concierto de Aranjuez

martes, 14 de agosto de 2012

NOSTALGIANDO

Las musas de la inspiración me andaban rondando en mi mente como apariciones fantasmales, son muchas y van llegando como una horda, ellas quieren acariciar mis oídos con dulces palabras, para así llegar a mi corazón a través de mi mente, son tantas que ya casi aturdido pregunto como te llamas tú y tú y las demás, todas ellas se niegan a decir sus nombres, sonríen y continúan, su danza continua,  dotada de gran hermosura

Es así que ellas me llevan, me remontan, a tiempos lejanos que se hallaban sumergidos dentro de mi subconsciente, de a poco van aflorando, comienzo a vislumbrar lo que no pude en su momento reconocer. 

Avatares de la vida que te lleva a transitar por caminos desconocidos, siguiendo una ruta a la cual no puedes  percibir el final, pero ellas mis musas se dirigen en sentido contrario a caminos ya transitados, a los cuales no pude apreciar en su momento.

Alguien preguntó en su tiempo cuál es la edad en la cual el hombre comienza a recordar su vida, todo está en la nebulosa, yo lo que sé, lo mío se produjo alrededor de los cuatro años, estos duendecillos me lo hicieron recordar. 

El nacimiento de mi hermano lo veo como si fuera ayer, me fueron a buscar por estar yo jugando con otros niños, me dijeron ha nacido tu hermanito, me llevaron hasta la pieza donde se encontraba mi madre, al pié de la cama me incliné para conocerlo ese fue mi primer recuerdo.

Atravesando almanaques hubo recuerdos alegres y tristes, en este relato con la ayuda de estos duendecillos iré refiriendo a los momentos alegres, los otros en otra oportunidad tengo tanto que escribirles de esos tiempos, que creo que no me van a alcanzar toda la resma de papel para tanto regocijo.

Relámpagos en mi mente, estoy jugando con los demás niños, corriendo atrás de una pelota de goma, mi pasión de toda la vida, paso por alto el colegio primario, el de los delantales blancos, salvo la maestra de primer grado la seño como le dicen ahora, un grato recuerdo para ella.

Uno de ellos me sopla al oído acordate del secundario, claro que me acuerdo fueron cinco años que se me escurrieron, como se escurre la arena entre los dedos de la mano todo era una fiesta entre nosotros. 

Los profesores se desgañitaban para hacernos aprender la materia, me hacía acordar al domador del circo dentro de una jaula con sus elefantes,  que pesadas eran algunas por ejemplo el Latín  vulpes videbat in alta viña uvam ( el zorro veía en el alto viñedo uvas ).

Los muchachos de la barra, amigos desde chicos éramos como hermanos, siempre juntos salidas, reuniones, café, bailes, años que no se pueden olvidar, por lo menos jamás podré olvidarlos, así poco a poco van saliendo, van surgiendo los recuerdos de los tiempos pasados, sueños de juventud que nunca se olvidan, quedan flotando dentro de uno para un día emerger a la superficie y convertirse en nostalgia.

Los caminos  de la vida se transitan, cada cual toma el suyo, se va perdiendo en el tiempo, lo que en su época fue un aglutinado grupo, poco a poco se va disgregando deshaciendo, la fantasía de esos sueños que compartimos.

Los ha borrado el viento del olvido, como el que se lleva la arena del desierto, como un soplo de ese mismo viento barre los pétalos de una flor, o también puede acariciar a esa misma flor como una madre acaricia con amor los cabellos de su hijo.

En este día es el corazón el que manda por un pequeño momento, tengo que seguir mi camino hasta siempre  amigos.


alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN.......











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