Un día cualquiera el cual no era
usual, por casualidad haciendo tiempo para una entrevista, me dirigí a una
confitería, esa mañana se presentaba en esa época invernal bastante fría, un
poco para refugiarme de la impasible ventisca y poder ingerir algo caliente me
ubiqué en una de las mesas, de pronto ante mi se presenta un mozo que pregunta ¿
que se va a servir ? tomaré un café con leche con un par de medias lunas.
Sentado esperando mi pedido, observo
el ambiente, los parroquianos cuando algo distrajo mi atención, un cuadro colocado
sobre una de sus paredes, en el cual se podría ver reunidos, unos ancianos
charlando animadamente, me pareció tan real como si los mismos se salían del
marco, se fueron corporizando y se sentaron en una mesa contigua, los oía
hablar de una época pasada, como si el tiempo no hubiera pasado luego se
levantaron, y entraron nuevamente al cuadro.
Fue tan solo un instante lo que pasó
por mi mente, tal vez sería el frío de la mañana, tal vez las arrugas de mi
frente, tal vez me sentí uno más de los ancianos del cuadro, quizás tal vez la
edad, nunca pude comprenderlo, un instante solo un instante, y luego la
realidad frente a mi se encuentra el mozo, señor acá esta su pedido que lo tomé
con placer.
Estoy sentado en mi sillón favorito,
después del frío y la ventisca unos nubarrones negros se asomaron, y una lluvia
persistente parece invitar a un descanso, luego de la sobremesa tomo el control
remoto para ver un poco la televisión, después de un corto tiempo mis ojos se
cierran, alguien que pasó cerca me llevó el control remoto, y hasta me dijeron
que esbozaba una sonrisa.
Entre sueños y ensueños, los
recuerdos comienzan a fluir, hay gratos y de los otros, los gratos son los que
más quedan grabados, este sucedió un domingo, hace tanto tiempo que ya no
recuerdo el año mi abuelo un personaje, que como tantos otros llegó a estas
tierras, a fines del mil ochocientos principios del mil novecientos, viniendo
del otro lado del planeta, de un lugar donde su futuro y su porvenir se veían
acotado, por luchas intestinas y pobreza, por ese tiempo hubo una gran
inmigración, con sus pocas valijas y sus muchas ilusiones hicieron este su
mundo, formando familias, hijos, nietos, yo como tantos otros soy descendientes
de inmigrantes.
Si ahora me acuerdo, el abuelo ese
domingo y casi todos los domingos se acercaba temprano a mi casa, era su
costumbre traída de su tierra natal, se acercaba a mi que era el mayor de los
hermanos y decía, tu negrito, prefería que me llamaran Ale pero
era mi apodo, ya casi nadie conocía mi nombre tu vas a comprar unos bohíos( una
especie de sándwiches relleno de verdura) que el conocía de su tierra, en ese
tiempo tendría alrededor de siete u ocho años, no me acuerdo los años también
me alcanzaron.
Medio dormido me coloco una remera,
pantalones cortos, y unas flamantes zapatillas azules ya tenía permiso y venia
para cruzar las calles, sigue hablando el abuelo y continua diciendo en esa
calle hay dos bares en la misma calle no te confundas uno se llama Un Rincón
del Oriente y el otro Izmir ostentosos nombres para dos bares de barrio.
En el Izmir hay un hombre que tiene un( tandur) después de tantos años y de saber el idioma alguna que otra vez se remitía a su lengua natal, el famoso (tandur) no era otra cosa que una olla inmensa metálica y un fuego abajo que mantenía la mercadería caliente, a un niño se le parecía un gigante no podría abrazarla de lo grande que era, compré los sabrosos bohíos y me dirigí a mi casa.
En el Izmir hay un hombre que tiene un( tandur) después de tantos años y de saber el idioma alguna que otra vez se remitía a su lengua natal, el famoso (tandur) no era otra cosa que una olla inmensa metálica y un fuego abajo que mantenía la mercadería caliente, a un niño se le parecía un gigante no podría abrazarla de lo grande que era, compré los sabrosos bohíos y me dirigí a mi casa.
Ya hoy con los mismos años que mi
abuelo, comprendí lo que hacía él, como tenía a todos los hijos cerca, los
domingos fue para él los momentos que podía ver a sus hijos y nietos es por eso que siempre aparecía bien temprano cuando la familia estaba reunida para tener el placer de conversar con sus hijos y ver a los nietos crecer.
alejandrobojor@gmail.com........ALEJANDROCAPLAN
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