concierto de Aranjuez

viernes, 18 de julio de 2014

HUMO-RADAS

  


Eureka he descubierto otra veta
yo ya estoy para poeta
ahora ya estoy escribiendo
otro nuevo amanecer

la puerta este cerrada
en el cuarto de mi amada
mi pensamiento atraviesa
ya estoy junto a ella
esta soñando ¿ que cosa?
aquí le traigo una rosa
la dejo sobre la sábana
de tela egipcia importada
mi tristeza es la nada
mi ropaje es de antaño
que lo uso año tras año
tu quieres que sea tu novio
yo no estoy para jolgorio
lo mío es una reposera

mirando el cielo estrellado
que macana esta nublado
mi pensamiento
lo va atravesando
las nubes se van disipando

ya estoy caminando
buscando mi estrella
será esta será aquella
seguro será la más bella

mis neuronas están cansadas
han trabajado duro
en los cuentos del bojor
me olvidé en el apuro
la bolsita de alcanfor

 alejandrobojor@gmail.com,,,,,,,,ALEJANDRO CAPLAN

miércoles, 16 de julio de 2014

LA QUIMERA DE LOS SUEÑOS


Al igual que un solitario pescador que conduce remando su bote río abajo buscando si en su espinel ha encarnado un dorado o algún paty, un solitario hombre maduro de rostro curtido por mil soles arrugas en la frente cabello canoso de paso lento y cansino,  el peso de los años han hecho mella en su cuerpo va atravesando tiempos y las calles buscando una ilusión, una quimera encontrar encarnado los sueños en el espinel de su vida.


Calles silenciosas las que hasta ayer eran bulliciosas unos chiquillos jugando tras una pelota, más allá una niñas con el dibujo de una rayuela sobre la vereda, con un tejo saltando en una pierna tratando de llegar al final donde se esconde la palabra cielo, un ir y devenir de gente las comadres con una bolsa de compras hablando y caminando para llegarse a la feria que se encuentra dos calles abajo.

Un vendedor de ropa blanca al que todos conocían como el turco, es que en la gran inmigración han llegado gente de diferente nacionalidades, españoles, italianos, turcos al idioma lo fueron transformando tratando de hablar un poco en su  lengua un poco el español, así nace el lunfardo, el vesre que invierte las silabas, el cocoliche, el jeringozo,  no solo traen su idioma también sus costumbres sus aromas y sabores.

Se acuerda el hombre que en su casa en un departamento vivía una anciana al que algunas veces le hacía los mandados, ella era de Galicia y le convidaba con unas empanadas gallegas, cuando recuerda los sabores le traen a su mente los aromas los olores. 

El dulce de rosas de la abuela pétalos de la rosa escarlata aterciopelada ya está oliendo el perfume de la rosa, las escapadas de unas tardes de verano a la hora de la siesta con una bolsa de arpillera en el auto del tío llegarse hasta el Tigre y tomar las  naranjas amargas que crecen en sus calles para hacer dulce.

Todas ellas eran expertas en eso de los dulces cortaban la cáscara y nunca supo como y que procedimiento le sacaban el amargor y producían un dulce de naranjas un manjar para el paladar. Los vientos de la vida fueron golpeando su cuerpo endureciéndolo frente a la adversidad aún así una pequeña lagrima va surcando su mejilla sus ojos rojos y humedecidos las recordaciones de aquellos días se presentan en la quimera de sus sueños.

Cabizbajo y meditabundo va recorriendo las calles que tantas veces pisó, hasta que de pronto aparece ante el su infancia, el colegio su escuela primaria su primer grado el aula al lado de la dirección, la señorita maestra con su infinita paciencia por que en ese entonces era la señorita maestra, no la seño, el colegio con su gran patio descubierto. 

Testigo de todas las jornadas épicas de la historia, entoldado en época de florecimiento de glicinas azules y blancas, esas mañanas de izamiento de la bandera en la puerta del colegio los de último año formados en fila de dos frente al pabellón en la calle junto al cordón y las estrofas de una canción. Azul un ala del color del cielo azul un ala del color del mar que hacía estremecer el alma.

Recorriendo recuerdos de pronto se le presenta ante él el bar en el cual se encontraba con sus amigos de ese entonces, entra al bar que parece que los años no hubieran pasado se sienta pide un café, ahí están los habitúes de siempre unos veteranos jugando su partida de dominó, más allá la mesa de billar todo está como era en aquel tiempo, las sillas y las mesas gastadas por los años como la esperanza de aquel hombre.

El mozo ya está trayendo el café cuando de pronto todo se esfuma, los parroquianos, las mesas, las sillas el mostrador, como si un ilusionista con un sombrero y una varita en un acto de magia los haya hecho desaparecer, es que el sol de la mañana lo ha despertado que se filtra a través de las hendijas de la persiana todo fue un sueño una ilusión, pero más que eso fue una quimera de los sueños………

alejandrobojor@gmail.com.................ALEJANDRO CAPLAN


    

viernes, 11 de julio de 2014

CHAMUYANDO CON LA LUNA



Después de un día agitado y vertiginoso en la gran ciudad el cansancio se apodera de mi persona y me invita a reposar, pero el calor me invade los poros dando vueltas y vueltas en la cama me impide dormir, me levanto medio adormilado y me refugio en el balcón terraza con mis flores y sus fragancias.


El silencio de la noche y bajo un cielo claro colmado de estrellas y noche de luna llena,  bañado de plata con su luz, me puse a chamuyar (hablar) con la luna, mariposas multicolores van volando a mi alrededor duendecillos del pasado, recuerdos que ocultos por los años aparecen en mi mente como un presente.

Pantallazos de una vida que aparecen como cuadros de una película, sin un orden los cuadros se superponen unos tras otro sin una cronología, un hombre sobre una bicicleta,  una gorra con visera, un par de tiradores sosteniendo el pantalón, un par de broches de ropa en su botamanga para no enredarse con la cadena.


La primera bicicleta el cuadro pintado de un color rojo para impresionar una lucecita trasera impecable, el niño no sabía lo que era andar en bicicleta varios profesores el padre un amigo otro amigo, el primer consejo no mirar las ruedas siempre adelante la varilla del freno, y ya estaba listo para la primer vuelta manzana, eufórico llega a la meta ya sabía andar en bicicleta.

Varios días transcurrieron y el chico se afianzó en su confianza y hasta se animó a largarse en la calle, para ese entonces casi no había automóviles estos eran muy pocos,  quienes conocen la zona lo vieron lanzarse en declive desde la avenida, pasar por la calle Malabia como una exhalación así también por Acevedo y llegando a Gurruchaga,  justo el único automóvil que pasó ese día se encontró frente a él.


El automóvil era un Ford del año cuarenta y siete, más que un automóvil parecía un tanque, el choque fue inevitable al conductor de la bicicleta se le olvidó donde tenía el freno, el impacto fue contra el guardabarros del tanque, perdón del automóvil, el niño tenía unas escoriaciones producto del impacto, no mucho más que después de un partido de futbol.

La impecable bicicleta de color rojo ya no era impecable, su cuadro delantero quedó mirando a la izquierda como bizco, la cadena colgando del guardabarros, el manubrio al revés, el chico se levantó como si nada hubiera pasado tomó lo que quedó de su bicicleta y se marchó, pensando seriamente en no tomar más clases de manejo de bicicleta, por supuesto nunca más tuvo una bici.


Los recuerdos y sus fantasmas me siguen persiguiendo, las estrellas me hacen un guiño y la luna me alumbra con su luz de plata, las flores me saludan y me dan las buenas noches, es la hora de descansar para que otro día pueda chamuyar con la luna……


alejandrobojor@gmail.com ......ALEJANDRO CAPLAN