concierto de Aranjuez

domingo, 12 de noviembre de 2017

TULIPOMANÍA



Siempre he creído que detrás de una fotografía hay una historia, casi siempre festiva un cumpleaños una boda o simplemente atesorarla el que escribe cree saber también que una palabra trae consigo algunas  historias que de no ser verdaderas parecen de ficción, y en ciertas oportunidades hasta se confunden esta palabra TULIPOMANÍA es una de ellas he aquí la historia.


La historia comienza en 1593 donde un botánico trae para el reciente jardín botánico de un país una exótica flor de su viaje de Turquía, el tulipán que es originaria de Asia central que quiere decir turbante lo usaban como signo de distinción los sultanes, el Emperador lo cultivaba es que en ese momento era desconocida, la clase pudiente visitaba el jardín, al pueblo no le gustaba no tenía perfume y no era medicinal y además solo florecía dos semanas al año.

Un cierto día roban del jardín del emperador bulbos de esa extraña flor que luego se esparce por todo el Imperio, corría el almanaque hasta el año 1620 que comienza hacerse negocios con los tulipanes que se extendió hasta el año 1637, primero comenzó a gestarse la primera especulación que se conoce en el mundo, por 17 años se gastaron fortunas por unos bulbos y flores producto de esa especulación.


Botánicos y expertos en jardinería hacían injertos para producir una flor de distintos colores así elevaban el precio, fue tal la locura que hasta el pueblo gastaba sus pequeños ahorros en pos de una oportunidad, ya a esa altura del tiempo era una locura generalizada para ese entonces entra en la bolsa de valores allá en el tiempo 1635 o 36 se desata una peste que diezma al pueblo por lo tanto sube el valor.

La última transacción se realizó a principios de 1637 que por un lote se pagó una suma sideral, al otro día estalló la burbuja se perdieron fortunas haciendas casas todo de desvaneció, lo que se supo después de mucho tiempo que la causa de los distintos colores o líneas en la flor era un vulgar pulgón.

Que hizo el pueblo para recuperarse comenzó a plantar más tulipanes y comenzó a exportarlos y es que hasta el día de hoy es el mayor exportador de tulipanes al mundo.

El que escribe está convencido que atrás de una fotografía o atrás de una palabra existe una historia…….



lunes, 30 de octubre de 2017

POSTALES URBANAS

POSTALES URBANAS

Se escucha una voz como un quejido en el momento que una lámpara se quemó, en un rincón del bar quedó a oscuras fue ahí de donde se oyó la voz como un lamento y en la penumbra se distinguió una persona sentada a una mesa descolorida por el paso del tiempo, sobre la misma un vaso a medio llenar una botella de licor, la silla como el personaje todo un retrato parecían salidos de una acuarela que colgaba de la pared del viejo bar.


El hombre y su triste lamento su cabellera revuelta y empapado en alcohol hablaba de su triste pasado, de una blonda mujer que fue su amor y un día lo abandonó nunca más la volvió a ver cuentan en el barrio que se fue buscando una estrella, luego se levanto y se marchó quizás también él vaya buscando la suya.

La ciudad es un compendio de postales urbanas un domingo soleado una pareja  caminando en una plaza, hablándose al oído casi como un murmullo como hablan los enamorados serpenteando el camino sobre un colchón de hojas de color ocre, en el ocaso de la estación otoñal bajo una hilera de imponentes árboles de eucaliptos

Detrás de un ventanal un hombre ve pasar la vida van pasando ante él la muchedumbre como autómatas caminado como mirando sin ver, con un aparatito que cabe en una mano o apretado sobre el oído tratando de ganar tiempo al tiempo, ilusos tal vez lo consigan cuando el día se alargue de 24 horas a 26 horas el mientras tanto no pasa de ser una ilusión óptica.


En una de esas tardes grises entoldado de negras nubes se ha largado a llover hay tres chiquillos jugando con el agua, han armado barquitos de papel lo han puesto cerca del cordón de la vereda en la corriente que pasa para jugar una carrera, y ahí van los barquitos esperando que lleguen a destino y en sus caritas se dibuja la felicidad

En una esquina cualquiera hay un galán esperando a la que nunca llegó, estoy caminando sin rumbo desconocidos que pasan sin verme atrás quedó mi infancia el tranvía el barrilete estoy buscando algo que se me ha perdido, no lo encuentro es el tiempo que ya se fue……




domingo, 3 de septiembre de 2017

EL BARRIO DE LAS LATAS




Que extraños caminos tiene la vida que trata inultemente de borrar el sueño de mis sueños, ese que un día allá en el tiempo solía soñar de niño en el barrio de las latas, no era precisamente el nombre original de ese barrio de inmigrantes una gran torre de babel donde se escuchaba un sinfín de idiomas, menos el español como si fuera la legión extranjera.


Se me hace que aunque el paso del tiempo quiera suprimir los recuerdos estos aparecen lentos pero aparecen, es que las neuronas trabajan más despacio ellas están cargadas de vivencias y recuerdos, ha pasado casi un siglo me sigo viendo frente al espejo un poco más viejo y me veo solamente que el cabello se ha hecho blanco por lo demás todo igual.

Esto viene a cuento por que hoy he tenido un encuentro de tercer tipo me he encontrado con un amigo de la infancia el Chino no era difícil no conocerlo tenía y tiene los ojos achinados culpa del fuerte viento sureño ese que trae polvo y recuerdos llegó al barrio pero nos hicimos amigos compartíamos los mismos juegos el balero el yo-yo las bolitas juegos de ese entonces casi un siglo ha pasado parece que fuera ayer.


Hoy los tiempos han cambiado quizás los adolescentes no lo entiendan sus juegos se han transformados la tecnología lo ha superado son otros sus juegos, junto al Chino vimos un bar y nos sentamos en una mesa cerca de una ventana y saborear un rico café.

La tarde comenzó a nublarse de pronto negros nubarrones cubrieron el cielo los rayos comenzaron a iluminar la escena al ruido de los truenos le sigue una copiosa lluvia las gotas del aguacero van mojando el ventanal, como lágrimas se van deslizando hasta desaparecer.

Mientras la lluvia allá afuera continuaba el Chino comenzó a hablar y la conversación giró en torno de lo que fue nuestras vidas si habrá pasado aguas corriendo, atravesando años los recuerdos de aquellos remembranzas de un tiempo que se fue haciendo pasado


Poco a poco nos fuimos acercando hasta el presente afuera continuaba la lluvia la ciudad parece entoldarse con cientos de paraguas multicolores como un arco iris, donde frenéticos transeúntes continuaban su marcha y como pegados a su oreja los celulares vestidos de cordura todos iguales si parece una locura.

Si hasta el chino vestía igual un traje corbata camisa blanca y zapatos charolados aunque el sol se haya escondido anteojos negros, de todos estos años nunca le pregunté el nombre solo su apodo él era el Chino ese  era el momento y le pregunté como se llamaba pero él que estaba frente a mi como un truco de magia había desaparecido, lo mismo que el bar las mesas la gente la lluvia todo desapareció frente a mi.

El sol de la mañana se filtra entre las hendijas de la vieja persiana todo fue un sueño de un eterno soñador…..





viernes, 28 de julio de 2017

EL EDÉN


Capitulo I

En medio de la campiña en algún lugar de Francia, entre los inmensos viñedos esperando sus frutos para ser recogidos se encuentra una gran mansión señorial al que le antecede un hermoso parque rodeado de frondosos árboles y flores, en su entrada un cartel que indica el nombre de la residencia el Edén, el dueño de la hacienda un millonario que pocas veces se llega a la vivienda


En la misma habitan la misma un administrador el ama de llaves y la servidumbre compuesta por un mayordomo y dos mucamas. El dueño un excéntrico personaje de carácter huraño viajero del mundo de florida verba amante de la velocidad, siempre se desplaza en una Ferrari roja su historia se remonta a casi treinta años atrás cuando ocupa la casona con su flamante esposa.

De esa unión nacen dos hijos Antoine y Benoit su prematura viudez lo hizo distante de sus hijos que fueron criados por institutrices, los años se suceden ya mayores el mayor tendría unos veinte y cuatro años y el menor como dos años de diferencia se fueron a vivir a París, cada uno siguiendo su vida en los dos departamentos que ocupan uno de ellos el mayor bohemio y jugador empedernido en tanto el otro emprendedor.

Debido a esta situación una o dos veces al año se encuentran con el padre para que les alivie las condiciones, sus vidas transcurren sin contratiempos hasta que un día reciben una noticia enviada por el mayordomo de la casa que los moviliza a trasladarse a la residencia, en la cual le indicaba muy escuetamente que el padre había tenido un accidente automovilístico.


Llegando a la casa se enteran de la infausta noticia de la muerte de sus padre en el accidente, comienzan un duelo hasta su sepultura en el predio junto a la tumba de su esposa, luego de una consulta con su abogado deciden cobrar el seguro púes el legista que también era el mismo que tenía su progenitor se lo había comunicado.

La aseguradora instruye a un representante para verificar la denuncia que ya previamente se había hecho en la policía, llegado al lugar del accidente constata el accidente y comienza su tarea, y luego lee la denuncia que se hizo en la policía y descubrió una falla en la declaración.

Capitulo II

La empresa aseguradora según testimonio de su representante no se trató de un accidente, y la policía tenía que investigar sobre un posible homicidio porque en una rueda delantera había un orificio de bala, que posiblemente produjo un reventón de la misma que produjo el accidente.

Se hace presente en la mansión el inspector Francois para conocer a las personas que habitan en la residencia, y a los hermanos hijos del difunto comienza a preguntar las preguntas de rigor, donde estaban el día del accidente luego preguntas relacionadas con el dueño, las respuestas fueron difusas lo que puso más confusión a la investigación.

A las preguntas les suceden silencios como si quisieran evadir las respuestas, la preguntas eran de rigor cuando vieron a su padre por última vez respondieron con evasivas, el porque era que realmente lo veían una vez y alguna vez hasta dos veces al año, y una pregunta quedó flotando en el aire el inspector preguntó además del viñedo que otra actividad tenía, el silencio completó la escena no sabían de  ninguna otra diligencia.

El Inspector duda de los silencios y de los dichos de los hermanos pero está atado de pies y manos para investigar el caso, por el momento y antes de retirarse les anuncia que están en etapa de investigación y no pueden salir del país, no tiene pruebas ni testigos de la tragedia es entonces que comienza a investigar a la victima, así averigua que el nombre del difunto era Ronald y tenía muchas salidas al exterior sobre todo al continente Africano, pensando quizás un amorío va reconstruyendo su vida y de sus circunstanciales conocidos.

Capitulo III

Ya avanzada la investigación comienza a recurrir a testigos difícil misión púes lo escarpado y sinuoso del camino pocos o casi nadie lo transita, se acerca al lugar todo desierto solamente unas cabras entre las rocas, se sienta al costado del camino sobre una roca con la esperanza de encontrar algo o alguien sepa algo del accidente, espera unos diez minutos nadie se acerca pero tiene una corazonada se dice para si mismo si hay cabritos debe haber un pastor y comienza a buscarlo.

El sol en lo alto da un calor abrasador se saca el saco que ya a esta altura era una prenda pegajosa insoportable y la lleva en la mano, y allá a lo lejos alcanza a ver a una persona sentada bajo el único árbol a la sombra, y efectivamente era el pastor comienza a preguntarle si había visto el suceso y su sorpresa fue mayor cuando el pastor dijo que recuerda y fue el que dio aviso a la policía.

Por la carretera venía un auto muy rápido cuando de pronto se escuchó un sonido como cuando se pincha una goma el auto entró a hacer zigzag y cayó al  precipicio eso lo conté a la policía.

Ahora el inspector ya no tuvo duda el accidente fue realmente un homicidio pero no encuentra hasta el momento la causa ni el arma homicida ni el autor del mismo, para un investigador lo que tenía entre manos era nada estaba frustrado pero aún así continúa con la investigación, y decide trasladarse al Continente Africano y recorrer los lugares que el occiso frecuentaba en busca de alguna prueba que podía relacionarlo.

Buscando la mujer que creía era el motivo de sus frecuentes viajes se encuentra con unas relaciones con sujetos que tenían causas en el continente europeo por contrabando en ese momento se convenció que la causa que lo llevó era más compleja que lo que creía.

Capitulo IV

De regreso a su escritorio comenzó a tratar en un primer momento de averiguar la causa para tal fin se encamina al lugar que se llegó al principio, para interrogar a los otros habitantes de la casona  de como se comunicaban con el patrón  el administrador le comunica que el dueño se comunicaba por vía telefónica, y le daba órdenes es entonces que el investigador pregunta que clase de órdenes.

Es entonces que el administrador le describe que él era el que distribuía a los clientes las cajas de vinos, que tenían distribuidas por casi todo el continente es entonces que el dectetive le pide ver dichas cajas, el administrador lo conduce hasta la cava que se encuentra en el sótano de la casa.

Las mismas eran unas hermosas cajas de madera con doce botellas de vino, la madera sostenida por un esqueleto de metal con unas patas de metal macizas, vuelto a su distrito sentado en su escritorio quiso saber a quienes les enviaban las cajas, ahí descubrió que solamente se le enviaban a tres personas es cuando comenzó a desconfiar, tanto de la victima como del administrador, el resultado de la investigación se la hizo llegar a su superior y le pidió colaboración.

Allanada la vivienda en la parte superior de la misma en la terraza encuentran un palomar la pregunta de rigor se la hacen al administrador, este responde que le gusta criar palomos y que es miembro de la asociación colombófila del lugar, esto no llamó la atención al personal que allanó la casa pero para el inspector creyó ver algo turbio, y por eso pidió inmediatamente que trajeran un envoltorio donde estaba la caja de los vinos.

Tal vez el olfato de estar tratando con delincuentes creyó ver una trama de complicidad una vez que tuvo ante si la caja comenzó a estudiarla, creyó ver un contrabando pero no sabía de que, una corazonada lo lleva a desguasar la parte metálica el soporte de la caja y al abrir las patas de la misma se encontró con la sorpresa que las mismas eran huecas y recubiertas sus paredes por dentro con otro metal y en el hueco diamantes es entonces que descubre una organización que contrabandeaba diamantes.

Capitulo V

A esta altura de los acontecimientos el inspector había desbaratado una banda que contrabandeaba diamantes los frecuentes viajes que le victima hacía al Continente era para preparar la salida de los diamantes, pero no quien era el victimario haciendo creer que era un accidente para eso llamó al administrador que estaba aprendido por ser participe de una asociación ilícita, y sospechoso del homicidio lo que él negó de ser participe del mismo y tener una condena a cadena perpetua.

Comenzó diciendo como era el modus operandi del contrabando y confiesa ante un juez  diciendo Por medio de palomas mensajeras para evitar los audio le advertían cuando iban a mandar una encomienda la cual contenía escondida los diamantes las enviaban a una estafeta postal en un remoto pueblo de un escondido paraje luego las buscaba y las colocaba en las cajas que luego distribuía yo no tuve nada que ver con el homicidio siempre creí que fue un accidente

A todo esto nuestro investigador estaba en un dilema todavía no sabía quien fue el victimario él tenía tres teorías la primera la del administrador quedaba descartada, las otras dos una que fuera un cazador furtivo que abundaban por el lugar que en vez de acertarle a la presa como el coche de la victima iba a muy alta velocidad la fatalidad hizo que diera sobre un neumático que causó la tragedia, quedaba una tercera y es era averiguar que socios tenía en ambos continentes que quisieran quedarse con el negocio

La avidez y la codicia pueden hacer que estos diamantes de sangre despierten instintos malsanos hasta convertir al ser humano en homicida es así que el investigador continúa con la búsqueda del presunto o presuntos criminales.

Los hijos del difunto se han quedado dirigiendo la mansión señorial y sus viñedos lejos del mundanal ruido de las grandes ciudades quedando a cargo de la hacienda que se llamó. EL EDÉN.





       


lunes, 17 de julio de 2017

REBELDÍA

Era un día cualquiera un hombre de larga barba blanca y cabello canoso con paso cansino trata de llegar al viejo bar

Ya en el bar ese que tantos amigos tenía las tertulias se fueron escaseando hasta que ya nadie queda, sus mesas desgastadas y los mosaicos del piso son los mismos, se sienta en una de ellas la del lado de la ventana para observar la calle, el mozo ya lo conoce y le trae su taza de café que el anciano lo toma sorbo a sorbo, mirando la ventana ve el vertiginoso movimiento y queda pensativo como si su mente entrara en un túnel del tiempo.

Mirando sin ver a través del ventanal solo se ve él con su cabello negro azabache, aquel cuando era un muchacho, se ve a si mismo con un taco de billar jugando en sus mesas sin troneras, carambola simple a tres bandas cuando se oía un tango y luego volver a la casa a cenar, en un tiempo sin prisa.

En donde había pocos teléfonos para hablar a larga distancia la telefonista decía las horas de espera hoy un tiempo ya superado, despierta de su ensueño ve desde su lugar un gentío la multitud camina en uno y otro sentido autómatas de una época, ese teléfono con telefonista incluida hoy se ha transformando en un celular un aparato complejo que tiene además por último, un receptor para hablar.

El vértigo de la gran ciudad presurosa su gente lo va descolocando y mirando de soslayo la empuñadura de su bastón sobre su silla, una lágrima le estremeció el alma y como una nube de humo los recuerdos se le rebelan allá en el tiempo y a la distancia.

 Su juventud unos ojos negros profundos de mirada tierna largas caminatas hacia el parque, aquél asiento siempre el mismo un beso robado al azar, encuentros furtivos en la esquina del buzón hasta que un cierto día desapareció de su vida, la casa de su jardín florido sus flores de han marchitado hoy lo ocupa el yuyal, la puerta negra despintada cerrada con un candado le cerró el corazón, nunca jamás la encontró.

Una congoja le apretuja el pecho y como una rebeldía entre sueños querría volver a vivir aquellos tiempos y así entre sueños nostálgicos vuelve a la realidad, el cielo se ha encapotado y comienza a llover cientos de paraguas han entoldado la ciudad,  la lluvia golpea sobre el ventanal las gotas se deslizan como lágrima hasta desaparecer enfrascado en sus pensamientos no advierte que alguien se ha sentado en su mesa.

El recién llegado parece un viejo personaje de historieta vestido con un impermeable oscuro y un paraguas de color negro de nariz prominente alto y delgado, y comenzó a hablar Hola Juan estás igualito el anciano lo miró con el rabo del ojo su nombre es Carlos, luego mira a través del ventanal la lluvia continúa el encantamiento se ha ido, y piensa continuar con la charada ya tiene alguien con quien conversar.

El oscuro personaje insiste Te acuerdas Juan de mi por tu manera de mirar me pareció que no, yo soy Oscar del equipo de futbol era el arquero cuando íbamos a las canchitas detrás de la algodonera. Ese fue el momento que el anciano lo reconoció otros tiempos otras épocas, cuando un día domingo a las nueve de la mañana se juntaban once voluntades para jugar un partido de futbol, hoy otro tiempo no se consigue después del boliche ni dos para jugar a la play.

Hay dos hombres maduros buceando en lo profundo del río, haciendo aflorar recuerdos alegrías y tristezas llantos y risas, de un tiempo ese tiempo sin retorno como la corriente del río se lo lleva donde en su superficie fluye lo cotidiano, entre recuerdos lentamente va cayendo la tarde es hora de despedirse hasta un próximo encuentro estos dos ancianos que un día fueron compañeros de aquel equipo de futbol el que se llamó……..ONCE CORAZONES.

alejandrobojor@gmail.com......ALEJANDRO CAPLAN

   

   














 

miércoles, 26 de abril de 2017

EL ÚLTIMO HALCÓN


El hombre ingresó después de mucho tiempo, al lugar que le era común en otras épocas,  su vestimenta difería del resto de los parroquianos, lo miraron con cierto recelo al recién llegado, su contextura física lo hacía como si fuera más alto, de lo que en realidad era, su campera de cuero negra ancha, más amplia que el común, cierre relámpago y cinturón con hebilla dorada, pantalón moderno y botas, traía colocados un par de lentes  tornasolados para cubrirse de los rayos solares, parecía un personaje extraído de esas películas de Far West del lejano oeste esas que vimos cuando chicos.


No fue desapercibida su presencia por los demás comensales, más cuando llevaba puesto, ese par de anteojos oscuros en un día desapacible, nublado, ventoso y por momentos lluvioso, si el objetivo de este personaje era pasar desapercibido no lo consiguió, muy por el contrario todas las miradas se concentraban en él.

Sus gestos ampulosos eran por si grotesco, su caminar y taconeo de pisada fuerte, todo el era una caricatura de lo que podíamos decir normal, tenía un defecto, que se lo observó cuando se dirigió al mostrador, no balanceaba los brazos al caminar, los mismos se movían al unísono, su brazo derecho cuando movía la pierna derecha, y el izquierdo con su pierna izquierda.

Ya llegando al mostrador introduce su mano dentro de su campera, expectante el dueño detrás del mostrador, pensó en un asalto, lo mismo que los parroquianos, que con gran disimulo dejaron vacío el salón, logra sacar de entre su ropa un atado de cigarrillos, el alma del dueño, que ya la tenía atravesada en la garganta, se le vino a los pies y con un suspiro y tembloroso con voz entrecortada, solo atinó a decir, al señor que se le ofrece, a su vez le dijo por lo bajo, hay un reglamento que en el salón no se puede fumar.

Es el momento que el desconocido se da a conocer, y le dice Francisco no me conoces yo soy Raúl, hace tiempo que no venía, me fui hace mucho tiempo a otras tierras, pero volví a tratar de encontrarme con los amigos de entonces, la nostalgia se siente y siempre se piensa volver al terruño.

Nuestro individuo en su tiempo junto con los amigos de ese entonces, había formado una pandilla, al que denominaron los halcones, siempre iban acompañándose haciendo sus travesuras, pequeñas tan pequeñas, como el mismo pueblo que habitaban.

Don Francisco recordó en es momento a la pandilla, y fue contando al hombre que está junto a él, uno por uno los recordó, lo tomo de los hombros paternalmente y le fue diciendo, algunos de ellos se fueron de gira y capaz que lo están mirando desde arriba, algunos otros los caminos de la vida los llevó caminando su estrella, entonces nuestro hombre se encogió de hombros,  y se sentó melancólico en la última mesa, ya casi no se notaba su estatura, era un simple hombre abatido, tratando de recordar su pasado.



Consigue sacarse sus lentes, que los deposita sobre la mesa, su mirada lánguida parece perderse en el infinito, mira hacia el exterior, el viento va levantando una polvareda de tierra, cree ver detrás de ella unas figuras, fantasmas del pasado que vuelven, se ve jugando con ellos, a ese hombre curtido por la vida, una lagrima va corriendo y mojando su mejilla, lentamente muy lentamente, va tomando sorbo 
a sorbo el humeante pocillo de café que Francisco le había servido

alejandrobojor@gmail.com

lunes, 24 de abril de 2017

MEMORIAS



En la habitación hay un individuo queriendo dormir en esa noche tan húmeda y calurosa, él lleva sobre su piel curtida las huellas de mil soles y lunas alegrías y tristezas llantos y risas a través del tiempo. Duerme en una posición fetal casi en una regresión atávica, quizás queriendo emular estar dentro del seno materno.

De pronto se despierta sudoroso y se dirige al balcón para si tomar una bocanada de aire fresco, la noche presagia lluvia negros nubarrones se presentan en el horizonte haciendo que la noche se vea más oscura, se sienta en su sillón preferido entre el perfume de sus flores y el aroma de sus plantas.


Nada perturba su paz cómplice es el silencio de la noche solamente en la lejanía el silbato de un tren, de pronto un relámpago ilumina el lugar le sigue el estruendo del trueno y comienza a llover, las gotas van cayendo sobre el alero su monótono tintinear y la brillantes de los relámpagos iluminan sus recuerdos.

Allá en la lejanía del tiempo van cabalgando recuerdos que se le presentan como un presente en un mundo cambiante vertiginoso sus, recordaciones son su remanso de paz su niñez y sus costumbres vestido con su gorra sus pantalones cortos medias tres cuartos una camisa y la infaltables zapatillas azules.

Voceando los diarios de la tarde en una esquina cualquiera una catarata de recuerdos le viene a la mente, su casa el largo pasillo sus baldosas en damero blanco y negro hasta la puerta de calle que nunca se cerraba el parral del vecino, los juegos con los amigos que ya se fueron caminando por los jardines de sus estrellas.


El anciano piensa nunca nos dimos cuenta de los felices y ricos que éramos sentados en esa gran mesa de año nuevo, ahí estaban los abuelos los padres todos los parientes tíos primos inmigrantes del principio del siglo pasado, bullicio alegría y una canción que trajeron allende los mares que todavía suena en sus oídos. Échale guindas al pavo que yo le echaré a la pava.

Las tertulias de un sábado entre mate y mate y tortitas fritas, el tiempo se escurría entre charla y el infaltable juego de lotería con sus números de madera y sus coloridos cartones, para darle más atractivo al juego cada jugador contribuía con cinco centavos por dos cartones para los ganadores de línea y cartón, juego de mayores los niños a sus juegos.

Evocaciones de un pasado que poco a poco se fue transformando en lo que es hoy un mundo acelerado presuroso, la urgencia a suplantado a la conversación la tecnología con sus computadoras sus teléfonos celulares es la opción del hoy.


Ha dejado de llover el anciano se levanta y mira hacia el cielo que ahora se ve estrellado, sus memorias lo llevaron enredado por un rato entre los hilos de una telaraña y piensa que sutil encanto tiene rememorar los recuerdos.