El comienzo de mi relato, encuentra a una
pareja de ancianos o personas de la cuarta edad como ustedes quieran llamarla,
en una tarde noche, en un paraje suburbano frente a una parada de colectivos,
esa era la única calle asfaltada de el barrio, la misma tenía un boulevard en
el medio, la idea de esta pareja era dirigirse a su casa, quedaba en la ciudad.
Contrariados por la situación porque en la
ancha avenida, con el boulevard por medio paraban colectivos, no sabiendo a
cual tomar, es por eso que el anciano iba y venía cruzando la calzada, mientras
se encontraban con miradas torvas que los intimidaban, para colmo de males en
la avenida corrían los vehículos en un solo sentido.
El micro hizo su escala, la naturaleza lo está
llamando pregunta por un sanitario, el encargado le dice que está clausurado
por el momento, la naturaleza apremia más a los abuelos que a veces se tienen
que levantar una o dos veces en la noche, la naturaleza lo está desbordando, es
cuando le dice que en el bar de enfrente tienen sanitarios, corre el abuelo,
parece un corredor joven.
Llegando al bar le pregunta a las corridas por
el sanitario, el patrón del bar le dice que es solo para los que consumen, ya
en la desesperación el abuelo le pide una gaseosa es entonces que le entrega la
llave del sanitario. Ese es el momento que me despierto transpirado y sudoroso
me dirijo prestamente al baño, todo fue un sueño, ahora más relajado se nota en
mi rostro una sonrisa, y así como decía mi abuela cuando nos contaba un cuento
y colorín colorado este cuento se ha acabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario