concierto de Aranjuez

viernes, 3 de mayo de 2013

INMIGRANTES CIEN AÑOS DE HISTORIA


 En un día del frío invierno, allá en los albores del nuevo siglo, corría el año mil novecientos seis, llega después de una larga travesía, allende los mares a la ciudad de Buenos Aires, un inmigrante de altiva estampa, con ojos asombrados no alcanzaba su mirada a vislumbrar, lo que se le presentaba ante sus ojos,

 Su vestimenta provinciana por si sola se distinguía de los ciudadanos comunes de la gran urbe, traía un sombrero de ala ancha, que casi no se podía ver sus ojos de un color verde, de mirada intensa, con él, su esposa con un bebé de meses llegaban a un país que los esperaba, a él y a tantos otros con sus sueños y esperanzas.

Como si fuera una imagen copiada de la torre de babel, vienen bajando del navío, personas de distintas nacionalidades, con su lenguaje y sus acentos, se van asentando en una ciudad que los abrigaría por el resto de su estancia, ellos traen consigo la cultura del trabajo, podría escribir por horas, y hasta escribir una novela, describiendo hechos de vida de distintos inmigrantes, a lo largo de un siglo.

Los relatos que podría describir, algunos vienen de generación en generación, otros muchos los he vivido por casi ochenta años, espero escribir una novela, para eso espero los próximos ochenta años.

En esas tantas tardes, de cuando en cuando, el abuelo se acordaba con nostalgia, el lugar del cual había dejado, e iba contando anécdotas.

 Proveniente de una remota isla enquistada en el Mar Mediterráneo, su infancia, sus juegos, en fin su vida hasta llegar a su lugar en el mundo, rodeando al abuelo, los nietos escuchaban su historia, y creían estar inmersos en un cuento de esos de los Mil y Una Noche.

A lo largo del tiempo y las época, fueron cambiando costumbres, hábitos, modas, todo cambió a lo largo del siglo, solo hay algo que no cambió, la palabra y lo que esos pioneros enseñaron honestidad por sobre todo.

Descendientes de aquellos pioneros, siguiendo sus huellas, sus pisadas, que han hecho caminos, siguiendo su senda, hoy me encuentro escribiendo este pequeño relato, como un agradecimiento para todos los inmigrantes como mi abuelo a través de un siglo 


alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN 

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