Que poder de atracción tiene esos días del
carnaval, esos días que misteriosa magia hace que se contagie la alegría las
risas el canto, que encantamiento que hechizo ha hecho que un pueblo celebre el
carnaval y comience a prepararse para el año siguiente, como un pintor con su
palestra va coloreando su cuadro con los colores del arco iris.
Es mismo conjuro que tienen los niños por
primera vez frente a una calesita, es asombro y fascinación son esos días que
se permutan la personalidad donde el pobre se disfraza de rico, el rico de
pobre, el loco de hombre cuerdo, el cuerdo de orate, el sabio de ignorante y el
ignorante es el hombre sabio.
En un domingo de carnaval transitando por la
ciudad en una mañana donde el sol iluminaba la ribera, me adentro en la playa
de Ipanema donde la arena es tan fina que se escurre entre los dedos y el agua
tibia y clara, además se encuentran las
garotas de Ipanema ya retratada en una hermosa canción, ya se hace tarde no se
en que momento me he quedado dormido en un ensueño, frente a la placidez del
mar de color tornasolado donde se encuentran en el horizonte, ese inmenso mar
con el fulgurante sol.
Tarde voy a festejar el carnaval y rendirle
pleitesía al Rey Momo ya contagiado con el espíritu que reina en el ambiente,
voy caminando entre sus calles hasta encontrar un bloco (un barrio) en donde la
gente está festejando su corso ese barrio de callecitas tortuosas y la de los
mil escalones por que la fiesta está allá arriba, lentamente voy subiendo uno
por uno los escalones veo un gentío enorme a medida que voy subiendo.
Ya llegué arriba la fiesta está en su apogeo
una multitud bailando y cantando expresando su contagiosa alegría, un vehículo
con la parte superior descubierta y una orquesta sobre él tocando y cantando
sus enredos a marcha lenta, y toda la muchedumbre lo sigue coreando, la contagiosa
alegría me alcanzó, estoy contagiado cantando y sambando a la par de todos
ellos.
Ahora como en un sueño ya de noche estoy dentro
del sambodromo una contagiosa explosión de color alegría y canto con ojos
asombrados y las retinas no tienen tiempo para más asombro a medida que
desfilan las Scolas todo es colorido alegría que recorre todo el cuerpo la
multitud corea algún enredo mientras el desfile va discurriendo ellos van
danzando al ritmo frenético de la samba.
Esculturales mujeres se mecen al ritmo
cadencioso de la música imponentes carrozas son la fascinación de los ahí
reunidos una tras otra van pasando como el tiempo pasa sin darte cuenta hasta
la noche pasa hasta el amanecer es hora de dejar el sueño hecho ensueño.
La noche languidece se está muriendo va
apareciendo el amanecer y otro día de carnaval va surgiendo, y en claro oscuro
entre la noche y el amanecer se produce una bruma una silueta se percibe se va
aproximando es un integrante de una comparsa, viste un sombrero de copa de un
color blanco una chaqueta blanca con lentejuelas para darle brillo pantalones
largo blanco y zapatos del mismo color, tiene entrelazada una serpentina
multicolor de alegría ritmo y su contagiosa danza viene soñoliento para
entregarse a los brazos de Morfeo.
Va cruzando la calle alfombrada con los restos
que dejó esa noche de domingo de carnaval, sus pies se mueven al ritmo del
samba no puede parar lo lleva en su sangre en sus genes, pasó el carnaval de
esa noche de pasión lujuria y fuego que lentamente se va extinguiendo quedando
solo cenizas las CENIZAS DEL CARNAVAL.
alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN
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