concierto de Aranjuez

martes, 20 de octubre de 2015

EN PRIMERA PERSONA



Un cierto día estando en mi casa escuchando música y tomando unos mates me sorprende el sonido del timbre del portero eléctrico entonces levanto el tubo para preguntar quien era, me responden soy el cartero traigo una encomienda para el Sr. Negro intrigado me llego hasta la puerta para recibir el paquete temiendo que no sea para mi, leo destinatario Sr. Negro y el nombre del remitente Sr. Tiempo lo recibí firmé el papel pensando seriamente que esta encomienda era una broma de los amigos.


Recibí ese paquete porque aunque mi nombre es otro todos me llaman por mi apodo que precisamente es el Negro creo que desde el día que nací ese fue mi nombre, dicen que tenía apuro en salir e hice tanta fuerza que mi tez era de morocho subido, la cabeza una sandía, será por eso el pirincho en la punta de la cabeza al que nunca pude domar.

Me fajaron como un matambre piernas y brazos dentro de la faja y me colocaron en una cuna, parientes y amigos pasaron para ver al recién nacido estaba en exhibición, cuentan por que yo no recuerdo que decían ¿a quien se parece? y entonces Aleluya la abuela dijo se parece a mi hermano el Negro, aquel que dejó en la pequeña isla del otro lado del mundo y desde ese día todos me llaman por mi apodo, recién me enteré mi nombre cuando entré a la primaria y tuve que sacar la cédula.

Me intriga el remitente ¿Quién será? Pensé en los amigos del café pero ellos no eran de hacer esas cosas, entonces abrí la encomienda comencé a sacar lo que me habían enviado, tenía un sobre y dentro una nota escrita grande que decía OBJETOS PERDIDOS lo primero que observé una pelota de goma desinflada de esas que con los amigos jugábamos al fútbol que algún pagano la había cortado para que no juguemos, un lápiz y su respectivo sacapuntas.


De pronto los recuerdos comienzan a aflorar la señorita esa del guardapolvo blanco impecable, enseñando a hacer líneas rectas oblicuas más luego la a.e.i.o.u señorita cuando escribimos con tinta, Paciencia niños en unos días para nuestra satisfacción ese día llegó.

No crean que es fácil escribir con tinta nuestras manos nuestros guardapolvos todas pintadas de azul el guardapolvo con pintitas, se parecía al de los preescolares blanco con pintitas azules para satisfacción de las madres y sus berrinches ¡¡Cuantos recuerdos ¡¡ Ahí estaba en la encomienda el tintero de mi pupitre la lapicera la pluma cucharita la pluma ganso para la tinta china para dar realce a la escritura.

Como un mago que saca de su galera yo extraía del paquete objetos perdidos una vieja caja de zapatos agujereada la que usaba para cazar mariposas, las había de todos los colores que guardaba en la caja como figuritas las cambiaba, juegos infantiles el balero con sus respectivas chinches para que resbalara para poder embocar, el trompo con su piolín, las bolitas de vidrio y entre ellas una cachuza la puntera, el yo-yo

Esa encomienda parecía un barril sin fondo mientras más extraía más encontraba, unas galochas que eran unos zapatos de goma que se ponían sobre los zapatos que eran de cuero los días de lluvia, para cuidar que no se mojaran, un par de tiradores para sujetar el pantalón unos broches de ropa para sujetar la botamanga del pantalón para que no se enrede en la cadena de la bicicleta. 

Tengo que agradecer al Sr. Tiempo por estos minutos él siempre se reinventa no tiene fecha de vencimiento no tiene caducidad, mi agradecimiento hacia él que ha hecho revivir la nostalgia de los recuerdos los cuales tampoco tienen fecha de vencimiento ni caducidad en mi memoria ni en mi alma………



alejandrobojor@gmail.com...................ALEJANDRO CAPLAN     

2 comentarios:

  1. ME ENCANTÓ. BELLISIMO .GRACIAS POR NARRAR EN FORMA DE CUENTO ALGO QUE FUE Y ES PARTE DE TU VIDA,DE TU HISTORIA Y QUE AL MISMO TIEMPO ES UN PLACER PARA MI TOMAR 5 MINUTOS PARA LEERLOS.TE FELICITO AMIGO,POR TU TRABAJO,ERES UN GRAN ESCRITOR.

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