concierto de Aranjuez

domingo, 12 de abril de 2015

LAS CUATRO ESTACIONES



Al igual que la obra musical de Vivaldi Las Cuatro Estaciones primavera verano otoño e invierno, los recuerdos atraviesan en un tiempo sin tiempos volando en una nube blanca como la nieve, esas mismas remembranzas y evocaciones me llevan a la niñez donde las estaciones estaban bien definidas, hoy circunstancias climáticas el efecto invernadero el calentamiento global, han cambiado todo el encantamiento de aquel entonces.

PRIMAVERA

Época de floración jardines con azaleas jazmines rosas y trepando sobre los muros la dama de noche, cuando sus flores se abrían lentamente al caer la noche donde se combinaban sus fragancias y sus perfumes.


Ahora estoy en el patio de la escuela entoldado de glicinas azules y blancas jugando con otros niños es el segundo recreo, ya está sonado el timbre volviendo a formar para entrar al aula, cuantos recuerdos esa aula con sus tres grandes ventanas abiertas que daban al patio descubierto, los pupitres cinco filas de uno con su tintero la pluma cucharita y el guardapolvo con sus correspondientes manchas para el enojo de las madres.

Estación del año propicio para cazar mariposas hoy el smog las ha hecho desaparecer,  pero en mi memoria queda aquel niño de pantalones cortos con una rama del árbol corriendo con mis veloces zapatillas azules de cara al viento tratando de alcanzarlas.


Le dábamos nombres las lecheras las limoneras las galeras de un color rojo con pintitas blancas que luego la poníamos en una caja de zapatos, previamente agujereadas para que estas pudieran respirar era todo un juego púes como las figuritas  las cambiábamos y unas eran más valiosas que otras al igual que las figuritas de entonces.

VERANO

En la escuela vacaciones, tórridos veranos de calores intensos los juegos infantiles eran otros, nada de correr atrás de una pelota esparcimientos más tranquilos campeonatos de balero al que se agregaban algunas chinches para una mejor performance, el yo-yo las bolitas bajo un árbol buscando la puntera para mejorar la puntería.


Tarde de siesta cuando el calor arreciaba un ventilador de techo en la habitación de techos altos, una puerta con banderola abierta sobre el dintel de la puerta y una cortina de esterilla era esa la fotografía de esas tardes calurosas.

No existían heladeras eléctricas el hielo era el aliciente para eso, la pequeña heladera de madera revestida con aluminio donde se ponía el hielo para enfriar las vituallas,  bolsa de arpillera fábrica de hielo y sobre el hombro la bolsa y el trozo de hielo.


Domingos de picnic hacia el río balneario donde se podía refrescar, la Costanera  Vicente López el balneario de Quilmes Las Barrancas, el viento del pasado trae las voces y sus risas de entonces es la evocación de aquellos tiempos y se ha quedado en mis retinas en mi memoria y en mi alma.

OTOÑO 

Estación del año donde el viento era amo y señor iniciando los días fríos alternando con días soleados, camino a la escuela los árboles de la calle se van despojando de su otrora verdor sus hojas ayer verdes hoy de un color marrón, el viento impiadoso las flamea hasta hacerlas caer voy caminando sobre una alfombrada vereda de mustias hojas marrón.


Mañana fría y desapacible el aula con sus ventanales cerrados solo un puerta abierta la del pasillo cubierto desde la óptica de un niño largísimo, muy arropados púes en ese tiempo no existía la calefacción y como fetiche o amuleto contra la enfermedades prendido entre la ropa una bolsita de alcanfor con una alfiler de gancho.

Tardecitas de sol con los amigos caminando rumbo al parque y aprovechando los vientos a remontar nuestro barrilete, de colores brillantes y una cola para que el mismo se eleve hasta las nubes aflojando el piolín.


Un domingo de sol viajando con el tranvía con la familia, el zoológico con sus animales el mono y sus monerías los osos  el lago y sus cisnes blancos y negros, la cajita de galletitas que les alcanzábamos a los animales días felices  que los vientos del recuerdo van trayendo a través del tiempo.

INVIERNO

Donde el glacial invierno se hacía sentir con todo su rigor las mismas calles que caminaba en ese desapacible otoño, los árboles hoy presenta sus ramas despojadas de su ropaje de hojas su desnuda palidez como espectros en esa fría mañana.

Al no haber calefacción nuestra vestimenta era abrigada pantalones cortos medias tres cuartos camisa pulóver el guardapolvo, y encima un sobretodo con un echarpe y guantes de lana para combatir el frío reinante, los recreos en el patio cubierto.


Por el mismo frío eran frecuente las enfermedades de ese tiempo congestiones de pecho resfriados y los eternos sabañones, para combatir estas enfermedades pocas farmacias, remedios caseros esos de la abuela untura blanca fomentos calientes  y si eso no era suficiente ventosas, hojas de tuna al sereno para hacer jarabe para la tos convulsa había en ese tiempo remedios caseros para todo.

Los amigos, bueno los amigos para combatir el frío un buen partido de futbol 

Se van desvaneciendo los recuerdos, cuando en que tiempo de ha ido todo el embrujo de aquellos años ¿cuando conocimos el agujero de ozono?¿el calentamiento global? ¿el efecto invernadero?

Las cuatro estaciones se han reducido cambios climáticos lo han hecho. Estoy frente al ventanal mirando a través de él ver el cielo llorar, las lágrimas se convierten en gotas de lluvia en un tiempo sin tiempos.


alejandrobojor@gmail,com.............ALEJANDRO CAPLAN




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