Recojo las cortinas del ventanal observo la
calle desierta, el tiempo desapacible bajo una pertinaz lluvia hace que la
gente se refugie de ella como si quisiera desaparecer, triste y nostalgioso se
presenta este día propicio para hablar con los recuerdos, este invierno que se
resiste a la llegada de la primavera. Como es costumbre me dirijo al café que
frecuento desde hace muchas lunas, los almanaques han hecho que mis cabellos poco
a poco como hilos de plata han quedado blancos.
Desafiando las inclemencias de este frío
invernal me llego hasta el viejo bar que lo han mantenido cuando acostumbraba a
ir de muchacho, las mesas gastadas no tienen el esplendor de entonces lo mismo
que las sillas, todo está igual parece una obra teatral que solamente cambian
los actores, el que se refugió en el alcohol por un mal de amores un desengaño,
aquellos que hablan bajo negociando y haciendo números, y los habitúes cuatro veteranos
con su juego de dominó.
Distraído en mis pensamientos no observé que a
pocos pasos de la mesa que estaba sentado había una persona parada frente a mi
que me miraba fijamente todavía con el paraguas en la mano tratando de cerrarlo
el extraño dice Perdone si lo confundo
usted es muy parecido a una persona que conocí hace mucho tiempo tu eres Ale
asentí con un movimiento de cabeza, me sorprendió que conozca mi nombre y tu
quien eres yo soy Juan me contestó te acuerdas de mi como para no
recordarlo era el chistoso de la barra con más años y menos cabello pero su voz
no cambió, un abrazo cerró ese encuentro.
Ya sentados en la mesa tratando de recordar los
tiempos que se fueron para quedarse en un rincón de los sentimientos, así la
conversación va girando y pasando por distintos comentarios, le pregunto ¿Dónde
vives que no te había visto antes? Me
mudé hace poco tiempo cerca hoy es la segunda vez que vengo y siguió
hablando resulta que estoy solo y no
quería molestar a mi hija con la familia y me ubiqué en un departamento chico
de un ambiente y por ahora me manejo bien luego hablamos de nuestras
familias hasta que pensativo me dijo tu
crees en los fantasmas, le dije que no ¿no será una de tus bromas? para nada me contestó bastante afligido.
Juancito el de los chistes y las bromas me dice compungido. Te cuento que hace un par de meses me persigue una mala suerte o racha
como quieras llamarle muy llamativa, era
tan intensa que me dijeron que tenía el mal de ojo no les hice caso pero como
continuaba fui a ver a alguien para resolver el problema, luego de unos meses
que andaba lo más bien comienza nuevamente la mala suerte, encuentro un
departamento el que ahora habito con un alquiler muy barato me sentí aliviado
se había acabado mi mala suerte, hasta que me puse a conversar con los vecinos
que me dijeron que el departamento lo alquilaban barato por que estaba
embrujado no le di importancia hasta que anoche comenzaron los problemas.
Le mencioné que para su tranquilidad se deshiciera del sillón, me dijo que era imposible el sillón era parte del mobiliario del apartamento que alquilaba y agregó yo no creo en fantasmas pero que los hay los hay, luego seguimos con otros temas pero algo quedó flotando en el aire, se nos hacía tarde a ambos y nos fuimos despidiendo quedando en encontrarnos más adelante para otra de las.... CHARLAS DE CAFÉ.
alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN
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