concierto de Aranjuez

martes, 10 de febrero de 2015

MISCELANEAS


Era una noche donde la lluvia y el viento traía sonidos que alteraban a nuestro personaje y el golpetear de alguna persiana desprendida no le dejaban conciliar el sueño, alterado como si estuviera encrespado. 

De súbito se levanta buscando cerrar la persiana para silenciar aquel ruido, camina por la casa alumbrado por una vela púes de pronto se había quedado sin energía eléctrica cuando la luz intensa de un rayo ilumina la habitación seguida por un estruendoso trueno.

Queda aterrado cundo oye el crujir de una puerta, adicto a los libros siempre escogía los misteriosos esos de fantasmas y vampiros, estupefacto queda detrás de un ventanal donde la lluvia golpea sobre el vidrio formando lágrimas que se escurren hasta desaparecer, la negra noche se presenta ante sus ojos solo una luz mortecina del alumbrado público y los rayos iluminan la escena.

Las ramas y las hojas se agitan al compás del viento haciendo desaparecer por un instante la tenue luz del alumbrado, para luego como un pase de magia aparecer a modo de un juego de niños, entre la luz de la tormenta eléctrica el ondular del ramallaje y el cansancio acumulado va entrecerrando sus ojos hasta quedarse dormido.

Van apareciendo entre sus sueños los fantasmas del pasado le traen imágines  de la niñez una hilera de niños sentados en la única peluquería del barrio, frente a ellos como un verdugo el siniestro peluquero su apodo profesor la morte, el hombre tenía el mal del zambito le temblaba la mano y tenía un socio en el otro sillón  que afeitaba y cortaba el cabello, pero el (profesor) solo cortaba el cabello a los infantes todos salidos igualitos media americana medio con cabello y medio pelado.

Cosa extraña cuando le tocaba a él siempre lo dejaba para lo último no sabía el porqué y así se lo preguntó la respuesta fue, tu tienes un cabello muy duro y me desafilas mis tijeras tal vez sea cierto hasta el día de hoy no lo sabe. El primo rebelde se enojo con la madre y le dijo al peluquero, dijo mi mamá que me lo corte con la maquina cero se extrañó el fígaro pero hizo lo que le pidieron, cuando lo vio la madre casi le dio un patatús y fue a recriminarle al peluquero ahora al primo lo conocen por el apodo el Bocha.


Duendes traviesos revolotean en su mente y de aquellos libros que él acostumbraba a leer se le presenta Frankenstein, en un jugoso diálogo con su hacedor el padre de la criatura es Frankenstein que le dice, Padre estoy tan solo no tengo madre y ya estoy grande que necesito una novia, tu me la puedes conseguir no se si me aceptará tengo tantas cicatrices el Dr. no supo que contestarle en ese momento y esto le dijo, Hijo no puedo contestarte ahora lo consultaré con la autora del libro que es una mujer tal vez, tal vez. La fantasía del ese sueño se va diluyendo hasta perderse en el laberinto de los sueños. 

Faltan pocos días para la fogata de San Juan y San Pedro reunión en la esquina de la puerta verde, la pandilla prepara una como decía uno de ellos una gran fogarata incluido un elástico de cama para asar las papas, se dividieron de dos en dos buscando madera para lo que iba a hacer el gran espectáculo, se dirigieron a la verdulería y le pidieron varios cajones de madera con voz autoritaria y cuando se los negó sumisos lo pidieron

Por favor Don Juan es para la fogata de todos los años y entonces el verdulero le entregó tres cajones, era un principio se consiguió la madera ahora faltaba el elástico de cama  todavía no se sabe de donde lo trajeron se esconde la madera, nadie en su casa. En el baldío te lo pueden sacar los pibes del otro barrio, hay que esconderlos  consiguieron una escalera y entre las ramas de los árboles las maderas, era más difícil esconder el elástico pero al fin se consiguió.

Ha llegado el gran día se amontona la madera en el medio de la calle los vecinos aterrados les indicaban que se fueran, pero ya era imposible una impresionante fogata estaba en su apogeo las papas asadas en el elástico eran un manjar, era tan alta la fogata que comenzó a quemarse los árboles alguien llamo a los bomberos, ulular de sirenas el sueño se esfumó como las cenizas de la fogata.


Duendes traviesos como peregrinos nocturnos hacen jugar a las neuronas en una danza ritual de las noches, danzarinas fugaces en la mente del durmiente como si quisieran decirle algo quizás una premonición.Nunca lo sabremos púes presurosas al amanecer borran de la memoria de la computadora esos que los sueños nos quisieron decir, al despertar se olvida todo o casi todo que en el apuro no pudieron borrar cuando las sombras de la noche lentamente iban desapareciendo.


alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN   


    

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