concierto de Aranjuez

lunes, 5 de enero de 2015

SU NOMBRE........JUAN SIN NOMBRE


El mundo en su eterno girar hace que nuestras vidas también giren y nos traigan de un pasado historias que van quedando grabadas en nuestra mente, y que algún nostalgioso o tal vez un memorioso las traslade desde su imaginativa a nuestros tiempos.


Que contradicción el título de esta historia de Juan sin nombre como puede ser he aquí la historia. Un suburbio de casas bajas allá en el tiempo, barrio de inmigrantes con ellos llegaba la esperanza sus hábitos sus costumbres, casi todos ellos esperaban que sus anhelos se cumplieran su hijo doctor con chapa en la puerta, como aquel zapatero remendón trabajando afanosamente para que se cumpliera su sueño.

Un cierto día llega al conventillo de la otra cuadra el cual tenía el pomposo nombre de casa de inquilinato, una pareja de inmigrantes con un chiquilín de más o menos de nueve años casi la misma edad del piberío del barrio, dijo llamarse Juan lo aceptamos se distinguía por ser el único rubio de la pandilla sin embargo su madre lo llamaba por su apodo eso ocurrió hace mucho tiempo.

Nuestros juegos eran simples el balero el yo-yo los interminables partidos de fútbol con la pelota de goma incluso casi al anochecer hasta que la pelota no se podía ver, con un carozo de durazno raspando contra las paredes hacer un anillo, juntar paquetes de cigarrillos vacíos para hacer cinturones, nos encontramos que Juan era pendenciero tramposo en los juegos pero siempre estaba con nosotros.

El mundo gira y el tiempo pasa, aquellos pibes de pantalón corto que algunos lo sujetaban con un cinturón otros con un par de tiradores, ya usan pantalón largo y ven con otros ojos a la vecinita de la otra cuadra, los famosos asaltos, (no los que hay ahora) eran bailables que se realizaban en alguna terraza, las mujeres la comida y los hombres las bebidas nunca alcohólicas bajo la atenta mirada de un padre o una madre vigilante por si acaso.

Sigue girando el mundo y nuestro tiempo, marionetas manejadas por el destino han pasado varios años desde la época de los pantalones largos, y nos encontramos en el viejo bar ese que lo mirábamos desde afuera, en una de sus mesas organizábamos ese sábado donde ir a bailar, en ese periodo ya Juan era un apuesto joven y las chicas se le pegaban como miel, para ese entonces tenía muchas novias pero él no era novio de ninguna su amor la calle, era su mundo.

Desde pequeño viendo películas decía que el iba a ser actor, como cuando veíamos en el celuloide a actores de la talla de Tyrone Power, Robert Taylor, Gary Cooper tanto hizo que se presentó en varios casting y en algunos quedó por su presencia, como extra.


Mientras tanto con el correr de los años el grupo se fue disgregando, por mucho tiempo no supe nada de la vida de Juan hasta que por casualidad encontré a Carlos uno de los amigos que formaban el grupo, ese encuentro casual terminó en una mesa de un bar él me expresó que hacía poco le habían dicho que uno de los amigos lo encontró a Juan.

Poco a poco lo fui conociendo nunca un trabajo fijo fue siempre un busca vida, tenía buena presencia y a su favor muy buen decir, un día era vendedor en una inmobiliaria,  alguna vez estaba vendiendo lapiceras en el subterráneo, directamente del fabricante él hizo como que no me vio yo hice como que no lo conocía.

Me apasionaba el fútbol y como tal iba a la cancha a ver los partidos donde jugaba el equipo del cual era simpatizante, fue en un invierno hacía un frío intenso las tribunas de madera entre escalón y escalón corría un viento casi imposible de aguantar sin algo que calentara el cuerpo.

En ese entonces pululaban en medio de las tribunas unos uniformados de color verde con su clásico birrete del mismo color, llevaban un recipiente con una canilla en su parte inferior voceando, café calentito el café.

Como  salido de mi pensamiento uno de ellos se para ante mi saca un vaso de papel y me sirve un café, y me dice Negro tómalo está calentito levanto la vista y el que me está mirando es Juan y sigue su camino voceando, café calentito el café y guiñando un ojo me dice hasta la vista.

El destino quiso que hoy lo vuelva a ver en una esquina porteña en la calle venía de traje  gira el mundo y nosotros con el volvía a su primer trabajo, la mesa de un viejo bar fue el encuentro, una conversación amena poco a poco se fue trasladando hacia los tiempos que nos conocimos teníamos distintos puntos de vista en relación a lo que se supone ir viviendo la vida me expresa.

La vida la ves y la vivís según el cristal con que se mire, vos Negro (ese era el apodo con el que me conocían) viviste casi toda la vida enfrascado en el estudio, y dentro de ese frasco pusiste tus conocimientos, números letras cuadernos notas libros, y a través del cristal de ese frasco ves pasar la vida nada te dicen los libros solo unas frías letras donde no trasunta vivencias ni emociones.

Yo lo veo con otra óptica el estar conviviendo día a día con la gente, ella trasluce sus alegrías sus tristezas sus esperanzas eso no te lo dicen los libros, tienes una percepción especial de cuando te dicen la verdad o cuando te están mintiendo o con una doble intención. Quedé como petrificado de este filósofo de estaño y cuando nos estamos despidiendo me indica en tono de broma tu fuiste a la primaria la secundaria la Universidad tienes un título y una chapa en la puerta, yo en cambio pasé muy rápido la primaria la secundaria y me recibí en la Universidad de la calle.


Sigue girando el mundo y con el tiempo van pasando los años capaz que más rápido para estos cuatro veteranos, que son los que quedan de esa amistad de la niñez, se reúnen una vez al mes en el viejo bar que aún subsistía, cuatro jubilados veteranos con sus cabellos grises tratan de arreglar el mundo.

Uno de ellos tira un tema y todos opinan, el tema que están tratando es sobre la educación, la opinión estaba dividida entre la educación de sus tiempos o la actual,  ignorando que el progreso ha superado todo lo antiguo alguien opinó, que lo actual es más superador que el lápiz Faber o la lapicera cucharita y la tinta y el tintero pero ese razonamiento para las pruebas que se hacían para comprobar las sumas las restas la multiplicación y la división, con solo un clic lo consiguen no razonan.

La conversación fue desviándose a otros temas cuando dijeron algo de Juan, con el tiempo me había olvidado de él, dijeron está en un geriátrico y con otro amigo lo fuimos a ver. Preguntamos por él como no conocíamos el apellido tratamos de averiguar por su nombre Juan, lo fueron a buscar y vino un desconocido tratamos de averiguar si él era el Juan que conocíamos pero no era él, fue cuando el desconocido nos dijo que le parecía que había otro Juan pero todos lo llamaban Scliar, algo sonó en mi cabeza ese era el apodo el cual lo llamaba la madre, ese era el nombre de un futbolista de un equipo de aquellos tiempos el que era simpatizante Juan.


Luego de recorrer un largo pasillo llegamos hasta él estaba bajo la sombra de un árbol en el parque al aire libre no lo conocimos, ni él a nosotros de su cabellera rubia ni rastros el que estaba frente era semicalvo con unos hilos de plata sobre los costados, sus ojos verdes brillante se habían opacado arrugas que representaban la edad que tenía.

Cuando le dijimos quienes éramos se alegró y nos pusimos a charlar nadie lo visitaba había perdido a los padres El Juan que conocíamos cambió de rumbo, amigos de la noche porteña lo fueron desviando y entre noches de juerga y licor llegó a donde llegó,  preguntas teníamos a montones una de ellas fue cual era su verdadero nombre, nos miró y alzando una ceja nos dijo mi nombre es Inocencio era una época que los padres le ponían el nombre del santo de ese día y yo nací el día de los Santos Inocentes.

Nos despedimos prometiendo regresar para otra jugosa charla con el hombre que fue amigo en nuestra juventud……SU NOMBRE ….JUAN SIN NOMBRE



  alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN.     

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