Desde la atalaya de mis recuerdos la nostalgia
me invade y me invita a navegar hacia ellos, invisible mi persona y a través de
espesas nubes que voy disipando, me encuentro caminando en una calle de anchas
veredas flanqueadas por una hermosa arboleda voy al encuentro de los amigos de
aquellos tiempos, para ese entonces una reunión muy importante se resolvía si
uno de ellos el cual tenía muy buena voz, se inscribía en el concurso de
cantantes de tango que se iba a realizar en las próximas semanas.
El lugar era una esquina del viejo Buenos Aires
una de tantas en aquel momento pero diferente para este invisible nostálgico,
había en esa esquina un buzón postal pintado de un color rojo era el faro púes
ese era el habitual lugar de reunión, casa bajas con jardines adornados con
hermosas flores que perfumaban ese espacio del que nos habíamos apropiado.
No podría ser mejor el lugar elegido una
esquina un buzón una ochava en ella una casa, un paredón en donde sobresalía sobre él flores
multicolores que exhalaban su fragancia, una enredadera y glicinas azules y blancas era
el marco de la casa de la ochava una puerta de hierro pintada de verde completaba
el cuadro, desde ese lugar privilegiado los muchachos suspiraban por la
vecinita de la vereda de enfrente esperando o tal vez espiando su salida.
Hoy hay baile en el club ese club al que
también concurríamos para jugar al billar o simplemente charlar o tomar un café,
algunas mesas ya están ocupadas por los habitúes de siempre algunos veteranos
jugando una partida de dominó, había que definir la hora para reunirnos casi
siempre nos encontrábamos con los mismos conocidos.
Comienza el baile con los ritmos de moda de
aquel entonces siempre con selectas grabaciones rara vez se presentaba una
orquesta en vivo todo un acontecimiento, era en ese entonces el tango el más
popular luego el jazz y alguna orquesta característica, eran tiempos que las
madres llevaban a sus hijas y algunas amigas de esta, sentadas en una silla sin
vigilar… vigilaban.
Todo era distinto es difícil explicarlo tal vez
no se entienda pero haré un esfuerzo para clarificarlo, la moda era así las
damas estaban a un lado del salón sentadas o paradas esperando que alguno de
los caballeros las saque a bailar, del otro lado enfrentado estaban los
caballeros lo curioso de todo esto es el famoso cabeceo.
Consistía sencillamente cuando el caballero elegía
a la dama esperaba que ella lo mirara cuando sus miradas se encontraban el
hacía un pequeño cabeceo, si la dama aceptaba ella hacía un movimiento de
cabeza entonces el hombre se acerca hasta donde se halla la dama y extendiendo
la mano la invita a bailar.
Donde se guarda las fotografías de la vida ellas quedan grabadas en la retina la pondremos en imágenes, los otros los recuerdos ellos están dentro de mi mente estarán guardados en escritorio, basta tocar un botón del teclado para que ellos se presenten y me permitan encontrarme con ellos nuevamente.
De pronto escucho ladridos no se que ha pasado
si tuve un ensueño o un bonito sueño, esos
ladridos me llaman a la realidad desde un balcón cercano ladra estruendosamente
un perro caniche blanco lo llaman Burbuja por eso de la pompa de jabón, y le
responde un enorme mastín Cacique es su nombre desde otro balcón armando entre
ambos un batifondo que es imposible no escucharlos, ellos son los responsables de
que aquel sueño nostálgico quede trunco en esta tarde donde el sol ya está casi
desapareciendo como se ha esfumado mi fantasía...si PARECE QUE FUE AYER.
alejandrobojor@gmail.com .........ALEJANDRO CAPLAN