concierto de Aranjuez

domingo, 10 de noviembre de 2013

ALMANAQUES




Procurando llegar a mi casa esperando la luz verde para así poder cruzar, fue tal mi apresuramiento que tropiezo sin querer con un individuo. Un perdone usted salió de mi boca, pero el hombre con mirada torva levantó los hombros y no dijo nada.

Desde la vereda de enfrente lo observo por curiosidad, todavía se encontraba en el mismo lugar como si esperara a alguien, la vestimenta del sujeto era todo un personaje,  ataviado con un short bastante apretado para su abultado abdomen, calcetines blancos y zapatillas del mismo color, una musculosa verde fluor, un sombrero azul de esos que usan los pescadores y para completar la imagen, en la mano una botella de agua.

No era yo solo el que lo observaba eran varios que lo miraban, ese veterano así vestido y parado en una esquina, parecía un disfrazado esperando el tiempo del carnaval.

Comienzo a retomar mi camino con una sonrisa cuando veo que se aproxima una persona al hombre, es el individuo que estaba esperando de contextura grande viste muy parecido al primero pero el short del año pasado le quedaba más apretado que al anterior.

Por los ademanes que hacían pareciera de una película italiana que había visto ya hace mucho tiempo, el primero de los individuos le reprochaba al otro la tardanza, y el segundo le indicaba con el dedo el short, por lo curioso del caso creí entender que el retraso fue por que no le entraba el pantaloncito.

Luego de un rato se encaminaron en dirección del parque y los perdí de mi vista, cuantos almanaques juntos la de esos dos veteranos fue tan risueña la situación que por primera vez en el día pude sonreír.


Ese era mi problema nunca podía reírme ni siquiera sonreírme, tenía como una congoja que me estrujaba el alma y no lo podía describir, y lo comenté con un compañero de trabajo este me dijo tienes que ir a un médico el te lo va a solucionar, me recomendó uno que por oídas de otras personas era toda una eminencia y me entregó la dirección.

Estoy sentado en la sala de espera del consultorio la asistente muy gentilmente me pregunta si tenía turno que contesté afirmativamente estaba acompañado por mi esposa, por fin nos tocó el turno se abre una puerta y entramos al consultorio el galeno nos ofrece unas sillas y nos invita a sentarnos.

El profesional estaba sin el clásico guardapolvo y con cara de póker es esa expresión que no denota ni alegría ni tristeza, parecía Napoleón pero sin su sombrero ni su mano en el estómago debajo de su camisa y hace su clásica pregunta ¿ Señor que le anda pasando? Le explico mi problema y con total calma me dice  pase usted a la camilla que lo voy a auscultar, luego de revisarme toma la presión arterial y nuevamente me hace sentar y con voz parsimoniosa comienza a hablar.


Señor le he tomado la presión arterial y está un poco alterada y por tal motivo lo tengo que medicar una pequeña pastillita todos los días y va a andar bien, por lo demás no veo nada anormal pero tengo que hacerle unos estudios y un par de análisis para complementar, por el momento no tiene que comer con sal y en lo posible bajar de peso,  señor para completar la ficha cuál es su trabajo le explico que trabajo en un estudio contable con números balances impuestos, con computadoras o sin ellas, con computadoras les respondo y mirando a mi esposa con la mirada le pregunto que tendrá que ver mi trabajo con todo esto.

Retoma nuevamente la conversación el doctor, según lo auscultado usted sufre según los síntomas lo que se conoce como un principio de Rutinitis, es una enfermedad nueva que se ha descubierto recientemente, es una inflamación del alma a causa de la rutina,  a diferencia de la Rutinosis que ya es más delicada por ser esa una infección del alma, por ahora no sabemos donde se encuentra pero existe, si no se cura puede llegar a la depresión al parkinson o al alzhéimer.

A raíz de su trabajo está muchas horas sentado le recomendaría que cada dos horas se levante y camine un poco y aunque la naturaleza no lo llame, se llega hasta el baño o si no sale a comprar una bebida lo principal de todo esto es que camine cada dos horas, y no se olvide de las manzanas

Doctor también tengo que comer manzanas no me dijo nada de eso No señor usted está muy gordito puede ser al sedentarismo así que nada de comer, todos los días por ahora dos vueltas manzanas y lo quiero ver digamos dentro de tres meses con los estudios.


Los almanaques uno a uno se fueron juntando ahora ya estoy curado, cuando pienso o recuerdo el primer encuentro con el galeno una agradable sensación me sacude todo el cuerpo y salen de mis labios una risueña y sonora carcajada.


alejandrobojor@gmail.com ........ALEJANDRO CAPLAN. 



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