concierto de Aranjuez

viernes, 7 de septiembre de 2012

MI NUEVO HOGAR


     

Me encontré después de mucho tiempo, tratando de despedirme del que ahora en más  sería por el momento, mi último hogar, cuesta mucho dejar atrás los recuerdos que habían habitado por tanto tiempo, fantasmas del pasado que ahora ambulan por la habitación, le lancé una última mirada y un poco con los ojos enrojecidos cerré la puerta.

Me encaminé hacia la empresa,  al lugar de mi último trabajo, gran despedida de los que fueron hasta ayer mis compañeros, llegué a la oficina de Director donde fui recibido muy cordialmente, después de algunos consejos, no sin antes de reiterar lo maravilloso de mi nuevo lugar de trabajo, por el esfuerzo potenciador que se estaba desarrollando en la ciudad, 

Palabras más palabras menos, son las que se dicen en todos los discursos, curtido por los años y la facultad de la calle, miré de soslayo a la secretaria para que me confirmara si ella había escrito el discurso, ella asintió con un leve gesto de su cabeza. hay actitudes que con solo mirarse a los ojos pueden comunicarse.

Ya de viaje hacia mi destino, me desentendí de todo, comencé a relajarme y por mucho tiempo, comencé a medida que avanzaba el tren, a mirar el campo a través de la ventana fue una visión diferente, fantástica, creo que el hechizo me llevó, me elevó a otras dimensiones.

Yo Carlitos de Buenos Aires, caminador andariego de casi todas las calles de la gran ciudad, habitante compiscuo de bailongos, café y trasnochadas, hechizado por el verdor de los campos en flor, realmente maravillado por el imponente entorno, sentí por primera vez el sosiego del alma.

Estoy llegando a lo que sería mi nuevo hogar, me invade sentimientos que no pudo descifrar, tristeza y alegría emociones encontradas todas al mismo tiempo, un poco cansado del extenso viaje, y aún con las maletas en la mano, no era mucho mi equipaje comienzo a buscar en el pueblo lo que sería mi cobijo en esta, mi nueva etapa de mi vida.

La casa que había adquirido la empresa, no era una mansión, la misma humilde pero no sé si me pareció a mí, pero de una presencia agradable, una vez descansado comencé la misión que me fue encomendada. Comencé a recorrer el pueblo bien urbanizado, calles asfaltadas,  buena iluminación no era muy grande el pueblo pero había un intenso movimiento, pensé que tal vez la empresa no se equivocó en poner la sucursal en ese pueblo, un trecho más allá me encuentro con una plaza prolija frente al municipio y del otro lado de la plaza la iglesia, creo que casi todos los pueblos se parecen en esto.

Busco el lugar del local de la empresa, la dirección coincidía estaba en la calle principal bien ubicado, pero estaba vacío, lo que se olvidaron decirme es que yo tenía que hacerme cargo de instalarlo, no se si fue un olvido o a propósito, me inclino por esto último, ahora que me acuerdo no le hablé de la empresa, es una de electrodomésticos.

Llegó la hora es el tiempo de ponerse a trabajar, luego de inspeccionar el mismo, comunicación mediante con la empresa, la cual me dio carta blanca para actuar comencé de inmediato a hacer un diseño de lo que sería el local una vez instalado.

Tarea difícil por desconocer a la gente y ellos por que le llega un desconocido, por  lo tanto tenía que acercarme para que me conocieran, me dirigí a lo que sería el asiento del diario del pueblo, colocando un aviso en el mismo, en el cual iba a necesitar empleados fijando día y horario para las entrevistas.

Grande fue mi sorpresa grata por cierto, llegando el día me presento y ahí estaban esperando algunos para ser entrevistados, eran más bien jóvenes cada cual con su correspondiente curriculum bien trajeados, sus buenos modales contrastaban con lo que observaba cotidianamente en la gran ciudad, 

Asombro agradable por cierto al abrir sus carpetas me dí cuenta enseguida de su alto nivel de cultura por lo menos a los entrevistados, acostumbrado al horario del cual venía, que era de horario corrido muy pronto me fuí dando cuenta de las costumbres pueblerinas y una de esas es que después del almuerzo es costumbre arraigada hacer la siesta, por lo tanto en el pueblo está casi desierto sus calles.

Ya hace un año que llegué estoy sentado en mi local mirando hacia la calle y recordando ese primer día, acabo de abrir el local después de la siesta la que ya es costumbre, poco a poco me acerqué a la gente, hospitalaria por cierto concurro al club donde hago amistades, en fin el tiempo transcurre sin prisa en este, mi nuevo Hogar................


alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN

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