Este relato puede que tal vez sea
real o pura coincidencia, sucede en un
lugar de Buenos Aires, quienes conocen la ciudad, puedan imaginarse como el que
escribe el lugar del cual estoy hablando.
El
personaje de cual voy a hacer referencia para el común de la gente pareciera
extraño pero con el correr de cuento, capaz que alguno o alguien lo reconocerá,
de oídas o por ser de su tiempo, parado en una esquina, no viste jean ni camisa
colorida ni zapatillas de última moda, este personaje viste unos mocasines,
medias al tono, pantalón con cinturón de color negro, camisa blanca y un saco
de color crema, ya entrado en años, su cabeza se le fue perdiendo el cabello,
quedando medio calvo, aún conserva algo de su cabello plateado en los costados
de la cabeza, que muy coqueto lo peina para atrás el tiempo lo fue encorvando
un poco lleva un bastón en su mano derecha. El viste de ese modo, por que toda
su vida lo hizo de ese modo, cuando en su juventud concurría al club del cual
era asiduo concurrente, de tanto en tanto el club organizaba algún baile, el
siempre estaba presente, eximio bailarín de su tiempo, de destacaba en la
pista.
Señor le gusta el tango parece ser usted de mi época, desde la radio salía los acordes de un tango, no le molesta, nuestro personaje asentía con un gesto o tal vez un si, el taxista comprometiendo cada vez más, le preguntó de que club de futbol
Preguntando, forzado nuestro personaje comenzó a hablar también si dijo soy del equipo de los claveles, dijo el taxista, eran otros tiempos, entre charla y charla fueron simpatizando, le contaba que ese trabajo lo hacía para poder darse unos gustos no trabajaba muchas horas y lo que podía recaudar lo utilizaban para el cine, tal vez una cena, unos regalitos para los nietos, le preguntó si es que le gustaba el tango, que orquesta le gustaba, con tanta charla se le olvidó hacia donde se dirigía el pasajero.
No dijo nada, cuando mientras hablaba se había pasado y siguió de largo cuando tenia que doblar es que estaba a gusto con esta gracioso taxista, es el tiempo que el taxista se dio cuenta y le dijo perdone con la charla seguí de largo ahora tomo Triunvirato y llegamos bien, pero él estaba tan eufórico, parecía una agencia de turismo y él su guía aquí había un cine y siguió hablando, vio usted que se han cerrado casi todos los cines de barrio, hoy hay complejos, todo cambió continuó con sus tribulaciones hasta un punto que teniendo que ir a la derecha dobla ala izquierda, y entra al barrio de Parque Chas donde casi todas sus calles son circulares toma la calle Italia y dimos vuelta como calesita hasta que se le ocurrió una idea, preguntar a un vecino como salir de ese laberinto y por fin lo consiguió.
Nuestro personaje sonriendo le dijo al taxista cuanto le debo el taxista también sonriente muy amable le contestó señor he pasado el mejor viaje que haya imaginado no señor no me debe nada ojala que nos volvamos a encontrar en otra oportunidad.
alejandrobojor@gmail.com........ALEJANDRO CAPLAN
ES COMO SI LO ESTUVIERA VIENDO EN UN PASADO NO MUY LEJANO HABÍA UN CLUB DE FUTBOL QUE SUS JUGADORES SALÍAN AL CAMPO DE JUEGO CON CLAVELES EN SUS MANOS Y SE LO TIRABAN A LAS TRIBUNAS..
ResponderEliminar¡¡ QUE TIEMPOS AQUELLOS ¡¡