concierto de Aranjuez

viernes, 28 de julio de 2017

EL EDÉN


Capitulo I

En medio de la campiña en algún lugar de Francia, entre los inmensos viñedos esperando sus frutos para ser recogidos se encuentra una gran mansión señorial al que le antecede un hermoso parque rodeado de frondosos árboles y flores, en su entrada un cartel que indica el nombre de la residencia el Edén, el dueño de la hacienda un millonario que pocas veces se llega a la vivienda


En la misma habitan la misma un administrador el ama de llaves y la servidumbre compuesta por un mayordomo y dos mucamas. El dueño un excéntrico personaje de carácter huraño viajero del mundo de florida verba amante de la velocidad, siempre se desplaza en una Ferrari roja su historia se remonta a casi treinta años atrás cuando ocupa la casona con su flamante esposa.

De esa unión nacen dos hijos Antoine y Benoit su prematura viudez lo hizo distante de sus hijos que fueron criados por institutrices, los años se suceden ya mayores el mayor tendría unos veinte y cuatro años y el menor como dos años de diferencia se fueron a vivir a París, cada uno siguiendo su vida en los dos departamentos que ocupan uno de ellos el mayor bohemio y jugador empedernido en tanto el otro emprendedor.

Debido a esta situación una o dos veces al año se encuentran con el padre para que les alivie las condiciones, sus vidas transcurren sin contratiempos hasta que un día reciben una noticia enviada por el mayordomo de la casa que los moviliza a trasladarse a la residencia, en la cual le indicaba muy escuetamente que el padre había tenido un accidente automovilístico.


Llegando a la casa se enteran de la infausta noticia de la muerte de sus padre en el accidente, comienzan un duelo hasta su sepultura en el predio junto a la tumba de su esposa, luego de una consulta con su abogado deciden cobrar el seguro púes el legista que también era el mismo que tenía su progenitor se lo había comunicado.

La aseguradora instruye a un representante para verificar la denuncia que ya previamente se había hecho en la policía, llegado al lugar del accidente constata el accidente y comienza su tarea, y luego lee la denuncia que se hizo en la policía y descubrió una falla en la declaración.

Capitulo II

La empresa aseguradora según testimonio de su representante no se trató de un accidente, y la policía tenía que investigar sobre un posible homicidio porque en una rueda delantera había un orificio de bala, que posiblemente produjo un reventón de la misma que produjo el accidente.

Se hace presente en la mansión el inspector Francois para conocer a las personas que habitan en la residencia, y a los hermanos hijos del difunto comienza a preguntar las preguntas de rigor, donde estaban el día del accidente luego preguntas relacionadas con el dueño, las respuestas fueron difusas lo que puso más confusión a la investigación.

A las preguntas les suceden silencios como si quisieran evadir las respuestas, la preguntas eran de rigor cuando vieron a su padre por última vez respondieron con evasivas, el porque era que realmente lo veían una vez y alguna vez hasta dos veces al año, y una pregunta quedó flotando en el aire el inspector preguntó además del viñedo que otra actividad tenía, el silencio completó la escena no sabían de  ninguna otra diligencia.

El Inspector duda de los silencios y de los dichos de los hermanos pero está atado de pies y manos para investigar el caso, por el momento y antes de retirarse les anuncia que están en etapa de investigación y no pueden salir del país, no tiene pruebas ni testigos de la tragedia es entonces que comienza a investigar a la victima, así averigua que el nombre del difunto era Ronald y tenía muchas salidas al exterior sobre todo al continente Africano, pensando quizás un amorío va reconstruyendo su vida y de sus circunstanciales conocidos.

Capitulo III

Ya avanzada la investigación comienza a recurrir a testigos difícil misión púes lo escarpado y sinuoso del camino pocos o casi nadie lo transita, se acerca al lugar todo desierto solamente unas cabras entre las rocas, se sienta al costado del camino sobre una roca con la esperanza de encontrar algo o alguien sepa algo del accidente, espera unos diez minutos nadie se acerca pero tiene una corazonada se dice para si mismo si hay cabritos debe haber un pastor y comienza a buscarlo.

El sol en lo alto da un calor abrasador se saca el saco que ya a esta altura era una prenda pegajosa insoportable y la lleva en la mano, y allá a lo lejos alcanza a ver a una persona sentada bajo el único árbol a la sombra, y efectivamente era el pastor comienza a preguntarle si había visto el suceso y su sorpresa fue mayor cuando el pastor dijo que recuerda y fue el que dio aviso a la policía.

Por la carretera venía un auto muy rápido cuando de pronto se escuchó un sonido como cuando se pincha una goma el auto entró a hacer zigzag y cayó al  precipicio eso lo conté a la policía.

Ahora el inspector ya no tuvo duda el accidente fue realmente un homicidio pero no encuentra hasta el momento la causa ni el arma homicida ni el autor del mismo, para un investigador lo que tenía entre manos era nada estaba frustrado pero aún así continúa con la investigación, y decide trasladarse al Continente Africano y recorrer los lugares que el occiso frecuentaba en busca de alguna prueba que podía relacionarlo.

Buscando la mujer que creía era el motivo de sus frecuentes viajes se encuentra con unas relaciones con sujetos que tenían causas en el continente europeo por contrabando en ese momento se convenció que la causa que lo llevó era más compleja que lo que creía.

Capitulo IV

De regreso a su escritorio comenzó a tratar en un primer momento de averiguar la causa para tal fin se encamina al lugar que se llegó al principio, para interrogar a los otros habitantes de la casona  de como se comunicaban con el patrón  el administrador le comunica que el dueño se comunicaba por vía telefónica, y le daba órdenes es entonces que el investigador pregunta que clase de órdenes.

Es entonces que el administrador le describe que él era el que distribuía a los clientes las cajas de vinos, que tenían distribuidas por casi todo el continente es entonces que el dectetive le pide ver dichas cajas, el administrador lo conduce hasta la cava que se encuentra en el sótano de la casa.

Las mismas eran unas hermosas cajas de madera con doce botellas de vino, la madera sostenida por un esqueleto de metal con unas patas de metal macizas, vuelto a su distrito sentado en su escritorio quiso saber a quienes les enviaban las cajas, ahí descubrió que solamente se le enviaban a tres personas es cuando comenzó a desconfiar, tanto de la victima como del administrador, el resultado de la investigación se la hizo llegar a su superior y le pidió colaboración.

Allanada la vivienda en la parte superior de la misma en la terraza encuentran un palomar la pregunta de rigor se la hacen al administrador, este responde que le gusta criar palomos y que es miembro de la asociación colombófila del lugar, esto no llamó la atención al personal que allanó la casa pero para el inspector creyó ver algo turbio, y por eso pidió inmediatamente que trajeran un envoltorio donde estaba la caja de los vinos.

Tal vez el olfato de estar tratando con delincuentes creyó ver una trama de complicidad una vez que tuvo ante si la caja comenzó a estudiarla, creyó ver un contrabando pero no sabía de que, una corazonada lo lleva a desguasar la parte metálica el soporte de la caja y al abrir las patas de la misma se encontró con la sorpresa que las mismas eran huecas y recubiertas sus paredes por dentro con otro metal y en el hueco diamantes es entonces que descubre una organización que contrabandeaba diamantes.

Capitulo V

A esta altura de los acontecimientos el inspector había desbaratado una banda que contrabandeaba diamantes los frecuentes viajes que le victima hacía al Continente era para preparar la salida de los diamantes, pero no quien era el victimario haciendo creer que era un accidente para eso llamó al administrador que estaba aprendido por ser participe de una asociación ilícita, y sospechoso del homicidio lo que él negó de ser participe del mismo y tener una condena a cadena perpetua.

Comenzó diciendo como era el modus operandi del contrabando y confiesa ante un juez  diciendo Por medio de palomas mensajeras para evitar los audio le advertían cuando iban a mandar una encomienda la cual contenía escondida los diamantes las enviaban a una estafeta postal en un remoto pueblo de un escondido paraje luego las buscaba y las colocaba en las cajas que luego distribuía yo no tuve nada que ver con el homicidio siempre creí que fue un accidente

A todo esto nuestro investigador estaba en un dilema todavía no sabía quien fue el victimario él tenía tres teorías la primera la del administrador quedaba descartada, las otras dos una que fuera un cazador furtivo que abundaban por el lugar que en vez de acertarle a la presa como el coche de la victima iba a muy alta velocidad la fatalidad hizo que diera sobre un neumático que causó la tragedia, quedaba una tercera y es era averiguar que socios tenía en ambos continentes que quisieran quedarse con el negocio

La avidez y la codicia pueden hacer que estos diamantes de sangre despierten instintos malsanos hasta convertir al ser humano en homicida es así que el investigador continúa con la búsqueda del presunto o presuntos criminales.

Los hijos del difunto se han quedado dirigiendo la mansión señorial y sus viñedos lejos del mundanal ruido de las grandes ciudades quedando a cargo de la hacienda que se llamó. EL EDÉN.





       


lunes, 17 de julio de 2017

REBELDÍA

Era un día cualquiera un hombre de larga barba blanca y cabello canoso con paso cansino trata de llegar al viejo bar

Ya en el bar ese que tantos amigos tenía las tertulias se fueron escaseando hasta que ya nadie queda, sus mesas desgastadas y los mosaicos del piso son los mismos, se sienta en una de ellas la del lado de la ventana para observar la calle, el mozo ya lo conoce y le trae su taza de café que el anciano lo toma sorbo a sorbo, mirando la ventana ve el vertiginoso movimiento y queda pensativo como si su mente entrara en un túnel del tiempo.

Mirando sin ver a través del ventanal solo se ve él con su cabello negro azabache, aquel cuando era un muchacho, se ve a si mismo con un taco de billar jugando en sus mesas sin troneras, carambola simple a tres bandas cuando se oía un tango y luego volver a la casa a cenar, en un tiempo sin prisa.

En donde había pocos teléfonos para hablar a larga distancia la telefonista decía las horas de espera hoy un tiempo ya superado, despierta de su ensueño ve desde su lugar un gentío la multitud camina en uno y otro sentido autómatas de una época, ese teléfono con telefonista incluida hoy se ha transformando en un celular un aparato complejo que tiene además por último, un receptor para hablar.

El vértigo de la gran ciudad presurosa su gente lo va descolocando y mirando de soslayo la empuñadura de su bastón sobre su silla, una lágrima le estremeció el alma y como una nube de humo los recuerdos se le rebelan allá en el tiempo y a la distancia.

 Su juventud unos ojos negros profundos de mirada tierna largas caminatas hacia el parque, aquél asiento siempre el mismo un beso robado al azar, encuentros furtivos en la esquina del buzón hasta que un cierto día desapareció de su vida, la casa de su jardín florido sus flores de han marchitado hoy lo ocupa el yuyal, la puerta negra despintada cerrada con un candado le cerró el corazón, nunca jamás la encontró.

Una congoja le apretuja el pecho y como una rebeldía entre sueños querría volver a vivir aquellos tiempos y así entre sueños nostálgicos vuelve a la realidad, el cielo se ha encapotado y comienza a llover cientos de paraguas han entoldado la ciudad,  la lluvia golpea sobre el ventanal las gotas se deslizan como lágrima hasta desaparecer enfrascado en sus pensamientos no advierte que alguien se ha sentado en su mesa.

El recién llegado parece un viejo personaje de historieta vestido con un impermeable oscuro y un paraguas de color negro de nariz prominente alto y delgado, y comenzó a hablar Hola Juan estás igualito el anciano lo miró con el rabo del ojo su nombre es Carlos, luego mira a través del ventanal la lluvia continúa el encantamiento se ha ido, y piensa continuar con la charada ya tiene alguien con quien conversar.

El oscuro personaje insiste Te acuerdas Juan de mi por tu manera de mirar me pareció que no, yo soy Oscar del equipo de futbol era el arquero cuando íbamos a las canchitas detrás de la algodonera. Ese fue el momento que el anciano lo reconoció otros tiempos otras épocas, cuando un día domingo a las nueve de la mañana se juntaban once voluntades para jugar un partido de futbol, hoy otro tiempo no se consigue después del boliche ni dos para jugar a la play.

Hay dos hombres maduros buceando en lo profundo del río, haciendo aflorar recuerdos alegrías y tristezas llantos y risas, de un tiempo ese tiempo sin retorno como la corriente del río se lo lleva donde en su superficie fluye lo cotidiano, entre recuerdos lentamente va cayendo la tarde es hora de despedirse hasta un próximo encuentro estos dos ancianos que un día fueron compañeros de aquel equipo de futbol el que se llamó……..ONCE CORAZONES.

alejandrobojor@gmail.com......ALEJANDRO CAPLAN