le abrieron un abanico de posibilidades pero una a una se fueron desvaneciendo cada uno presentaron su cortada y el laberinto les cerró la puerta de salida y continuar caminado el laberinto.

Uno de ellos viaja a Francia para encontrarse con el notario que fue quien avisó a Michelle de quien heredaba y este lo confirmó, se le preguntó quien era el emisario que trajo la noticia él mucho no se acordaba se le preguntó que aspecto tenía, era alto cabello negro y lo que me pareció extraño tenía en el brazo derecho un pequeño tatuaje de una rosa negra. Nunca sabremos como el hombre del tatuaje consiguió tanto dinero dicen que en el fragor de una batalla se encontró una fortuna en barras de oro se cambió el nombre y como si fuera un acto de magia desapareció y las telarañas del tiempo lo transformaron en olvido.

El caso del homicidio de Michelle quedó guardado en una caja hoy cubierta de polvo sin poder resolverse, y al igual que el hombre del tatuaje de la rosa negra las telarañas del tiempo la transformen en olvido………..


alejandrobojor@gmail.com    


viernes, 19 de junio de 2015

COLOREANDO UN AYER





En un verano caluroso la noche presagiaba tormenta, ese mismo calor y la humedad no me permitieron dormir, dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño una especie de electricidad me recorrió el cuerpo, fue entonces que me levanté sudoroso y transpirado buscando una bocanada de aire fresco que me pueda reanimar, me llegué hasta el pequeño balcón del piso alto todavía aturdido alcancé a sentarme en una silla una suave brisa envolvía la noche.

El silencio de la noche traía sonidos lejanos, el silbato de la partida de un tren el tañido de la campana de la iglesia, poniendo mucha atención solo escuché una campanada era la una de la mañana, y ahí estaba yo y mi alma dialogando con la flores y plantas,  pareciera que ellas hablan de noche como esas fábulas de Esopo donde hablan los animales distingo entre todas a la humilde rosa china la elogio y ella hace una reverencia agradeciendo.

Frente a mi una frondosa arboleda donde la brisa juguetea con su follaje de hojas verdes y esplendorosa con un  ritmo cadencioso y ondulante, las luces de la calle amortiguadas por el ir y devenir del ramallaje a veces se dejan ver y otras desaparecen, es entonces que los sonidos del silencio hacen aparecer los duendes de los recuerdos pantallazo o viñetas de un Buenos Aires que ya fue.

Me retrotrae en el tiempo cuando la radio se escuchaba casi a toda hora era la compañía de mi madre, por las mañanas la música era su compañera a la media tarde algún lagrimón de su novela preferida, por las noches esperando a mi padre del trabajo nos entretenía a los dos diablillos con preferencia con programación de entretenimientos o música.

Esa sería una viñeta recuadrada con líneas negras, una mesa un mantel una panera cuatro platos para cuatro comensales, cenando en familia entre risas y conversaciones.
Que recuerdos trae consigo el silencioso sonido de la noche, las neuronas se han confabulado para traerme de un pasado un retrato del antiguo Buenos Aires.

Sentado en mi fabulosa atalaya y entre la suave caricia de la brisa que me envolvía y el cimbreante movimiento ondulante de las ramas y el follaje me han hipnotizado, mi mente y los recuerdos me llevan a otro tiempo siempre relacionado con la radio y su música.

Ya por entonces los duendes de las evocaciones me retrotraen y me encuentro ya más grande envuelto en un tiempo, y en una terraza bailando junto con amistades entrando a la edad de pubertad se juntaban amigos y amigas y organizaban un baile, las chicas se encargaban de las viandas y los muchachos de las bebidas siempre sin alcohol, era la época de música suave y lenta propicia para entablar conversación durante el baile.

Junto a un amigo estoy caminando por esa calle Corrientes alguien en su tiempo dijo la calle que nunca duerme, buscando en alguna disquerías que abundaban en ese tiempo un disco de moda, la ensoñación me lleva por las veredas que transité por tanto tiempo se me viene a la memoria los dos cines que ya no están, la pizzería de la esquina de Gurruchaga van cayendo como piezas de dominó el café y bar al cuál no podíamos entrar, todo se va amontonando llegamos a cruzar la avenida Juan B.Justo el arroyo Maldonado ya entubado y así caminando llegamos después de cruzar la barreras del tren hasta la plaza.

Por fin en una de ellas pudimos conseguir el disco que estábamos buscando todo un trofeo de aquellos tiempos, hasta hoy me acuerdo el nombre Serenata a la luz de la luna interpretada por la orquesta de Glenn Miller, todas las disquerías tenían en el local un cubículo vidriado con una mesa y un tocadiscos entonces el vendedor invitaba al comprador para poder escucharlo, y comprobar que no tenga imperfecciones o estuviera rayado comprobado que no tenga fallas los colocaba en un álbum.

Tanto mis amigos como yo cumplimos la mayoría de edad eran tiempos del café y bar que teníamos vedado, atrás de un café o algún vermouth era nuestro sitio de reunión billares dominó, en una mesa un habitué con su infaltable vaso de vino que toma para olvidar por que toma,  aquél que la vida lo rebotó en otra el que escribe poemas los que hacen negocios sobre sus mesas y ahí estábamos nosotros haciendo planes para el futuro.

Había en ese bar un hombre que queríamos conocer, el individuo de casi setenta años bastante cabello canoso que se dejaba con una colita que la sujetaba con una gomita, lo invitamos a la mesa su ropaje pulcro pero viejo su saco un poco deshilachado su camisa haciendo juego, quien juzga por su ropaje diría es un hombre pobre ¿tal vez? el era un hombre rico en instrucción y filosofo por vocación.

En una de esa reuniones dijo como sentencia, ustedes muchachos son muy jóvenes por  su propia juventud son ansiosos y los días que lleva un año le parecen dos, pero al pasar los años pareciera que el tiempo se acortara, una década le parecerá un año, un año un mes, un mes un día y un día una hora, una hora un soplo en la inmensidad del tiempo.
Esos años que concurrí al bar fue como una enseñanza por fuera de toda tu instrucción en esos años aprendí cosas que nadie enseña.

Se va terminando mi noche, esta noche que el silencio me trajo recuerdos, el movimiento ondulante del follaje se hace más intenso se va acercando la tormenta, y los duendes de los recuerdos se han retirado……… Estimados lectores los tengo que dejar.


alejandrobojor@gamail.com...........ALEJANDRO CAPLAN        

  


jueves, 18 de junio de 2015

LA DANZA DE LAS NEURONAS






Pensando en como comenzar, este delirante e improvisado aprendiz escritor de cuentos tiene una teoría del funcionamiento de las mismas, que luego la voy a ir desarrollando.
Es sabido que las neuronas son células nerviosas, la ciencia medica así las clasifica, en cuanto a su funcionamiento, resumiendo, es el siguiente, las células tienen unas prolongaciones que se conectan entre si, teniendo una envoltura llamada mielina que hace de nexo para que ello se produzca, con el paso del tiempo esa envoltura se va perdiendo, es entonces cuando falla la memoria, eso es lo que a grandes rasgos lo que dice la ciencia.

Es ahora el tiempo de desarrollar mi meticulosa y estudiada teoría completamente muy diferente,  este trastornado cuentista cree ver tras una espesura del tiempo, como en un sueño y si lo envolviera una espesa nube, traslucir a través de ella, divisar el lugar de mis juegos de niño, veo un chiquilín que corría atrás de una pelota, cuando en el ambiente en los días de verano, se olían el perfume de la flor de azahar , la fragancia de la dama de noche, un patio entoldado de glicinas blancas y azules,  sensaciones de alegría y de tristeza, miedos y esperanzas. Todo eso se fue cargando a las pobres y añosas neuronas en sus mochilas , aun con el tiempo siguen trabajando mas pesadas mas lentas, algunas veces se equivocan dando respuestas erróneas, que después de un tiempo las encuentran,

                                               
Tiempos atrás se decía no científicamente, pero era voz popular que dentro del cerebro en la psiquis del individuo, había una línea muy delgada que dividía el genio de la locura, hubo en su tiempo un gran pintor que dijo alguna vez si yo no fuera un genio sería un loco, con el correr de los años parece ser que con la tecnología  actual se ha llegado en parte a confirmar esos dichos, el que escribe no va a entrar a confirmar o desmentir esas hipótesis, pero me voy a quedar con mi teoría simplista para que al fin puedan bailar tranquilas y poder realizar su danza .

 LA DANZA DE LAS NEURONAS


alejandrobojor@gmail.com.............ALEJANDRO CAPLAN.




miércoles, 17 de junio de 2015

BAILANDO UN TANGO




Como expresar con palabras un sentimiento, quien pueda explicarlo, lo hace bailando, eso es el tango, dejemos para historiadores su origen, una mezcla de melodías de emigrantes europeos, música y ritmo de  descendientes afro americanos, baile de nativos rioplatenses, esa es otra parte, para el que escribe parecería ser un sentimiento dolorido que se baila.

Nacido en los arrabales de Río de la Plata, su lánguida melodía parece hechizar a los bailarines, entrelazados en un abrazo, se puede escuchar el cuerpo del otro, mientras improvisan movimientos, cortes, quebradas, diferentes  para cada uno de ellos, siempre abrazados juntos, seducidos por el encanto de la melodía.

El abrazo de la pareja expresa, la sensualidad de la cadencia de la música, sigue la danza su hechizo, eclipsados continúan con sus giros, existen mientras dura la canción, y mueren en los postreros compases, mágica visión de quien lo vive con intensidad.

Se oyen rumores de orquesta, primero un solo de violines, que siempre agrada al oído, pues tiene susurros de manantiales, luego se agregan el piano, contrabajo y por supuesto los roncos bandoneones, cuyo sonido parece un lamento, un quejido, todo ensamblado da el sonido de una orquesta de tango.

En la pista hay dos bailarines ella y él, comienzan a bailar ese ritmo lento y cadencioso, de pronto pareciera que la pista de baile fuera una hoguera, una lengua de fuego va subiendo y envolviendo a los bailarines, la sangre caliente bulle en sus cuerpos, los corazones se aceleran, comienzan a palpitar con más intensidad, como el galope de tropilla, al estar abrazados se sienten al unísono, es cuando la magia de la música los atrae, como hipnotizados, y los transporta hacia otra dimensión, eclipsados ambos, solo se ven ellos, no están solos, el genio de la música como un titeretero los hace danzar, con corte quebrada y filigranas.

Ese es el tango, pasional, triste, melancólico, alguien con mucho criterio dijo que el tango es un sentimiento que se baila.

De pronto me veo como en un espejo, una plaza de toros, un torero con su traje de luces, da una última estocada de muerte al toro, vencido y agonizante el toro se echa, el torero levanta la mano, para que sus segundos dejen morir tranquila a la bestia, mientras los acordes de la melodía del tango se va lentamente extinguiendo como la vida del toro, en el mismo tiempo que el toro muere, muere el tango con el último compás.

El que escribe siempre ha bailado el tango y lo sigo bailando, hay en mi cabeza cabellos blancos, ahora bailo no con la pasión de los años mozos, pero como dice el tango.
Me iré bailando mientras las tabas me den con que


alejandrobojor@gmail.com............ALEJANDRO CAPLAN


lunes, 15 de junio de 2015

BURBUJAS




Era un verano caluroso bochornoso, la persona buscando un poco de alivio se aproxima al balcón en esa noche, donde una ligera brisa mitigaba en parte la caléndula de aquel día, arropado por las sombras de la noche no se percibe ningún sonido. 

Observa a su alrededor ahí habitan sus flores sus plantas las que riega casi todos los días,  lo espera una reposera y una vieja mesa, frente a si el ramallaje de los imponentes árboles con su espesa arboleda donde sus hojas se contornean al ritmo de la brisa, una luz mortecina alumbra la escena y como si fuera la luz de un fósforo aparece y desaparece como la función de un mago ilusionista.

Lentamente sus ojos se van entrecerrando y como si fuera el final de una obra ellos se cierran, los fantasmas de la noche se hacen presentes nuestro personaje pareciera que sonríe, en su sueño emergen mariposas de colores fulgurantes cada una de ellas llevan en sus alas luces como las luciérnagas que lo van guiando por los sinuosos caminos de la vida.

Los sueños a veces es el subconsciente que aflora, pareciera que en su ilusiones sus incoherentes palabras fueran verdades, se abre en su mente el arcón de los recuerdos como si fueran burbujas. En aquel viejo circo detrás de un telón surge un payaso sobre una rueda con pedales, y recorre toda la pista con un aro enjabonado de trecho en trecho sopla el mismo ante los azorados ojos de los niños, y va llenando de pompas de jabón multicolores hipnotizando a los pequeños que los siguen hasta que desaparecen.

Los recuerdos van llenando las pompas de jabón como en un torbellino precipitado se encasillan en ellas, algunas se agrandan otras  al poco tiempo desaparecen como en la vida misma.pompas de jabón tornasoladas se llenan con sucesos agradables es por eso que el individuo está sonriendo al despertar, púes se encuentra sonando en sus oídos unas rimas de unos versos.

¿Qué es la vida? Un frenesí
¿Qué es la vida? Una ilusión
Una sombra, una ficción
y el mayor bien es pequeño
que toda la vida es un sueño
y los Sueños, Sueños son.



alejandrobojor@gmail.com..... ALEJANDRO CAPLAN  

viernes, 12 de junio de 2015

EL HOMBRE DEL BASTON




De tramite en tramite, con el tiempo aguijoneando, en la vorágine y la prisa, tratando que el reloj no marche con la presteza que se requiere, y es cuando todas las personas que caminan a mi alrededor, parecen autómatas, máquinas vivientes en la gran ciudad.

Entre el calor y el gentío, necesito un pequeño descanso, para poder poner un poco de tranquilidad a mi mente, veo un bar, el que sería mi refugio por el momento, ya dentro de él, una mesa, una silla, un mozo, un café que lo tomo de sorbo a sorbo, mientras miro por el ventanal la calle, la misma sigue igual de gente, todos apurados, como si la vida se terminara en ese instante.

Detrás del ventanal, como salido de una época pasada, entre toda la gente, observo al hombre del bastón, escaso cabello canoso, cara surcada por arrugas, su vestimenta pulcra, saco y pantalón al tono, se distinguía por su andar lento y cansino, su espalda algo encorvada, como si el tiempo y los almanaques le pesaran, traía consigo un bastón marrón con empuñadura plateada, y en su mano y entre los dedos una flor.

Una rosa carmín, con sus pétalos aterciopelados, que misterio poseía ese misterioso anciano del bastón plateado, en que recuerdos está sumergido, que su mirada se veía perdida, empañada tal vez por una lágrima fugaz, para quien será esa hermosa flor nunca lo sabremos pero lo presentimos.

Toda la vida pasa detrás del ventanal, el mendigo, el ostentoso, el hombre común, por que tanta prisa, el descanso me hizo bien, trato de relajarme y mi pensamiento va más allá, y reflexiono que es la vida, nuestra vida, un soplo en la inmensidad del tiempo.

El anciano y yo hemos transitado casi los mismos caminos, puede ser que en algún recodo del camino nos hemos encontrado sin conocernos, vimos auroras de fulgurante brillo, y puestas de sol que nos deslumbraron, y siguiendo una estrella, tomamos distintos destinos, asoman los recuerdos para luego alejarse de mi mente.

De esos recuerdos uno quedó grabado en mi memoria, un pueblo, una comunidad que quedó entre dos mundos, el que fue, y el progreso, pequeño el pueblo, con sus casas antiguas, revoque de ladrillos, habitantes de ese mundo, algunos por convicción, por eso de la rutina sin prisa, el de la siesta pueblerina, con pocos automóviles y muchos sulky otros por no poder perderse entre otra gente,  con sus hermosos paseos con hileras de cipreses, pinos, y hasta un sauce llorón, junto al lago de aguas cristalinas.

Han perdido el confort que el progreso les fue concediendo, no les importó, ganó más su tranquilidad, no conocen el estrés, no conocen el smog, no creo que estuvieran equivocados en sus decisiones, ese fue el camino que mi estrella me llevó.

El tiempo ha desmejorado, una pequeña, pero implacable llovizna comienza a caer, la gente detrás del ventanal se va dispersando, algunos paraguas han surgido, y entre la poca gente, encuentro frente a mi vista, al hombre del bastón, más erguido, más firme del brazo de una dama, casi de la edad del hombre, ella traía la flor, la rosa carmín de pétalos aterciopelados, su mirada era como la mirada de la primer novia, que jamás se olvida arrobada mirando a su galán.

La vida es como la rosa brillante, sus pétalos son etapas de la vida, que poco a poco van cayendo, hasta llegar al corazón de la misma, es como si fuera el alma, que se va encarnando en otra rosa de pétalos aterciopelados, así es la vida, no todo parece ser, todo lo que parece.

Sin darme cuenta la tarde da lugar al anochecer, salgo del bar para dirigirme a mi casa aún me persiguen los recuerdos, me protejo de la lluvia que era en ese momento intensa eludiendo y saltando charcos de agua, consigo por fin al abrigo de mi hogar, en donde ya más tranquilo, veo a través de la ventana un concierto de paraguas dando un colorido muy singular, como una alfombra de varios colores, es cuando me siento frente a la computadora para comenzar un cuento, como este.

EL HOMBRE DEL BASTON


alejandrobojor@gmail.com.............ALEJANDRO CAPLAN


miércoles, 10 de junio de 2015

SENSACIONES


En un día de un otoño en el cual el frío se hacia sentir, una tarde donde el sol entibiaba lentamente las calles, el hombre decide salir a caminar sin rumbo fijo, tratando que el calor de ese sol lo bañara con sus rayos de la última hora. Se para frente al espejo mira su abrigo y considera que era el adecuado e imaginando que algo le faltaba a su atuendo, se coloca un gorro de lana, se mira por última vez al espejo cierra la puerta, reflexionando que ya hacía tiempo que no lo intentaba, por una u otra cuestión lo había postergado.

Hoy se decidió, una sensación de tristeza agotamiento, pero lo real es un decaimiento, el hombre se repone y continúa su camino  encuentra en ella un gentío, era la hora de mayor tránsito, hombres y mujeres que miran sin ver, apurados, algunos con su celular en las manos o en sus oídos, él camina despacio, lleva en su espalda la pesada mochila de los años, camina entre ellos, acompañado con su amiga la soledad, solo entre tanta gente. 

De pronto oye atrás suyo alguien que le dice como estas, se dio vuelta para ver quien lo llamaba pero no, un hombre que hablaba por el celular muy fuerte, habla tan alto que no necesita teléfono, ya cansado en su peregrinaje, observa en la vereda opuesta una cafetería, se sienta en una mesa, el mozo que lo atiende le pregunta que va a tomar, le responde un café bien calentito.

Esperando el pedido va observando a los parroquianos de las distintas mesas, sin mucho en que pensar, se le ocurre prestar atención en la mirada, alguien dijo que los ojos y las miradas son las ventanas del alma, las hay inquisidoras, de asombro, algunas miran al infinito, esas son las pensativas, el mozo trae el pedido, va tomando sorbo a sorbo su café, el aroma y el mismo le sabe a néctar.

De pronto se encuentra parada ante él una pareja, su vestimenta parecía no el adecuado para ese momento, en la cual la temperatura era muy baja, y un poco tratando de hablar el idioma no lo puede entender, eran turistas que se le acercaron, un poco porque estaba sentado solo y otro poco por el cabello blanco de su cabeza. 

Tal vez pensando que el anciano con más calle que sabiduría podría solucionar su problema, un poco gesticulando con ademanes y un librito que traducía se pudieron entender, visto desde otro ángulo, era lo más parecido a una de esas películas italianas, que en otros tiempos lejanos había visto en el cine.

Como en el barrio había muchos negocios, pululaban los turistas y por fin se entendieron, lo que buscaban esa pareja era una calle de ese barrio, que le habían recomendado, donde se vendían ropa de cuero, el amigo con más calle que sabiduría nacido y siempre viviendo en el mismo barrio, era conocedor de los muchos locales y les indicó, donde se encontraba la secreta y misteriosa callecita de Buenos Aires  que los turistas agradecieron. 

Esas sensaciones de tristeza decaimiento poco a poco se fueron, y comenzó a ver pasar la vida, con  otros ojos y más aún más cuando vio pasar a un amigo a través del vidrio del bar, presuroso corrió hasta la calle hasta poder alcanzarlo, era en los tiempos de su juventud, uno de los amigos inseparables, por que el destino así lo quiso, los caminos se fueron alejando y separando,

Ahora el destino quiso que un recodo de ese camino se encontraran por pura casualidad, lo llamó por su nombre, el otro se alegró y juntos regresaron al bar, por un rato imaginemos las sensaciones que habrían sentido esos amigos de encontrarse nuevamente, se sentaron en la mesa junto a la ventana que da a la calle, vieron pasar gente y más gente, pero ellos se miraron y se vieron recordando aquellos días de su juventud.

Los dos quisieron saber que era de sus vidas, el hombre de nuestro relato comienza diciendo que su vida era normal, felizmente casado con hijo nietos, la rueda de la vida, y por el momento jubilado, le pregunta al amigo que me puedes contar de la tuya, este con una amplia sonrisa, dice lo mío fue como un cuento, esos que cuentan los abuelos en esas tardes de lluvia. 

Comienza su relato, diciendo que una tarde como cualquier otra, estaba trabajando en su oficina, cuando el director lo llama a su dependencia, le pareció raro pensé que algo pasaba, me hace pasar, estaba acompañado por dos personas bien trajeadas, y me dice estos señores lo están buscando, una sensación extraña corrió de la cabeza a los pies, uno de ellos me pregunta mi nombre y apellido, el de mi padre y mi madre que ya hacía unos años que se fueron al cielo, me pregunta si tengo documento que lo acredite, se lo enseño y mirando al otro individuo le dice es él, por fin lo encontramos.

Señor nosotros representamos a la firma de abogados Family Estudios Imperflet y en este momento confirmamos, que usted es el legítimo heredero y me nombró el apellido ese apellido ya lo había oído nombrar varias veces al abuelo, pero yo no lo conocía y tenía que ir Nueva York, a la oficina central para firmar los papeles correspondientes, lo primero que pensé que era una broma de los compañeros de oficina, pero después pensé ellos no sabían el apellido, en ese momento dicen que me puse pálido y solo atiné a pedir un vaso de agua.

El amigo continua diciendo, esos abogados dijeron que buscaron por todo el mundo y como no tenía descendientes por línea sanguínea, yo era el único heredero de una gran fortuna, proveniente de minas de diamantes en el África y otras muchas propiedades desparramadas por casi todo el mundo


Asombrado por tal situación acostumbrado a lo cotidiano me adapté, y comencé a realizar lo que siempre me agradó que fue viajar, y muestra de un celular de última generación las múltiples fotografías que había sacado durante su viaje alrededor del mundo Nueva York con sus altos edificios, la tranquilidad de la hermosura de la naturaleza de un amanecer en Ibiza, caminar en un frondoso parque en Boulogne Francia.


De pronto entran dos personas con unos uniformes de enfermeros, lo levantan casi en vilo al compañero y lo llevan, en ese momento alcanza a decir son unos amigos, nuestro amigo mira a través del ventanal, y ahí estaba estacionada una ambulancia en donde introdujeron a mi acompañante, sobre la mesa queda el celular, lo toma, llama al mozo y le paga la consumición. 

Preocupado por tal situación se dirige a su casa pensando lo que había ocurrido, una rara y amarga sensación le recorrió el cuerpo. En su casa más sereno analiza la situación, realmente ocurrió todo lo que dijo o simplemente era un demente, ¿ Se lo habrán llevado por la fuerza?, en el celular estaban las fotografías, unos paisajes hermosos de casi todo el mundo, inclusive muchas de ellas con mi amigo saludando, me habría dicho que eran unos amigos, para no comprometerme, todavía no lo puedo comprender.

Estoy convencido que algún día recorriendo nuestros caminos, en alguna esquina nos vamos a encontrar para hablar de nuestra juventud, sentados tranquilamente en una mesa de café, y tomarlo calentito, sorbo a sorbo.


alejandrobojor@gmail.com.............ALEJANDRO CAPLAN