Al igual que la obra musical de Vivaldi Las
Cuatro Estaciones primavera verano otoño e invierno, los recuerdos atraviesan
en un tiempo sin tiempos volando en una nube blanca como la nieve, esas mismas
remembranzas y evocaciones me llevan a la niñez donde las estaciones estaban
bien definidas, hoy circunstancias climáticas el efecto invernadero el
calentamiento global, han cambiado todo el encantamiento de aquel entonces.
PRIMAVERA
Época de floración jardines con azaleas
jazmines rosas y trepando sobre los muros la dama de noche, cuando sus flores
se abrían lentamente al caer la noche donde se combinaban sus fragancias y sus
perfumes.
Ahora estoy en el patio de la escuela entoldado
de glicinas azules y blancas jugando con otros niños es el segundo recreo, ya
está sonado el timbre volviendo a formar para entrar al aula, cuantos recuerdos
esa aula con sus tres grandes ventanas abiertas que daban al patio descubierto,
los pupitres cinco filas de uno con su tintero la pluma cucharita y el
guardapolvo con sus correspondientes manchas para el enojo de las madres.
Estación del año propicio para cazar mariposas
hoy el smog las ha hecho desaparecer, pero en mi memoria queda aquel niño de
pantalones cortos con una rama del árbol corriendo con mis veloces zapatillas
azules de cara al viento tratando de alcanzarlas.
Le dábamos nombres las lecheras las limoneras
las galeras de un color rojo con pintitas blancas que luego la poníamos en una
caja de zapatos, previamente agujereadas para que estas pudieran respirar era
todo un juego púes como las figuritas las
cambiábamos y unas eran más valiosas que otras al igual que las figuritas de
entonces.
VERANO
En la escuela vacaciones, tórridos veranos de
calores intensos los juegos infantiles eran otros, nada de correr atrás de una
pelota esparcimientos más tranquilos campeonatos de balero al que se agregaban
algunas chinches para una mejor performance, el yo-yo las bolitas bajo un árbol
buscando la puntera para mejorar la puntería.
Tarde de siesta cuando el calor arreciaba un
ventilador de techo en la habitación de techos altos, una puerta con banderola
abierta sobre el dintel de la puerta y una cortina de esterilla era esa la
fotografía de esas tardes calurosas.
No existían
heladeras eléctricas el hielo era el aliciente para eso, la pequeña heladera de
madera revestida con aluminio donde se ponía el hielo para enfriar las
vituallas, bolsa de arpillera fábrica de
hielo y sobre el hombro la bolsa y el trozo de hielo.
Domingos de picnic hacia el río balneario donde
se podía refrescar, la Costanera Vicente
López el balneario de Quilmes Las Barrancas, el viento del pasado trae las
voces y sus risas de entonces es la evocación de aquellos tiempos y se ha
quedado en mis retinas en mi memoria y en mi alma.
OTOÑO
Estación del año donde el viento era amo y
señor iniciando los días fríos alternando con días soleados, camino a la
escuela los árboles de la calle se van despojando de su otrora verdor sus hojas
ayer verdes hoy de un color marrón, el viento impiadoso las flamea hasta
hacerlas caer voy caminando sobre una alfombrada vereda de mustias hojas
marrón.
Mañana fría y desapacible el aula con sus
ventanales cerrados solo un puerta abierta la del pasillo cubierto desde la
óptica de un niño largísimo, muy arropados púes en ese tiempo no existía la
calefacción y como fetiche o amuleto contra la enfermedades prendido entre la
ropa una bolsita de alcanfor con una alfiler de gancho.
Tardecitas de sol con los amigos caminando
rumbo al parque y aprovechando los vientos a remontar nuestro barrilete, de
colores brillantes y una cola para que el mismo se eleve hasta las nubes
aflojando el piolín.
Un domingo de sol viajando con el tranvía con
la familia, el zoológico con sus animales el mono y sus monerías los osos el lago y sus cisnes blancos y negros, la
cajita de galletitas que les alcanzábamos a los animales días felices que los vientos del recuerdo van trayendo a
través del tiempo.
INVIERNO
Donde el glacial invierno se hacía sentir con
todo su rigor las mismas calles que caminaba en ese desapacible otoño, los
árboles hoy presenta sus ramas despojadas de su ropaje de hojas su desnuda
palidez como espectros en esa fría mañana.
Al no haber calefacción nuestra vestimenta era
abrigada pantalones cortos medias tres cuartos camisa pulóver el guardapolvo, y
encima un sobretodo con un echarpe y guantes de lana para combatir el frío
reinante, los recreos en el patio cubierto.
Por el mismo frío eran frecuente las
enfermedades de ese tiempo congestiones de pecho resfriados y los eternos
sabañones, para combatir estas enfermedades pocas farmacias, remedios caseros
esos de la abuela untura blanca fomentos calientes y si eso no era suficiente ventosas, hojas de
tuna al sereno para hacer jarabe para la tos convulsa había en ese tiempo
remedios caseros para todo.
Los amigos, bueno los amigos para combatir el
frío un buen partido de futbol
Se van desvaneciendo los recuerdos, cuando en
que tiempo de ha ido todo el embrujo de aquellos años ¿cuando conocimos el
agujero de ozono?¿el calentamiento global? ¿el efecto invernadero?
Las cuatro estaciones se han reducido cambios
climáticos lo han hecho. Estoy frente al ventanal mirando a través de él ver el
cielo llorar, las lágrimas se convierten en gotas de lluvia en un tiempo sin
tiempos.
alejandrobojor@gmail,com.............ALEJANDRO CAPLAN
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