En un día lluvioso y triste me encuentro
sentado detrás de un gran ventanal observando la lluvia y las pequeñas gotas
que golpean sobre el vidrio, lentamente se van deslizando dejando su estela
hasta desaparecer, frente a mi una mesa chica adornada con un coqueto florero
con tres claveles blancos y una humeante taza de café, su exquisito aroma poco
apoco va invadiendo todo el recinto.
La mente se ha puesto en blanco algunos
recuerdos que llegan y luego se alejan, hay muchas leyendas una de ellas trata
de explicar el origen de esta bebida, que sorbo a sorbo voy lentamente
saboreando mientras su agradable aroma va penetrando a través de mis sentidos.
La leyenda cuenta que un pastor llamado Kaldi
observó el efecto tonificante de unos frutos rojos de un arbusto que sus cabras
habían consumido de los montes, esto ocurría en el cuerno del África en un
lugar de Abisinia la actual Etiopía, comprobado esto llevó unas muestras de
hojas y frutos a un monasterio o a un santo musulmán hasta aquí la leyenda se
va perdiendo depende de la versión de quien la cuenta.Los monjes probaron el brebaje preparado de los
frutos evitando quedarse dormidos en los oficios religiosos nocturno.
El conocimiento de esta bebida fue
expandiéndose a los países árabes y posteriormente a toda la región, más tarde
con la llegada de extranjeros mayormente de Europa esa deliciosa infusión se
difunde por todo el mundo.
Su exquisito aroma se encuentra en la última
etapa cuando se produce el tostado del mismo como así también su color, su
molido le da sabor, distintas preparaciones para distintos paladares.Cumple una función social haciendo nexo entre
dos amigos despidiéndose, que perfecta
excusa nos vemos un día de estos y tomamos un café, ese café humeante que despierta los sentidos,
compañero de un solitario en solitario mirando detrás de un ventana de un bar
pasar la vida, y sobre la mesa el pocillo de café, acompañando quizás a un
esforzado estudiante en una noctámbula noche de estudio.
En el mundo existen distintas maneras de
preparación del café según las preferencias, los hay mezclados con leche, café
con crema, con crema canela y unas gotas de coñac, y uno muy especial el
denominado café turco que además de su aroma trae consigo una sorpresa la
curiosidad se impone.
Como premisa primero la preparación en un
(yisbe) un recipiente que tiene en su punta un vertidor y un largo mango metálico,
se coloca agua junto al café hasta que hierva el agua y se lo vierte en una
taza de porcelana, es en ese momento que el aroma del café es más exquisito, se
forma una especie de borra se deja reposar para que la borra llegue al fondo de
la taza, luego saborea el más rico café que hayas tomado.
Por último si quieres saber tu futuro una vez
que lo hayas saboreado da vuelta la taza sobre el plato, la borra se va
deslizando como lágrimas en las paredes de la porcelana ellas son si quieres
saberlo el futuro………
alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN
No hay comentarios:
Publicar un comentario