concierto de Aranjuez

viernes, 17 de mayo de 2013

ENCESTANDO TRIPLES




Si pudiéramos guiarnos por el título de este relato, pareciera más a una nota deportiva pero casi siempre, detrás de cada fotografía  hay toda una historia de vida, el que narra es un antiguo comentarista deportivo, menciona que una tarde de invierno, donde un frío polar invadía la ciudad, el salir a la calle era una aventura para este anciano, estando con su esposa, comenzaron a mirar viejas fotos, para tal fin contaba con dos viejas valijas, esas de cartón, repletas de fotos, algunas de colores y otras en blanco y negro muchas de ellas autografiadas. 

Las mismas son colocadas sobre una mesa, mientras una mateada con biscochitos va de mano a mano, las observa, su retentiva intacta, reconoce en que tiempo, en que época las había obtenido, junto con ellas hay una que lo impacta emocionalmente, es una en blanco y negro ya medio amarillenta, la toma y mira el reverso para ver si estaba autografiada, y efectivamente ahí estaba estampada su firma, fue en una época, allá en un tiempo, que todo lo distancia, un amigo de la infancia.


Su comentario era esperado por la narración del evento, largas noches de redacción sobre su máquina de escribir, fumador compulsivo le dio un gran susto y lo dejó, pero quedó un poco dañada su salud, con el advenimiento de la televisión, y jóvenes promesas tomaron poco a poco su espacio, en un país futbolero, casi siempre este comentarista se refería a los partidos de fútbol de los días domingos, el basquetbol quedaba en un segundo plano, la famosa foto que aún retenía en sus manos, era de un basquebolista y además el amigo Eduardo, al que en su equipo le decían el alemancito un muchacho alto y rubio, fue en su tiempo famoso por encestar triples en sus partidos.

Comenta con su esposa, a este muchacho lo conozco de la primaria, y nos hicimos amigos, mi turno era el de la mañana y él de la tarde, fueron algunos años que coincidimos que por asuntos familiares pasé al turno tarde, vivíamos en el mismo barrio su departamento no difería mucho del mío, mucho más tarde me enteré que a su casa se la nombraba en un famoso sainete de Alberto Vacarezza.


Mientras que lo mío era jugar a la pelota con los amigos, me pongo a recordar, el Bocha Cara de Goma, Luisito y otros que los recuerdo, pero las neuronas se empecinan, y los nombres son historia, Eduardo concurría a un club de barrio, Club Social Villa Crespo a practicar basquetbol, un club muy bonito, con un jardín en la entrada, sus amplios salones y al costado de los mismos, un patio inmenso de forma circular al aire libre, en donde siempre se realizaban bailes de carnaval, con selectas grabaciones, donde ya más grande solíamos concurrir, al costado una cancha de basquetbol de polvo de ladrillo también al aire libre.

Nos volvimos a encontrar en el secundario de pura casualidad, estábamos en el mismo año, pero como siempre en distintos turnos, él ya estaba jugando en una divisional, y me hizo interesar por el juego, y con todo el grupo de amigos lo fuimos a ver, desde aquel día lo seguíamos jugara donde jugara, nos fascinaba el juego, y por supuesto el que era nuestro ídolo.

Por ese entonces se jugaba el campeonato Metropolitano de basquetbol, en el que intervendrían equipos que en aquella época tenían predicamento, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque, Palermo, River Plate, Macabi, son algunos de ellos, y entre todos nuestro humilde Villa Crespo, todo hecho a pulmón, como dice la canción de Alejandro Lerner, en esos campeonatos pude ver a grandes jugadores, aunque era un juego de amateurs, los mismos dejaban hasta la última gota de sudor en cada juego, era el amor a la camiseta, nuestro equipo, por que era nuestro equipo, se distinguían Denatale el de los famosos ganchos, los batalladores hermanos Battilana, y por supuesto el Alemancito algún memorioso, encontrará tal vez el nombre, del que embocaba los triples desde la punta de la cancha detrás de la línea pintada.

El Luna Park está colmado, se juega la final del Metropolitano, en el está el modesto equipo de barrio, Villa Crespo, y para asombro de muchos y alegrías de otros, Villa Crespo campeón corría el año 1963, gran caravana desde el Luna por la calle Corrientes hasta la sede, cada vez que lo recuerdo una sonrisa se divisa en mis labios.


Va quedando muy atrás en el tiempo aquel lejano 1963, las huellas del Alemancito se me fueron perdiendo, los caminos de la vida nos acerca o nos aleja, no lo vi más, pero se que donde quiera que esté, estará encestando triples.

Un recuerdo para esa hazaña de esos luchadores de la vida. Hoy yo los saludo.CAMPEONES 

alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN         

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