concierto de Aranjuez

domingo, 18 de noviembre de 2012

LA NATURALEZA Y SU PEDIDO


 
Este relato está muy distante de lo que parece su titulo, no voy a contar ni del calentamiento global, de mal que la están tratando, ella está contrariada con el hombre que la habita, no voy a hablar de eso, para aquello se ocupan científicos de todos los rincones del mundo, yo me voy a referir a un suceso mucho más trivial.

El comienzo de mi relato, encuentra a una pareja de ancianos o personas de la cuarta edad como ustedes quieran llamarla, en una tarde noche, en un paraje suburbano frente a una parada de colectivos, esa era la única calle asfaltada de el barrio, la misma tenía un boulevard en el medio, la idea de esta pareja era dirigirse a su casa, quedaba en la ciudad.

Contrariados por la situación porque en la ancha avenida, con el boulevard por medio paraban colectivos, no sabiendo a cual tomar, es por eso que el anciano iba y venía cruzando la calzada, mientras se encontraban con miradas torvas que los intimidaban, para colmo de males en la avenida corrían los vehículos en un solo sentido.

 Con buen tino la anciana dijo a su pareja el primer colectivo que pare por este lado lo tomamos, luego veremos como llegar quizás con un trasbordo en alguna parte, y así fue que estando sentados no sabiendo su destino, comenzaron a relajarse, tiempo después verían por la ventanilla medios dormidos cruzar pueblos que nunca conocieron.

 
Luego de un buen trecho, la noche los alcanzó y ellos empezaron a intranquilizarse, el hombre ya con temor, se fue acercando al conductor, con un hilo de voz le preguntó, señor conductor cual es el destino final, la respuesta del chofer fue demasiado para el anciano, le dijo este micro, el destino final es Rosario, eso quedaba como seiscientos kilómetros de su vivienda, y agregó no se preocupe abuelo, ahora nomás hacemos una parada de quince minutos así se distiende el pasaje y estiran un poco las piernas.

 Enterado el chofer de la situación de los abuelos, le dijo que pasarían por un pueblo cercano, que tenía un tren que los llevaría de vuelta a su hogar.

El micro hizo su escala, la naturaleza lo está llamando pregunta por un sanitario, el encargado le dice que está clausurado por el momento, la naturaleza apremia más a los abuelos que a veces se tienen que levantar una o dos veces en la noche, la naturaleza lo está desbordando, es cuando le dice que en el bar de enfrente tienen sanitarios, corre el abuelo, parece un corredor joven.

Llegando al bar le pregunta a las corridas por el sanitario, el patrón del bar le dice que es solo para los que consumen, ya en la desesperación el abuelo le pide una gaseosa es entonces que le entrega la llave del sanitario. Ese es el momento que me despierto transpirado y sudoroso me dirijo prestamente al baño, todo fue un sueño, ahora más relajado se nota en mi rostro una sonrisa, y así como decía mi abuela cuando nos contaba un cuento y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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