concierto de Aranjuez

jueves, 4 de abril de 2013

EL BARRILETE





Aflojale que colea

En una tarde fría, lluviosa, cargada de negros nubarrones, esas que invitan a tomar una siesta, estando sobre el teclado de la computadora, mis ojos poco a poco se van cerrando, será la tarde gris y el silencio que invade el entorno, pero a pesar de mi esfuerzo el sueño me domina, y me encamino al dormitorio.

Estando acostado no puedo conciliar el sueño, dando vueltas sobre la cama con los ojos fijos sobre el techo, no sabría decir todavía, si lo que pasó sobre mi mente, fue un sueño realmente, o el ensueño, que me hizo retrotraer en el tiempo, estoy con mis amigos de entonces, pantalones cortos, una camisa medio salida del pantalón, unas zapatillas de punteras gastadas de tanto trajinar atrás de una pelota, traspirado, cara como tomate y cabello revuelto.

Ninguno de mis amigos ni yo estamos cansados, es tanta la energía que después del partido, y de andar pateando una pelota por más de una hora, junto con mis amigos, en el sueño no tenían nombre, solo apodos, el violinista porque estudiaba violín, el polaquito, el negro, el cabezón, uno de ellos sugirió cazar mariposas, quizá los jóvenes de este tiempo que no fue el mío, no lo comprendan.
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Esta es la época de la era digital, juegos en la computadora, no creo que puedan entender, la alegría de correr de esquina a esquina, que el viento le pegue sobre el rostro, y conseguir una de esas mariposas que el smog las expulsó, la galera, la lechera, la limonera, botín que guardábamos en una caja de zapatos, donde previamente hacíamos unos agujeros en la tapa.

Tiempos de los campeonatos de balero, al que colocábamos chinches, para que la empuñadura se deslizara más fácil, el juego de bolitas, el yo yo,  hasta que la tarde moría, ya era hora para regresar al hogar, hasta el día siguiente.

Los recuerdos dentro de mi mente se entrelazan, van perdiendo las secuencias de los sucesos, pero si me acuerdo como si fuera ayer, cuando uno de ellos dijo, muchachos y si hacemos un barrilete, y vamos al parque y lo remontamos, la idea nos pareció buena, pero fue a votación, la mayoría fue abrumadora ninguno se opuso, bueno ninguno no, el violinista tomó la palabra, y como si fuera un sabio, entre otras cosas dijo, quien de ustedes  sabe construir un barrilete.

Nos miramos entre todos, y se nos fue el alma al piso, nadie sabía armar un barrilete, el violinista sacando pecho, dijo yo si, pero hace falta unas maderas, papel, hilo, nos pusimos en campaña. y entre los amigos conseguimos lo que hacía falta, y también al mismo tiempo aprendimos entre todos construir un barrilete, el trabajo bastante arduo, pero conseguimos construir un barrilete.

Tanta pasión pusimos en ese barrilete, que creo que fue el mejor barrilete de mi vida, de dos colores era el papel, luminoso para que se viera allá en lo alto, una cola enorme, y larga, ya está listo, y con la hurras correspondientes, nos dirigimos al parque.

Día diáfano y un poco ventoso, un sol esplendoroso, estamos todos expectantes, uno sostiene el barrilete y corre como un rayo, el otro sostiene el piolín, que alegría, nuestro barrilete vuela cada vez más alto, el sol lo alumbra, firme con el piolín él se ve esplendoroso, cuando alguien del grupo gritó.
AFLOJALE QUE COLEA


alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN

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