Este relato comienza tiempo atrás en un
comienzo de primavera, no soy muy partidario a visitar a los médicos, pero a mi
edad la máquina comienza a aflojar algunos tornillos, y las piezas se van
desgastando, a instancias de la patrona estamos sentados en el consultorio
esperando ser llamados una vez dentro el galeno me mira, creo ver en su mirada
un signo de interrogación, me mira con cierto recelo me ausculta, y me dice
usted hace mucho que no me visita, tenemos que hacer algunos análisis, a eso le
tengo fastidio el de llevar las aguas en el colectivo, hice como se dice de
tripas corazón y me largué.
Aquí estoy nuevamente sentado en el consultorio
esperando que me llamen, la voz de la asistente pronuncia mi nombre, ya estoy
frente al medico, él mira los estudios yo estoy ansioso, me tranquiliza me dice que los mismos
salieron bien, pero a mi edad tengo que seguir algunas pautas, me mira y con
una sonrisa me expresa.
Señor gordito tiene que empezar a caminar, le explico que algunos mandados hago y camino un poco, me indica que caminar no es eso, me pregunta si tengo una plaza cerca, le digo que si, vaya a tratar de caminar y dar vuelta a la plaza eso es lo que necesita, lo quiero ver digamos dentro de tres meses con unos kilos menos.
Señor gordito tiene que empezar a caminar, le explico que algunos mandados hago y camino un poco, me indica que caminar no es eso, me pregunta si tengo una plaza cerca, le digo que si, vaya a tratar de caminar y dar vuelta a la plaza eso es lo que necesita, lo quiero ver digamos dentro de tres meses con unos kilos menos.
Me voy disponiendo a ir a caminar por la plaza,
para tal acontecimiento mi vestimenta es una remera, un short, un par de
zapatillas, una medias blancas y un sombrero que fue lo único que conseguí para
el sol, ninguna gorra me quedaba bien tengo la cabeza tan chica que me tapaban
las orejas y opté por este sombrero azul que es de pescador, pues tiene unos
bolsillos para los anzuelos, es lo que pude conseguir, me olvidaba, una
botellita de agua para no deshidratarme.
Era un día hermoso pleno de sol, estaba lindo
para una caminata luego de la primera vuelta me cansé, encuentro un banco y me
siento a descansar un rato, para más luego seguir mi camino, lo continué por
varias semanas y siempre me sentaba en el mismo banco, observando a los demás
caminantes tratando de adivinar sus distintas profesiones u oficios por su
contextura.
Estoy sentado trato de adivinar, me río solo y
continúo adivinando, este hombre está un poco gordito puede ser oficinista por
estar todo el día sentado y así por un tiempo, cuando de pronto aparece ante mi
vista una señora con un perrito blanco parecía una pompa de jabón, el perrito
me mira como si adivinara mi aversión a los perros, será tal vez una regresión
atávica o algún trauma de chico yo no me acuerdo.
Día tras día siempre pasa con su dueña y se
acerca a mi persona y siempre como una prueba de afecto pasa su nariz sobre mis
zapatillas, el otro día conseguí una pelotita de tenis y cuando la vi le mostré
la pelota, se puso contenta y comenzó a mover la cola quería jugar conmigo, le
lancé la pelota y corriendo la trajo hacia mi para poder seguir jugando.
Desde ese momento mi temor por los perros
desapareció, ese pequeño montoncito de carne y pelos me cautivó ella es..... MI
AMIGA PEPA
alejandrobojor@gmail.com......ALEJANDRO CAPLA N
alejandrobojor@gmail.com......ALEJANDRO CAPLA N
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