Capitulo I
En medio de la campiña en algún lugar de
Francia, entre los inmensos viñedos esperando sus frutos para ser recogidos se
encuentra una gran mansión señorial al que le antecede un hermoso parque
rodeado de frondosos árboles y flores, en su entrada un cartel que indica el
nombre de la residencia el Edén, el dueño de la hacienda un millonario que
pocas veces se llega a la vivienda
En la misma habitan la misma un administrador
el ama de llaves y la servidumbre compuesta por un mayordomo y dos mucamas. El
dueño un excéntrico personaje de carácter huraño viajero del mundo de florida
verba amante de la velocidad, siempre se desplaza en una Ferrari roja su
historia se remonta a casi treinta años atrás cuando ocupa la casona con su
flamante esposa.
De esa unión nacen dos hijos Antoine y Benoit
su prematura viudez lo hizo distante de sus hijos que fueron criados por
institutrices, los años se suceden ya mayores el mayor tendría unos veinte y
cuatro años y el menor como dos años de diferencia se fueron a vivir a París,
cada uno siguiendo su vida en los dos departamentos que ocupan uno de ellos el
mayor bohemio y jugador empedernido en tanto el otro emprendedor.
Debido a esta situación una o dos veces al año
se encuentran con el padre para que les alivie las condiciones, sus vidas
transcurren sin contratiempos hasta que un día reciben una noticia enviada por
el mayordomo de la casa que los moviliza a trasladarse a la residencia, en la
cual le indicaba muy escuetamente que el padre había tenido un accidente
automovilístico.
Llegando a la casa se enteran de la infausta
noticia de la muerte de sus padre en el accidente, comienzan un duelo hasta su
sepultura en el predio junto a la tumba de su esposa, luego de una consulta con
su abogado deciden cobrar el seguro púes el legista que también era el mismo
que tenía su progenitor se lo había comunicado.
La aseguradora instruye a un representante para
verificar la denuncia que ya previamente se había hecho en la policía, llegado
al lugar del accidente constata el accidente y comienza su tarea, y luego lee
la denuncia que se hizo en la policía y descubrió una falla en la declaración.
Capitulo II
La empresa aseguradora según testimonio de su
representante no se trató de un accidente, y la policía tenía que investigar
sobre un posible homicidio porque en una rueda delantera había un orificio de
bala, que posiblemente produjo un reventón de la misma que produjo el
accidente.
Se hace presente en la mansión el inspector
Francois para conocer a las personas que habitan en la residencia, y a los
hermanos hijos del difunto comienza a preguntar las preguntas de rigor, donde
estaban el día del accidente luego preguntas relacionadas con el dueño, las
respuestas fueron difusas lo que puso más confusión a la investigación.
A las preguntas les suceden silencios como si
quisieran evadir las respuestas, la preguntas eran de rigor cuando vieron a su
padre por última vez respondieron con evasivas, el porque era que realmente lo
veían una vez y alguna vez hasta dos veces al año, y una pregunta quedó
flotando en el aire el inspector preguntó además del viñedo que otra actividad
tenía, el silencio completó la escena no sabían de ninguna otra diligencia.
El Inspector duda de los silencios y de los
dichos de los hermanos pero está atado de pies y manos para investigar el caso,
por el momento y antes de retirarse les anuncia que están en etapa de
investigación y no pueden salir del país, no tiene pruebas ni testigos de la
tragedia es entonces que comienza a investigar a la victima, así averigua que
el nombre del difunto era Ronald y tenía muchas salidas al exterior sobre todo
al continente Africano, pensando quizás un amorío va reconstruyendo su vida y
de sus circunstanciales conocidos.
Capitulo III
Ya avanzada la investigación comienza a
recurrir a testigos difícil misión púes lo escarpado y sinuoso del camino pocos
o casi nadie lo transita, se acerca al lugar todo desierto solamente unas
cabras entre las rocas, se sienta al costado del camino sobre una roca con la
esperanza de encontrar algo o alguien sepa algo del accidente, espera unos diez
minutos nadie se acerca pero tiene una corazonada se dice para si mismo si hay
cabritos debe haber un pastor y comienza a buscarlo.
El sol en lo alto da un calor abrasador se saca
el saco que ya a esta altura era una prenda pegajosa insoportable y la lleva en
la mano, y allá a lo lejos alcanza a ver a una persona sentada bajo el único
árbol a la sombra, y efectivamente era el pastor comienza a preguntarle si
había visto el suceso y su sorpresa fue mayor cuando el pastor dijo que
recuerda y fue el que dio aviso a la policía.
Por la carretera venía
un auto muy rápido cuando de pronto se escuchó un sonido como cuando se pincha
una goma el auto entró a hacer zigzag y cayó al
precipicio eso lo conté a la policía.
Ahora el inspector ya no tuvo duda el accidente
fue realmente un homicidio pero no encuentra hasta el momento la causa ni el
arma homicida ni el autor del mismo, para un investigador lo que tenía entre
manos era nada estaba frustrado pero aún así continúa con la investigación, y
decide trasladarse al Continente Africano y recorrer los lugares que el occiso
frecuentaba en busca de alguna prueba que podía relacionarlo.
Buscando la mujer que creía era el motivo de
sus frecuentes viajes se encuentra con unas relaciones con sujetos que tenían
causas en el continente europeo por contrabando en ese momento se convenció que
la causa que lo llevó era más compleja que lo que creía.
Capitulo IV
De regreso a su escritorio comenzó a tratar en
un primer momento de averiguar la causa para tal fin se encamina al lugar que
se llegó al principio, para interrogar a los otros habitantes de la casona de como se comunicaban con el patrón el administrador le comunica que el dueño se
comunicaba por vía telefónica, y le daba órdenes es entonces que el
investigador pregunta que clase de órdenes.
Es entonces que el administrador le describe
que él era el que distribuía a los clientes las cajas de vinos, que tenían
distribuidas por casi todo el continente es entonces que el dectetive le pide
ver dichas cajas, el administrador lo conduce hasta la cava que se encuentra en
el sótano de la casa.
Las mismas eran unas hermosas cajas de madera
con doce botellas de vino, la madera sostenida por un esqueleto de metal con unas
patas de metal macizas, vuelto a su distrito sentado en su escritorio quiso
saber a quienes les enviaban las cajas, ahí descubrió que solamente se le
enviaban a tres personas es cuando comenzó a desconfiar, tanto de la victima
como del administrador, el resultado de la investigación se la hizo llegar a su
superior y le pidió colaboración.
Allanada la vivienda en la parte superior de la
misma en la terraza encuentran un palomar la pregunta de rigor se la hacen al
administrador, este responde que le gusta criar palomos y que es miembro de la
asociación colombófila del lugar, esto no llamó la atención al personal que
allanó la casa pero para el inspector creyó ver algo turbio, y por eso pidió
inmediatamente que trajeran un envoltorio donde estaba la caja de los vinos.
Tal vez el olfato de estar tratando con
delincuentes creyó ver una trama de complicidad una vez que tuvo ante si la
caja comenzó a estudiarla, creyó ver un contrabando pero no sabía de que, una
corazonada lo lleva a desguasar la parte metálica el soporte de la caja y al
abrir las patas de la misma se encontró con la sorpresa que las mismas eran
huecas y recubiertas sus paredes por dentro con otro metal y en el hueco
diamantes es entonces que descubre una organización que contrabandeaba diamantes.
Capitulo V
A esta altura de los acontecimientos el
inspector había desbaratado una banda que contrabandeaba diamantes los
frecuentes viajes que le victima hacía al Continente era para preparar la
salida de los diamantes, pero no quien era el victimario haciendo creer que era
un accidente para eso llamó al administrador que estaba aprendido por ser
participe de una asociación ilícita, y sospechoso del homicidio lo que él negó
de ser participe del mismo y tener una condena a cadena perpetua.
Comenzó diciendo como era el modus operandi del
contrabando y confiesa ante un juez
diciendo Por medio de palomas
mensajeras para evitar los audio le advertían cuando iban a mandar una
encomienda la cual contenía escondida los diamantes las enviaban a una estafeta
postal en un remoto pueblo de un escondido paraje luego las buscaba y las
colocaba en las cajas que luego distribuía yo no tuve nada que ver con el
homicidio siempre creí que fue un accidente
A todo esto nuestro investigador estaba en un
dilema todavía no sabía quien fue el victimario él tenía tres teorías la
primera la del administrador quedaba descartada, las otras dos una que fuera un
cazador furtivo que abundaban por el lugar que en vez de acertarle a la presa como
el coche de la victima iba a muy alta velocidad la fatalidad hizo que diera
sobre un neumático que causó la tragedia, quedaba una tercera y es era
averiguar que socios tenía en ambos continentes que quisieran quedarse con el
negocio
La avidez y la codicia pueden hacer que estos
diamantes de sangre despierten instintos malsanos hasta convertir al ser humano
en homicida es así que el investigador continúa con la búsqueda del presunto o
presuntos criminales.
Los hijos del difunto se han quedado dirigiendo
la mansión señorial y sus viñedos lejos del mundanal ruido de las grandes
ciudades quedando a cargo de la hacienda que se llamó. EL EDÉN.