Era un día caluroso y húmedo en la gran ciudad
la bruma lentamente la envolvía con su manto presagiando la lluvia y la
tormenta en esa tarde de Enero, en la
jungla de cemento como perdido entre tantos edificios se encuentra un solitario
hombre en un departamento, recostado sobre la cama, el calor, la humedad, hacen
que su ropa la encuentre pegajosa, un ventilador de techo le trae una pequeña
brisa reparadora parece hipnotizado mirando girar las aspas del mismo.
El hombre ya entrado en años el tiempo le ha
dejado sus huellas en el rostro, arrugas y surcos en su curtida piel cabello
entrecano, el es un marino pescador hoy su barca no pudo partir, entre el cielo
plomizo la bruma y el mar embravecido ha hecho que este lobo de mar quedara en
tierra firme.
Los recuerdos comienzan a aflorar, sorpresivamente
se levanta abre un cajón de un mueble y trae en sus callosas manos un manojo de
fotografías, se sienta en el único sillón del mobiliario, recorre con su vista
una vez más esas imágines que le hace evocar su pueblo natal con sus casas
bajas y su gente, ese hombre curtido por la vida y los años lentamente una
lágrima le recorre la mejilla.
Pensativo va trayendo a su memoria la isla en
medio de un mar azul sus flores sus juegos sus amigos de entonces, todo era
alegría que de pronto como un mago que hace desaparecer las cosas esta se esfumó,
el tronar de cañones traían vientos de guerra en los que no hay ganadores ni
perdedores todos son victimas, aplastadas las ilusiones de la inocente gente no
hay vencedores ni vencidos todos son
perdedores.
A él le tocó partir el mar fue su refugio el
ancho mar lo acogió, y partió sin rumbo fijo que el destino y las estrellas lo
llevaran lejos, fue así que llegó a una ciudad sin saber costumbres ni idioma,
se encontraba solo entre tanta gente no se pudo adaptar algo le faltaba, los
afectos y buscó una ciudad cerca del mar su único amigo.
Su vida va transcurriendo entre la barca la
pesca y el mar, los almanaques uno tras otro van juntando años y él enredado
entre sus redes, solitario y perdido sus amistades sus cariños todo se ha desvanecido, desde aquel
día que después de la contienda se llegó a su isla con la esperanza de poder
encontrar a alguien conocido no lo pudo hallar, de la isla que su fantasía
había creado solo quedaba en pie algunas casas las otras no se encontraban y lo
que fue su casa era un baldío, su decepción indescriptible.
La tormenta y la lluvia se habían apoderado de
la ciudad los relámpagos iluminaban de a ratos la habitación, él hombre seguía
como petrificado mirando sus viejas fotografías y toma una decisión, dirigiéndose al placard
quita su capa y su sombrero se lo coloca y sale de su cuarto, antes da una
mirada como si en él encontrara los fantasmas del pasado.
Con paso firme se dirige al puerto en donde se
encuentra su barca, se sube toma el timón y enfrentando la tormenta y el oleaje
embravecido va reunirse a encontrarse con su amigo su único amigo, el mar……
alejandrobojor@gmail.com ...........ALEJANDRO CAPLAN
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