concierto de Aranjuez

jueves, 20 de septiembre de 2012

TIEMPO DE RECUERDOS




Van llegando a mi mente, como si destapara una botella de vino añejo, los pequeños duendecillos que susurran al oído, poco a poco haciéndome llegar momentos de tiempos pasados, esos duendes van saliendo juntos con sus vapores etílicos y como una nube me envuelve, y recreo recuerdos que creía ya olvidados algunos de ellos voy a intentar relatarlos.

Hace mucho tiempo, profesional recibido, al igual que el quijote, sin lanza ni armadura se lanza a la aventura, llegando en su caminar, con esperanzas y con muchas ganas, tal vez un soñador, tal vez creyendo firmemente en sus jóvenes años, pretendiendo ser un colonizador, me llegué hasta un pueblo hoy ciudad del interior del país, con cierto recelo de sus habitantes fue mi llegada, un citadino ha venido al pueblo, no fue caluroso el recibimiento, mas bien digamos bastante frío.

Lentamente en esta tarde de recuerdos y nostalgias se aparecen en mi memoria esos pequeños gnomos y me van trayendo como ese ayer las tranquilas noches correntinas con su cielo plagado de estrellas y una luna brillante alumbrando las noches y reflejando su luz plateando sobre el río trayendo el embrujo de esas noches correntinas embriagado con el perfume de sus flores de azahar.  

Ya instalado y puesto mi consultorio, comencé a tratar de familiarizarme con su gente al principio desconfiada, más luego con el tiempo, llegué a conocerlos y ellos a mi, gente buena sencilla de una sola palabra sin doble intenciones, y así comencé mi vasta carrera profesional en ese lugar

Les contaré algunas anécdotas algunas tal vez graciosas y otras no tanto. Comenzaré a relatarles 
estando en mi consultorio se apersonan una comisión de integrantes del pueblo, para proponerme si pudiera llegarme una vez en la semana, a otro pueblo cerca de donde yo estaba instalado, quedaba ellos decían como a tres leguas, así que estando tan emparentado con esa distancia ni se acordaban de los kilómetros, algunos cabildeos de ese momento tan repentino y acepté.

De pronto me vi viajando en un automóvil junto a algunos de la comisión hacia el referido pueblo, lo primero que se me ocurrió preguntar que tal era el camino, la respuesta fue contundente, una alhaja, un billar, camino de tierra pero como si fuera asfalto, una de las pequeñas mentirillas a las que me acostumbraría mas tarde, esa famosas tres leguas llegaron casi a los treinta kilómetros, en fin entre el camino de tierra y la cantidad de tiempo me pareció una eternidad.

Llegando a destino me recibe un doctor, después averigüé, el personaje más importante de la comunidad de ese pueblo, es cuando me di cuenta que estábamos en sombras ya casi al fin del atardecer de aquel día, iba anocheciendo y la obscuridad nos envolvía, la energía eléctrica brillaba por su ausencia, en el pueblo no existía energía eléctrica.

Mi respuesta a todo esto pensé en voz alta no hay energía eléctrica como me pude llegar a ese lugar, tal vez pensé en ese momento en una gran confusión, Sin embargo no fue así después de una explicación tan certera como contundente en la cual entendí que lo que se pretendía era un profesional para esa gente a la que nunca había llegado nadie que podría atender sus necesidades bucales.

Mi respuesta fue espontánea, como hacerme cargo sin un equipo dental para poder trabajar, eran en ese entonces muchas complicaciones y desventajas que tenía que afrontar, se lo hice saber a mi interlocutor que en esas condiciones no podría solucionar las necesidades de algún paciente.

Eso no es problema me dijo, nosotros previendo tal situación tenemos un equipo dental para ser instalado, siempre y cuando usted acepte y acepté a sabiendas que me necesitaban no sabiendo todavía como iba a lograrlo, fue un momento de alegría para el grupo que me llevó y una carga para mi ya pensando como superarlo.

Llegó el día esperado me puse en marcha con un maletín con instrumental por que de eso no se había hablado, y me llegué hasta el consultorio, no quieran preguntarme como llegué pero ahí estaba. Asombrado estaba cuando veo mucha gente en la puerta de mi flamante consultorio que los mismos vecinos me lo habían instalado, al cual yo todavía no lo había visto.

Ya voy de asombro a asombro, por fin entro al consultorio no antes de saludar a esa gente que iban a ser mis pacientes, buenos días doctorcito era lo que mas escuchaba, y eso me halagaba.

El equipo dental ya instalado, un sillón dental de los primeros que se usaron por lo que vi me pareció que lo había traído Colón, una salivadera, por último como adornando el equipo un TORNO a PEDAL en ese momento no sabía si llorar o reír, nunca pero nunca yo había trabajado con ese torno, poco a poco me fui adaptando a trabajar con ese material, está claro que lo hacía mientras había luz natural que entraba por un gran ventanal, no todo era malo alguna ventaja tenía.

Este relato, esta historia se va entrelazando con otras muchas historias como si fueran anillos de una gran cadena, pero esos cuentos los voy a relatar más adelante.

QUE TRISTE Y AMARGA SERÍA LA VIDA SIN EL DULCE SABOR DE UNA SONRISA


alejandrobojor@gmail.com....ALEJANDRO CAPLAN


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