Me encontré después de mucho
tiempo, tratando de despedirme del que ahora en más sería por el momento, mi último hogar, cuesta
mucho dejar atrás los recuerdos que habían habitado por tanto tiempo, fantasmas
del pasado que ahora ambulan por la habitación, le lancé una última mirada y un
poco con los ojos enrojecidos cerré la puerta.
Me encaminé hacia la empresa, al lugar de mi último trabajo, gran despedida
de los que fueron hasta ayer mis compañeros, llegué a la oficina de Director donde
fui recibido muy cordialmente, después de algunos consejos, no sin antes de
reiterar lo maravilloso de mi nuevo lugar de trabajo, por el esfuerzo
potenciador que se estaba desarrollando en la ciudad,
Palabras más palabras menos, son las que se dicen en todos los discursos, curtido por los años y la facultad de la calle, miré de soslayo a la secretaria para que me confirmara si ella había escrito el discurso, ella asintió con un leve gesto de su cabeza. hay actitudes que con solo mirarse a los ojos pueden comunicarse.
Palabras más palabras menos, son las que se dicen en todos los discursos, curtido por los años y la facultad de la calle, miré de soslayo a la secretaria para que me confirmara si ella había escrito el discurso, ella asintió con un leve gesto de su cabeza. hay actitudes que con solo mirarse a los ojos pueden comunicarse.
Ya de viaje hacia mi destino, me
desentendí de todo, comencé a relajarme y por mucho tiempo, comencé a medida
que avanzaba el tren, a mirar el campo a través de la ventana fue una visión
diferente, fantástica, creo que el hechizo me llevó, me elevó a otras
dimensiones.
Yo Carlitos de Buenos Aires,
caminador andariego de casi todas las calles de la gran ciudad, habitante
compiscuo de bailongos, café y trasnochadas, hechizado por el verdor de los
campos en flor, realmente maravillado por el imponente entorno, sentí por
primera vez el sosiego del alma.
Estoy llegando a lo que sería mi
nuevo hogar, me invade sentimientos que no pudo descifrar, tristeza y alegría
emociones encontradas todas al mismo tiempo, un poco cansado del extenso viaje,
y aún con las maletas en la mano, no era mucho mi equipaje comienzo a buscar en
el pueblo lo que sería mi cobijo en esta, mi nueva etapa de mi vida.
La casa que había adquirido la
empresa, no era una mansión, la misma humilde pero no sé si me pareció a mí, pero de una
presencia agradable, una vez descansado comencé la misión que me fue
encomendada. Comencé a recorrer el pueblo bien urbanizado, calles
asfaltadas, buena iluminación no era muy
grande el pueblo pero había un intenso movimiento, pensé que tal vez la empresa
no se equivocó en poner la sucursal en ese pueblo, un trecho más allá me
encuentro con una plaza prolija frente al municipio y del otro lado de la plaza
la iglesia, creo que casi todos los pueblos se parecen en esto.
Busco el lugar del local de la
empresa, la dirección coincidía estaba en la calle principal bien ubicado, pero
estaba vacío, lo que se olvidaron decirme es que yo tenía que hacerme cargo de
instalarlo, no se si fue un olvido o a propósito, me inclino por esto último,
ahora que me acuerdo no le hablé de la empresa, es una de electrodomésticos.
Llegó la hora es el tiempo de ponerse a trabajar, luego de inspeccionar el mismo, comunicación mediante con la empresa, la cual me dio carta blanca para actuar comencé de inmediato a hacer un diseño de lo que sería el local una vez instalado.
Tarea difícil por desconocer a la gente y ellos por que le llega un desconocido, por lo tanto tenía que acercarme para que me conocieran, me dirigí a lo que sería el asiento del diario del pueblo,
colocando un aviso en el mismo, en el cual iba a necesitar empleados fijando
día y horario para las entrevistas.
Asombro agradable por cierto al abrir sus carpetas me dí cuenta enseguida de su alto nivel de cultura por lo menos a los entrevistados, acostumbrado al horario del cual venía, que era de horario corrido muy pronto me fuí dando cuenta de las costumbres pueblerinas y una de esas es que después del almuerzo es costumbre arraigada hacer la siesta, por lo tanto en el pueblo está casi desierto sus calles.
Ya hace un año que llegué estoy
sentado en mi local mirando hacia la calle y recordando ese primer día, acabo
de abrir el local después de la siesta la que ya es costumbre, poco a poco me
acerqué a la gente, hospitalaria por cierto concurro al club donde hago
amistades, en fin el tiempo transcurre sin prisa en este, mi nuevo Hogar................
alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN
alejandrobojor@gmail.com.........ALEJANDRO CAPLAN
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