Era una noche donde la lluvia y el viento traía
sonidos que alteraban a nuestro personaje y el golpetear de alguna persiana
desprendida no le dejaban conciliar el sueño, alterado como si estuviera
encrespado.
De súbito se levanta buscando cerrar la persiana para silenciar aquel ruido, camina por la casa alumbrado por una vela púes de pronto se había quedado sin energía eléctrica cuando la luz intensa de un rayo ilumina la habitación seguida por un estruendoso trueno.
De súbito se levanta buscando cerrar la persiana para silenciar aquel ruido, camina por la casa alumbrado por una vela púes de pronto se había quedado sin energía eléctrica cuando la luz intensa de un rayo ilumina la habitación seguida por un estruendoso trueno.
Queda aterrado cundo oye el crujir de una
puerta, adicto a los libros siempre escogía los misteriosos esos de fantasmas y
vampiros, estupefacto queda detrás de un ventanal donde la lluvia golpea sobre
el vidrio formando lágrimas que se escurren hasta desaparecer, la negra noche
se presenta ante sus ojos solo una luz mortecina del alumbrado público y los
rayos iluminan la escena.
Van apareciendo entre sus sueños los fantasmas
del pasado le traen imágines de la niñez
una hilera de niños sentados en la única peluquería del barrio, frente a ellos
como un verdugo el siniestro peluquero su apodo profesor la morte, el hombre
tenía el mal del zambito le temblaba la mano y tenía un socio en el otro
sillón que afeitaba y cortaba el cabello,
pero el (profesor) solo cortaba el cabello a los infantes todos salidos
igualitos media americana medio con cabello y medio pelado.
Duendes traviesos revolotean en su mente y de
aquellos libros que él acostumbraba a leer se le presenta Frankenstein, en un
jugoso diálogo con su hacedor el padre de la criatura es Frankenstein que le
dice, Padre estoy tan solo no tengo madre
y ya estoy grande que necesito una novia, tu me la puedes conseguir no se si me
aceptará tengo tantas cicatrices el Dr. no supo que contestarle en ese
momento y esto le dijo, Hijo no puedo
contestarte ahora lo consultaré con la autora del libro que es una mujer tal
vez, tal vez. La fantasía del ese sueño se va diluyendo hasta perderse en
el laberinto de los sueños.
Por favor Don Juan es para la fogata de todos
los años y entonces el verdulero le entregó tres cajones, era un principio se
consiguió la madera ahora faltaba el elástico de cama todavía no se sabe de donde lo trajeron se
esconde la madera, nadie en su casa. En el baldío te lo pueden sacar los pibes
del otro barrio, hay que esconderlos consiguieron una escalera y entre las ramas de
los árboles las maderas, era más difícil esconder el elástico pero al fin se
consiguió.
Duendes traviesos como peregrinos nocturnos
hacen jugar a las neuronas en una danza ritual de las noches, danzarinas
fugaces en la mente del durmiente como si quisieran decirle algo quizás una
premonición.Nunca lo sabremos púes presurosas al amanecer borran de la memoria
de la computadora esos que los sueños nos quisieron decir, al despertar se
olvida todo o casi todo que en el apuro no pudieron borrar cuando las sombras
de la noche lentamente iban desapareciendo.
alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN
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