Frente a la pantalla de mi
computadora un poco cansada la vista me dispongo a descansar, miro a través del
ventanal, advierto las primeras luces de la calle, que se ven amortiguadas, por
las hojas de los árboles, que hacen que aparezcan parpadeantes y se desvanezcan,
por el movimiento que les trae una leve brisa.
Me siento en mi sillón favorito, y permanezco en penumbras, el viento trae un rumor de bombos y platillos, estamos en época de carnaval, pienso que la comparsa debe de estar en su apogeo con sus piruetas y cabriolas.
Me siento en mi sillón favorito, y permanezco en penumbras, el viento trae un rumor de bombos y platillos, estamos en época de carnaval, pienso que la comparsa debe de estar en su apogeo con sus piruetas y cabriolas.
Ya las sombras de la noche tienden
su manto obscuro arropando los sueños, el del niño que espera en un día del mes
de Enero, con los zapatos colocados en la puerta, que los Reyes Magos
cabalgando sus camellos, le traigan el anhelado juguete.
La joven adolescente, que sueña con su vestido blanco, y su tocado, y en sus manos un ramo de flores, camino al altar, el padre ver crecer a sus hijos, todos ellos sueñan distintos sueños como transitando distintas lunas, en esta noche cobijados bajo su manto.
La joven adolescente, que sueña con su vestido blanco, y su tocado, y en sus manos un ramo de flores, camino al altar, el padre ver crecer a sus hijos, todos ellos sueñan distintos sueños como transitando distintas lunas, en esta noche cobijados bajo su manto.
Dispersos mis pensamientos, vagando
en la brillante obscuridad, hacen que me traslade dentro de un inmenso abanico
de posibilidades, trayendo recuerdos que luego se esfuman, como una película
cuadro tras cuadro, van repasando historias que ya olvidadas en mi mente, en un
instante se hace realidad.
Este este relato está lleno de palabras, en cierta oportunidad alguien dijo con buen criterio que las palabras son solo eso palabras, ellas por si solas no discriminan quien es la buena o quien es la mala, nosotros somos los discriminadores.
Este este relato está lleno de palabras, en cierta oportunidad alguien dijo con buen criterio que las palabras son solo eso palabras, ellas por si solas no discriminan quien es la buena o quien es la mala, nosotros somos los discriminadores.
El que escribe puede percibir, que
cada palabra trae consigo una imagen, que en otro idioma que no conozca resulte
una palabra más, las hay cortas solo de cuatro letras, que al pronunciarlas tienen
la potencia, el retrato de polos antagónicos dos palabras,
Amor es la primera, odio es la segunda, las hay que crean una figura solamente al pronunciarlas, guerra sensación de crueldad, manantial sensación de paz placidez.
Amor es la primera, odio es la segunda, las hay que crean una figura solamente al pronunciarlas, guerra sensación de crueldad, manantial sensación de paz placidez.
Voy abriendo puertas dentro de mi
mente, desfila ante mi la infancia, alguien con mirada absorta encuentra en los
brazos de los padres el camino a seguir, la adolescencia con sus encuentros y
sus desencuentros, la adultez con recuerdos gratos y de los otros, ahora se me
escapan, no veo nada más, que extraño, quería que la película siguiera, que
sensación de vacío.
La mañana me encuentra sentado en el
sillón, los rayos del sol dan de frente a mi rostro, me despabilo poco a poco,
comprendo lo que me ha pasado, yo también me he quedado dormido, la noche con
su manto obscuro me ha cobijado en mis sueños, yo como muchos estoy transitando
distintas lunas entre PENUMBRAS Y SOMBRAS
alejandrobojor@gmail.com ..........ALEJANDRO CAPLAN
alejandrobojor@gmail.com ..........ALEJANDRO CAPLAN
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