concierto de Aranjuez

lunes, 24 de septiembre de 2012

CARNAVALES EN LA NOSTALGIA




8 Grandes Bailes 8


Así rezaba un cartel al frente del club del barrio, más abajo en el mismo una leyenda decía con selectas grabaciones, el anuncio estaba colocado desde ya hace una semana año tras año, siempre como un rito, se mencionaba el programa del carnaval de ese año.

Los días que duraba el carnaval era todo un acontecimiento en que participaban desde chicos pasando por todos los niveles era una fiesta.

Desde pequeño participaba en todo este evento ya disfrazado o junto a otros amigos de mi edad,formando una murga, tratando de hacer lo imposible para llamar la atención de las demás personas, vestidos de cocoliche con un pantalón deshilachado, una camisa rota y la cara pintada, haciendo alboroto, todos en fila india la iniciaba uno de ellos con un palo de escoba, y en la punta una cartulina con el nombre de la murguita, casi siempre haciendo alusión a algún hecho acontecido próximo al carnaval.

Haciendo bullicio otro disfrazado, parecido al primero, con dos tapas de cacerolas las golpeaba para hacer más ruido, el siguiente traía consigo, un pequeño tambor que golpea sin cesar, en esa fila hay dos personajes, uno con otro palo de escoba y clavados en la madera unas pequeñas latitas, que al moverlas hacían mucho bochinche, el último traía en la mano, un jarrito de lata que lo pasaba después de los cantitos picarescos.

Algunos esbozaban una sonrisa y se quedaban escuchando, algunas monedas sonaban en la tacita, muy poco me acuerdo de los cantitos, solamente la despedida, La murga se formo un día que llovía por eso se llamó ….la.la.la otra picardía y ahí se va yendo la murguita, se fue de mi vida, así como las hojas de los árboles se van cayendo en el otoño, así en el otoño de mi existencia los recuerdos se van abatiendo de uno en uno.

Algunos memoriosos se acordarán esas tardes de carnaval, de los juegos de agua y los que no lo vivieron, se lo perdieron, con bombitas de agua era una batalla de un lado las mujeres, todas adolescentes del otro los muchachos también adolescentes, como todo sucedía en verano el mojarse era un refresco generalizado.

 En mi barrio sobre una avenida, siempre había un corso de varias cuadras, en una esquina un tablado, donde por las tardes se elegía el mejor disfraz de los niños, vistosos trajes, unos disfrazados del zorro algunas niñas de dama antigua, un jurado daba su veredicto, luego llegaban más tarde las comparsas con sus trajes coloridos sus banderas sus repiques eran ellos mismos todo un espectáculo sus cánticos daban un colorido especial.

 Que hechizo tenía el carnaval, que hechizo tenía esas pocas calles en que se desarrollaba el corso de la avenida, todo su recorrido ornamentado y con lamparitas de colores cruzando la calle, con banderines de colores en todo su curso, en medio de la calle se colocaban palcos, los bares sacaban sus mesas a la acera todo estaba preparado para esa noche.

Ya esta oscureciendo, comienza la magia, de pronto se encienden las luces aparecen los colores, van llegando al mismo, disfrazados y no disfrazados  traían todos ellos la alegría del carnaval, se jugaba con papel picado, serpentinas, agua perfumada, algunos con un pomito de agua, los muchachos tras las muchachas del barrio todo conocidos entre ellos, lanzando piropos no soeces, respetuosos, había varios y variados, morocha de ojos negros y de labios colorados tus padres serán mis suegros y tus hermanos mi cuñados, quien pudiera ser felpudo para estar siempre a sus pies, quien dijo que los ángeles estaban en el cielo, todo era una fiesta. 

Por ahí se asomaba una comparsa con sus trajes coloridos y lentejuelas, sus repiques, las cabriolas de sus integrante, las mesas de las aceras estaban llenas y los parroquianos observando lo que pasaba a su alrededor los mozos de los bares de la avenida, presurosos traían a las mesas el pedido de los parroquianos, generalmente un chop o un cívico, que eran unos vasos de cerveza y con ellos unos cartones del tamaño de los vasos, tenía dos finalidades la primera, esos cartones era para colocarlos debajo de las copas para no marcar las mesas, pero la finalidad de los clientes era colocarlas arriba para que no le entre el papel picado.

Ya muchacho con los amigos de la barra, se nos hacía la hora de ir a bailar, había opciones, el club atlético con orquestas,  el deportivo con grabaciones, y faltaba uno el club del barrio al que siempre íbamos a bailar con selectas grabaciones.

Que fantástico resultaba todo aquello, era la fantasía que traía el carnaval, todo quedó en el olvido, rescatarlo difícil, otras épocas, otras costumbres, otros modos, ese tiempo ya se ha ido pero quedó grabado en mis retinas y en el alma, ellos fueron mis.
CARNAVALES EN LA NOSTALGIA


alejandrobojor@gmail.com..........ALEJANDRO CAPLAN 

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