El despertador ha sonado como todos los días y
como todos los días yo no lo escucho, es la hora de levantarse alguien me lo
recuerda, todavía soñoliento caminando como un zombi me dirijo para acicalarme,
la rutina diaria comienza me dirijo hacia mi trabajo para lo cual tengo que
introducirme por la boca del subterráneo.
De pronto alguien que se ha pasado de estación
se para sorpresivamente, y ahí quedó como premio mayor un asiento todos van
hacia él pero me senté primero, bueno no me senté fue tanta la fuerza que me
sentaron, lo primero que sentí fue un agudo pinchazo es que no había visto que
sobre el asiento quedó un libro de tapas duras, y el borde de ese pequeño libro
era el causante de mi dolor.
Casi es la hora de almorzar los compañeros me
invitan pero como estoy un poco cansado declino la invitación y prefiero tratar
de dormitar cosa que no puedo, es que todas las noches el bebé se despierta
seguido, y hay que darle la mamadera y con mi esposa nos turnamos, suavemente
tocando el hombro me despierta ahora te toca a ti, me levanto medio dormido
caliento la mamadera lo miro al bebé, y a veces creo que es un marciano
disfrazado de bebé no puede ser tanto ensañamiento.
Miro el escritorio para que todo esté en orden
cuando descubro el libro que ya casi lo había olvidado, la curiosidad hizo que
abra el mismo para hojearlo comienzo e leerlo y en su primera hoja decía,
primero de Enero de mil novecientos treinta y nueve como llegó el libro de
quien sería que después de tanto tiempo se conservara tan intacto, la intriga
hizo que comenzara a leerlo para que me pudiera decir de aquella época sus
costumbres sus pensamientos.
Sigo leyendo pero salteando algunas hojas para
encontrar en una de ellas algo que me llamó la atención. En esa hoja estaba
escrito primero de noviembre de mil novecientos cuarenta pareciera que la letra
estaba un poco ilegible como si una lagrima se posara sobre ella, que decía la
desilusión me llega muy hondo me ha enterado que él se ha casado y yo seguiré
mi vida fingiendo que nunca lo he querido.
Frases como esa se van repitiendo hoja tras hoja
dejo de leer y me llego casi a las últimas hojas pero no había casi nada
escrito donde habla de un amor de juventud.
Es así como acabo de enterarme de los SECRETOS
OLVIDADOS
alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN
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