concierto de Aranjuez

jueves, 22 de agosto de 2013

LA CARTA



Cierto día que ya no me acuerdo por ser tan lejano, era tiempo de reunirse varios amigos  creo que era siempre el segundo domingo del mes, una mesa de café varias sillas como formando un circulo eran épocas de una pasada juventud, los años fueron pasando y ese circulo cada vez tenía menos sillas hoy como hace tiempo nos reunimos, las sillas alrededor de la mesa solamente son tres la mochila de los años han dejado sus huellas,  sin embargo ahí estamos como en ese entonces claro un poco más veteranos con la experiencia que da la vida y con la amistad intacta.

Al igual que cuando fuimos jóvenes hoy son otras conversaciones aquellas han quedado en el olvido, las transformaciones que se produjeron a través de los años nuevas costumbres nuevas modas, nuevos descubrimientos han dejado atrás lo nuestro lo aprendido hasta ese entonces. De pronto tan enfrascado en la conversación estábamos que no nos dimos cuenta que el mozo estaba parado frente a nosotros,  preguntando que van a servirse nos miramos y como si tuviéramos telepatía o algo parecido dijimos al unísono un pocillo de café.


En esa pequeña reunión se habló de mil cosas hubo una que me llamó la atención era de fenómenos paranormales, telequinesia, telepatía, premoniciones, alguien del grupo estuvo hablando durante bastante tiempo parece que estuvo estudiando todo lo concerniente a estos fenómenos, que lo escuchamos con atención después de toda su alocución nos pregunta ¿Ustedes creen en los Ovnis? la pregunta quedó en el aire, llegó el mozo con los humeantes pocillos de café. El tiempo se nos escurrió como arena o como agua entre los dedos era hora de despedirse hasta la próxima.

Después de almorzar en la conversación con la patrona de sobremesa, donde se trata todo a lo referente a lo cotidiano lo de todos los días, en referencia a los hijos los nietos las eventualidades que ocurren en el momento. Un poco más relajado los sucesos relacionados con el encuentro con los amigos se me ha quedado grabado, los duendes comienzan a rondar la cabeza y comienzo a relatarle los dichos en ese encuentro, es que el hombre tiene un poco de curiosidad por lo oculto tal vez el oscurantismo. Se puede preguntar el hombre ¿Somos los únicos seres humanos? ¿Somos el centro del universo? Son preguntas que quizás nunca la podremos responder, como cuando de una plática superficial se puede llegar a hablar de lo sobrenatural.


Todo sucedió en un instante del dialogo ligero que manteníamos, de pronto vimos que debajo de la puerta aparecía un sobre siempre aparece algún sobre, o las expensas o la factura del servicio eléctrico u otros, pero este era diferente traía pegada una estampilla sellada, ahora en la era de las computadoras la televisión es raro y casi imposible que alguien escriba cartas.

Muy tímidamente nos fuimos acercando hacia la puerta con gran curiosidad ahí estaba el sobre, sería una broma pero quien haría eso por supuesto que no.Tomé el sobre y abrí rápidamente la puerta para ver quien la había acercado, nadie estaba del otro lado en el sobre se encontraba mi nombre escrito no muy legible, tampoco la dirección no tenía remitente ni código postal pero en la parte superior del sobre una pequeña esquela que decía para odontoiatra (odontólogo).

Nos miramos y supimos enseguida de que se trataba y de quien se trataba, fue una vieja amistad que supimos disfrutar en un tiempo no muy lejano, que cuando conseguía ir a su terruño se olvidaba del idioma y mezclaba los dos idiomas, una carta escrita con el corazón, que nos llegaba extraviada escondida tras un anaquel, o como cuando tiramos una botella en el mar con una nota que nunca sabremos si llegó a su destino. Jamás he de preguntar de quien fue la mano que envió ese sobre bajo mi puerta………



alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN

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