Esta es una historia de un ignoto personaje
descubierto dentro de un viejo bar, sentado en una mesa tan desgastada y añeja
como el antiguo bar, en un ángulo del mismo siempre sentado en el mismo lugar
nuestro protagonista pareciera que fuera como un adorno más del establecimiento,
un hombre anciano de cabello revuelto color ceniza las arrugas en la frente
delatan la edad del mismo la expresión de su rostro revelan su tristeza.
Se acostumbra a decir que los ojos reflejan el
estado del alma, su mirada otrora brillante estaba opacada y enrojecida grandes
ojeras pintadas en sus cuencas, brillosa su nariz enrojecida daba el perfil de
un ebrio aferrado al vaso de licor y una botella sobre la corroída mesa, los parroquianos siempre le
hacían bromas que el personaje ignoraba bajo los efluvios etílicos.
Ocurrió una noche en que las chanzas se
hicieron más frecuentes y fue en ese momento que el individuo recobró su
lucidez, sus entornados ojos dieron paso a unos fulgurantes ojos negros y se
dirigió a quienes lo estaban acosando, el silencio se apoderó del bar esto es
lo que se le oyó decir.
Bienvenida tristeza a
mi pequeña isla llena de nostálgicos recuerdos que me alejan del presente donde
vienen cabalgando los cuatro jinetes de la Apocalipsis, ellos son la guerra el
hambre victoria y la muerte, bienvenida tristeza a mi isla que me da alegría
paradoja de la vida cuando dos polos se encuentran.
Bienvenida tristeza a
mi isla donde el rosicler de la mañana los primeros rayos del sol asoman más
luego el sol esplendoroso me ilumina, el trinar de los pájaros y el murmullo de
un manantial el silencio de la isla me invita a poder hablar con los que ya no
están, escucho sus cristalinas voces ellos se han ido buscando su estrella.
Bienvenida tristeza a
la isla cuando la tarde cae y desde la playa ver el ocaso el enorme sol
acariciando la mar luego se entrega a ella hasta desaparecer, y se convierte en
noche un manto de negro azabache donde vienen galopando los cuatro jinetes en
sus corceles el rojo el negro entonces es el momento de llegarme al bar y beber hasta encontrarme en mi refugio en mi pequeña isla BIENVENIDA
TRISTEZA