concierto de Aranjuez

martes, 24 de febrero de 2015

CENIZAS DEL CARNAVAL



Que poder de atracción tiene esos días del carnaval, esos días que misteriosa magia hace que se contagie la alegría las risas el canto, que encantamiento que hechizo ha hecho que un pueblo celebre el carnaval y comience a prepararse para el año siguiente, como un pintor con su palestra va coloreando su cuadro con los colores del arco iris.


Es mismo conjuro que tienen los niños por primera vez frente a una calesita, es asombro y fascinación son esos días que se permutan la personalidad donde el pobre se disfraza de rico, el rico de pobre, el loco de hombre cuerdo, el cuerdo de orate, el sabio de ignorante y el ignorante es el hombre sabio.

En un domingo de carnaval transitando por la ciudad en una mañana donde el sol iluminaba la ribera, me adentro en la playa de Ipanema donde la arena es tan fina que se escurre entre los dedos y el agua tibia y clara, además se encuentran  las garotas de Ipanema ya retratada en una hermosa canción, ya se hace tarde no se en que momento me he quedado dormido en un ensueño, frente a la placidez del mar de color tornasolado donde se encuentran en el horizonte, ese inmenso mar con el fulgurante sol. 


Tarde voy a festejar el carnaval y rendirle pleitesía al Rey Momo ya contagiado con el espíritu que reina en el ambiente, voy caminando entre sus calles hasta encontrar un bloco (un barrio) en donde la gente está festejando su corso ese barrio de callecitas tortuosas y la de los mil escalones por que la fiesta está allá arriba, lentamente voy subiendo uno por uno los escalones veo un gentío enorme a medida que voy subiendo.

Todo el mundo disfrazado, un nadador con su gorrito de cuero un pañuelo de cuello enroscado en él un traje de baño negro medias y zapatos de cuero con cordones de color negro, un histriónico Napoleón con su infaltable sombrero cruzado unas bermudas y chinelas, sigo avanzando me distraen unas garotas con su plumaje blanco en sus espaldas a modo de alas disfrazadas de angelitos, un cocoliche unas diablitas un capitán de un navío con su gorra niñas y ancianos todos disfrazados contagiados con el espíritu del carnaval.

Ya llegué arriba la fiesta está en su apogeo una multitud bailando y cantando expresando su contagiosa alegría, un vehículo con la parte superior descubierta y una orquesta sobre él tocando y cantando sus enredos a marcha lenta, y toda la muchedumbre lo sigue coreando, la contagiosa alegría me alcanzó, estoy contagiado cantando y sambando a la par de todos ellos.


Ahora como en un sueño ya de noche estoy dentro del sambodromo una contagiosa explosión de color alegría y canto con ojos asombrados y las retinas no tienen tiempo para más asombro a medida que desfilan las Scolas todo es colorido alegría que recorre todo el cuerpo la multitud corea algún enredo mientras el desfile va discurriendo ellos van danzando al ritmo frenético de la samba.

Esculturales mujeres se mecen al ritmo cadencioso de la música imponentes carrozas son la fascinación de los ahí reunidos una tras otra van pasando como el tiempo pasa sin darte cuenta hasta la noche pasa hasta el amanecer es hora de dejar el sueño hecho ensueño.


La noche languidece se está muriendo va apareciendo el amanecer y otro día de carnaval va surgiendo, y en claro oscuro entre la noche y el amanecer se produce una bruma una silueta se percibe se va aproximando es un integrante de una comparsa, viste un sombrero de copa de un color blanco una chaqueta blanca con lentejuelas para darle brillo pantalones largo blanco y zapatos del mismo color, tiene entrelazada una serpentina multicolor de alegría ritmo y su contagiosa danza viene soñoliento para entregarse a los brazos de Morfeo.


Va cruzando la calle alfombrada con los restos que dejó esa noche de domingo de carnaval, sus pies se mueven al ritmo del samba no puede parar lo lleva en su sangre en sus genes, pasó el carnaval de esa noche de pasión lujuria y fuego que lentamente se va extinguiendo quedando solo cenizas las CENIZAS DEL CARNAVAL.


alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN



    

No hay comentarios:

Publicar un comentario