concierto de Aranjuez

lunes, 21 de marzo de 2016

LOS IDUS DE MARZO



La silenciosa tarde de un día de domingo, negros nubarrones son presagio de tormenta detrás de un gran ventanal veo deambular poca gente, una niña con un paraguas cerrado señal que aún no llueve, de pronto un relámpago ilumina la habitación le sigue el estruendo de los truenos miro hacia arriba, sobre mi cabeza el cielo comienza a llorar,


Llueve y sus lágrimas se convierten en gotas que golpean en el cristal de la ventana,  luego va corriendo al igual que una lágrima se diluye sobre el rostro, un anciano con un paraguas de color negro se atreve al aguacero camina en zigzag eludiendo baldosas flojas y charcos de agua, parece un acróbata circense con su paraguas extendido tratar de caminar en la cuerda floja.

Fascinado observo que el viento hace ondular las ramas de los majestuosos árboles que poco a poco se van despojando de su ropaje que lucía hace poco verde brillante, y dejar ver la pálida blancura de sus desnudas ramas, el tintineo de las gotas golpeando sobre el alero, la televisión ha dejado de funcionar es una tarde para hacer una siesta o tomar mate con bizcochitos.

Los romanos tenían como calendario los idus y los idus de marzo eran de buenos augurios, pensando en ellos comencé este escrito cuando de pronto lloraron los cielos  donde se atraviesan duendes vivarachos y gnomos saltarines para hacerme entrar en un túnel del tiempo, cuando niño jugaba en el cordón de la vereda cuando llovía con los barquitos de papel, ¡¡que tiempos aquellos tiempos¡¡ jugando a las bolitas los campeonatos de balero o pateando la pelota en un picado.

Ya entrando en la adolescencia cuando no eras niño ni tampoco grande para poder entrar a un café o un baile, cuando los chicos miraban a las chicas con otros ojos y viceversa producto de una cuestión hormonal, se inventó lo que luego tuvo el pomposo nombre de asalto lejos de los que denominan hoy.


Sencillo era el juego simplemente un baile entre adolescentes casi siempre en la terraza de unos de ellos o un patio grande, las chicas eran las encargadas de traer comida y los muchachos la bebida nunca nada de alcohol, lucecitas de colores una mesa y sobre ellas las vituallas y separado de ella otra mesita aparte para el tocadiscos, y de cuando en cuando el padre o la madre sin vigilar vigilaba por si alguno se quisiera propasar.

Cansados de susurrar sobre mi cabeza los duendes y los saltarines gnomos se han retirado es la hora de tomar unos matecitos con bizcochos, los idus de marzo han sido generosos conmigo………



alejandrobojor@gmail.com.......ALEJANDRO CAPLAN         

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