Carmelo ¿ quien es Carmelo ? mis estimados
lectores a través de mi relato lo van a ir descubriendo, el fue uno más de los
inmigrantes llegados como tantos otros a esta tierra de promisión, llegado como
decían las abuelas de las Europas, pronto se adaptó al medio siendo joven
encontró trabajo enseguida, entra en la corporación una organización que
dependía de la municipalidad de esta gran urbe, era la encargada de todo el transporte de la ciudad,
colectivos, tranvías, autobuses, Carmelo ahora maneja un colectivo, me parece
que la mayoría de los recién llegados comenzaron trabajando en la corporación.
Dirán en
este punto de los acontecimientos cuantos años tiene el que escribe, voy a dar
una pista yo era amigo de Matusalén aquel que vivió novecientos noventa y nueve
años cuando nos hicimos amigos yo era un poco mayor que el, bueno me estoy
yendo por las ramas, continuando con la historia, el joven conoce a Inés hija
de un paisano amigo de su padre, con la cual simpatiza hasta ponerse de novios
y juntos proyectan su futuro.
Había en la corporación tantos empleados como
empleados tenía en ese entonces la ciudad, trabajadores manejando los
automotores, los talleres donde trataban de reparar los mismos, pero siempre
hay un pero para todo, el parque automotor se caía a pedazos colocaban un
tornillo y se caía otro, la frecuencia entre ellos era enorme y, cuando no se
quedaba uno en el camino un recorrido de media hora podía tardar mucho más,
tanto que podías entablar una relación con tu ocasional compañero de viaje, aún
resuena en mis oídos la voz del guarda, una señora obesa tratando de subir
estando todo lleno, la señora que está en el estribo no hay mas lugar, la voz de
la señora, que se corran para el fondo que hay lugar.
Por lo relatado anteriormente a la corporación
se le cayó la estantería, la solución vender el parque automotor, Carmelo no
tenía el dinero para comprar pero se unió con otros formando una cooperativa,
hace tiempo que no lo veo pero escuché que ahora tenía dos o tres unidades,
pero siempre arriba de su colectivo, con mi amigo Matusalén juntamos muchos
boletos capicúa.
Los noviazgos de ese entonces tenía sus reglas
a la que había que adaptarse, había días de novio en el cual el novio podía
encontrarse con su novia, bajo la estricta vigilancia de sus parientes la
madre, el hermano etc.no vaya a ser que el se extralimite, cansado de calentar
sillas, grandes tertulias hasta que la madre cansada le dice, bueno es tarde me
iré a dormir, cuando por fin se encontraban las miradas de los novios se daban
cuenta que el vigilante era el hermanito que silencioso estaba sentado en un
banco, creo que era a propósito para que no se quedara dormido,, entonces
cuando casi se dormía se movía y nuevamente se despertaba, despedida, zaguán,
un beso furtivo su ruta y hasta la próxima.
Carmelo e Inés se casaron tienen en la
actualidad tres nietos de sus tres hijos uno de ellos adolescente, Inés siempre
su sueño fue un viaje a Miami o Europa, por eso se anota en todo los concursos
y promociones para eso, el que siempre la acompaña y con la computadora la
anota en todas, su nieto, pienso para
mis adentros que todos los chicos de la edad del nieto y más chico llevan en su
ADN una computadora, nacen con ella.
De tanto anotarse en concursos le llegó la
suerte, Inés esta contenta se sacó los ruleros, se dejó de
pelear con el verdulero por el aumento de la mercadería, hizo lo mismo con el
carnicero, se fue a la peluquería, se hizo claritos maquillaje, tanto que el
Carmelo no la reconoció, fue con su nieto a retirarlo, el premio fue el viaje que tenía pensado, cuando regresó
le dijo al esposo con voz determinada ahora no tenés excusa, es el tiempo de
comenzar El VIAJE.
Esto es
ficción, un cuento, si es parecido a la realidad es pura casualidad, yo nunca
fui amigo de Matusalén.
alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN
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